Empezar el día con un buen desayuno es lo único que me puede arreglar el humor de un lunes por la mañana, mi mamá lo sabe, por eso me consiente. Mi madre es de esas que pueden ser mejor amiga y consejera al mismo tiempo, siempre fuimos muy unidas; mi hermano mayor se fue a la cuidad a probar suerte hace un año y medio, él es dos años mayor que yo y cuando papá murió, él se convirtió en el hombre de la casa, siempre nos cuidó a mamá y mi. Es un hermano celoso, pero afortunadamente aprueba a Max, fueron amigos desde el comienzo asi que cuando se fué, lo hizo feliz, sabiendo que me dejaba en 'buenas manos’.—¡Emily! —grita mi mamá desde la cocina.— Cariño, se te hace tarde, apúrate.
—¡Ya voy! —respondo, apresurandome a darme una última mirada en el espejo.
He estado trabajando y ahorrando durante los últimos dos años con el fin de poder estudiar, mi trabajo es fácil: sólo son seis horas, de ocho a dos y debo estar sentada todo el tiempo, clasificando historias clínicas y atendiendo pacientes, no me quejo, es una suerte tener un trabajo estable en una ciudad tan pequeña como Brightown.
Llego al comedor y mi mamá me tiene el desayuno listo, sinceramente no sé que haría sin esta mujer, ella es el pilar que sostiene mi vida; aunque no lo alcancé a conocer muy bien, mi padre me hizo falta en el transcurso de mi vida, sé que a mamá también le hace mucha falta, pero su amor por nosotros y su fortaleza están por encima de sus sentimientos, por eso nunca demuestra lo cansada que está.
—¿Hoy vendrá Max, cariño? —pregunta cuando va saliendo a su trabajo, ella es la vendedora de una pequeña boutique que queda en el centro de la cuidad.— Porque hoy debo hacer turno doble y no quiero que estés sola tanto tiempo.
Hace un par de meses hubo un robo en el piso de abajo y desde entonces es mucho más precavida (y paranoica) con la seguridad. No hace falta afirmar que ella también quiere mucho a Max, está feliz de que estemos juntos y siempre apoya nuestras decisiones, además, desde que empezamos a salir, ella nos dió 'la charla’, así que estamos claros en ese punto.
—Si, mamá, dijo que llegaba a las seis después de trabajar.—sonrío inconscientemente al pensar en mi novio.
—Bien, que no se vaya hasta que yo llegue.— responde y sale de la casa.
Mi trabajo queda al otro lado de la ciudad que el suyo por lo que yo debo tomar el autobús para llegar.
Voy camino al paradero cuando siento un pinchazo en la parte lateral de mi cadera, tengo una marca de nacimiento allí, es sólo una especie de mancha más oscura que el resto de mi piel, el dolor se intensifica sin motivo aparente, es como cuándo se pone un dedo al fuego, arde y no entiendo el porqué.Agacho mi cabeza para examinar el lugar dónde me duele tan fuertemente, entonces choco con una persona, un chico, un poco más alto que yo; lleva dos maletas grandes de viaje y parece estar buscando una dirección. En este momento, ni siquiera pienso en la cortesía de decirle que lo siento porque el dolor me está quemando.
—Discúlpame —escucho que dice el chico de las maletas.— ¿Estas bien?
Hay algo en su voz que me llama la atención, me entra un calor en el cuerpo indescriptible, no como placer ni nada parecido; sino como una sensación de tranquilidad y de sentirme en paz con todo.
Decido ignorar mi dolor y levantar la mirada para disculparme por mi distracción, y cuando veo sus hermosos ojos cafés -casi color miel-, el dolor desaparece, no me explico porqué, pero así de rápido como llegó el dolor, así se fue al mirarlo a él.
Estoy aturdida y confundida por lo que acababa de suceder, no sé si la sensación de dolor se fue por su causa o si simplemente yo me imaginé todo. Quedo en un trance momentáneo hasta que me doy cuenta de que el chico espera una respuesta .
ESTÁS LEYENDO
Destino del corazón © •|TERMINADA|•
RomanceLa vida de Emily Blancquarts parece estar muy bien planeada, tiene un amor perfecto con su novio de hace cinco años Max y pronto empezará su carrera como fotógrafa. Tiene una madre, una mejor amiga y un hermano que la aman, pero su vida dará un giro...