Capítulo 5: Esta es tu oportunidad

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Hoy domingo estoy en el parque con Max, es nuestro día libre y por ende, nuestro día juntos, pero todos mis divagues mentales no me permiten disfrutar del día como es debido. Estoy ausente, con la mente en Júpiter y como Max me conoce tanto, lo nota.

—¿Estas bien amor? —Max se muestra preocupado, yo no soy tan ida normalmente.

Una punzada de culpa se instala en mi corazón en este momento y me da un retorcijon en el estómago. Yo soy buena mintiendo (no es algo que me enorgullezca), simplemente se me da, con todo el mundo. Menos con el hombre que me conoce mejor de lo que yo misma lo hago.

—No te preocupes amor, solo estoy pensando en Amber, ¿ te conté que ya conoció a otro chico?.

No puedo sostenerle la mirada, si él ve directamente a mis ojos por solo un par de segundos, notará mis nervios y, mis intentos por evadir la pregunta serán nulos.
Él considera mi excusa suficiente; sólo pensar en Amber y en sus múltiples amores le saca una sonrisa y el resto de la conversación gira alrededor de anécdotas de Amber con sus ex novios.

Max me acompaña hasta mi apartamento esa noche, y se queda a cenar con nosotras. Su mamá está en uno de sus viajes, así que mi mamá cuando se enteró, le prohibió terminantemente cenar solo. Él es parte de la familia, es como un hijo más, lo considera como tal, después de todo lleva gran parte de su vida en la nuestra, mi mamá lo vió crecer desde niño.

Después de terminar y de haber organizado la cocina, nos sentamos con Max en la sala en un mueble doble que tenemos desde que papá vivía, mamá se acuesta temprano; está cansada. Ponemos un programa al azar en la tele y nos disponemos a ver.

—¿Amor? —dice Max un poco nervioso.

—Dime.

—Debo decirte algo.

Me considero una persona pesimista en cuanto a noticias refiere, cada vez que me dicen algo así, inmediatamente pienso lo peor, no sé porque, siempre es así. Me tenso en mi asiento tratando de no demostrar mi temor ante cualquier mala noticia que llegue.

—No te lo había dicho antes porque no sabía cómo hacerlo —lo dice en modo de disculpa, sintiéndose avergonzado por ocultarme cosas.

Vaya ironía.

—No me asustes, dime que pasa.

Para este momento mi temor ya es evidente, él debe notarlo porque se apresura a contestar:

—¡No es nada malo, amor! Es, bueno... hace un par de semanas leí en internet de un concurso de diseño en una empresa importante de la capital —dice soltando todo el aire de una sola vez. Suspiro aliviada y espero a que continúe.— Debía crear una página web promoviendo un producto, y ganará el que tenga más creatividad y originalidad.

—¡Pero eso es estupendo Max! —le respondo muy emocionada; Max es muy bueno en lo que hace, la creatividad emana de él de manera natural.— Espero que ganes amor, ¡sería muy bueno!.

Le doy un beso en los labios de la emoción, pero él no lo corresponde y está muy serio así que asumo que esa no es toda la historia.

—¿Pero? —interrogo.

—El premio es un puesto de trabajo como pasante durante dos meses en la sucursal de la ciudad. La empresa se llama InDesign, es muy importante y puede dejar una buena imagen en mi hoja de vida.

No sé que decir, nunca nos hemos separado tanto tiempo, no es que seamos niños ni nada, pero desde hace doce años que nos vemos casi a diario, será raro no verlo durante tanto tiempo.
Pero es una gran oportunidad, no la puede perder por nada del mundo si se le presenta.
Además, la distancia nos separaría físicamente pero fortalecería nuestro amor.

Destino del corazón © •|TERMINADA|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora