Capitulo 15: Olvídalo.

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El desasosiego que me produjo el encuentro con esa mujer no me deja descansar u ocupar mi mente en otra cosa.

Esa palabra que hace un par de semanas se volvió una maldición para mí, me persigue aún cuando estoy decidida a huir de ella. Esa palabra antes sólo significaba para mí una tonta superstición o creencia que hacía que la gente pusiera el rumbo de sus vidas en ella. Esa palabra: Destino.

Para mí es impensable el hecho de que la vida está obligada de antemano a unirse a otra por una supuesta fuerza invisible que une a dos personas. Creo que cada uno de nosotros es libre de elegir cómo y con quién vivir su camino.

Hoy es sábado, mi primer día en Brightlight Events, y después de lo que sucedió con Denny, no quisiera verlo en absoluto, pero él también trabaja allí; sin embargo, yo supongo que hay varios empleados en la empresa y ya que es una casa de eventos, las posibilidades de que estemos juntos y en el mismo evento, son pocas y sinceramente espero que no pase.

Me levanto pasadas las once de la mañana; debo estar en la empresa a las seis y después de la terrible noche que pasé ayer, realmente necesitaba dormir. Salgo a la cocina y me encuentro con Amber que se está pintando sus uñas.

—¿Saldrás hoy, Berry? —le pregunto al notar que tiene rulos en el cabello.

—Sí —responde muy sonriente—, saldré con Austin.

Estoy muy feliz de que las cosas con Austin estén funcionando, veo a Berry muy feliz y Austin le corresponde, así que ¿qué podría salir mal?

—¿Mills?... —empieza Amber, pero su voz está teñida de duda y temor.— Deberías hablar con Denny.

Me debato en mi interior entre mandar a Amber a la porra o empezar a discutir los motivos por los cuales no debo hacerlo. Me decido por la segunda opción.

—Dame una buena razón para hacerlo.

—¿Debe haberla? —pregunta y al ver mi cara de «obviamente», blanquea los ojos y continúa— Vamos Mills, no negarás que el encuentro con esa loca fue raro y sabes perfectamente que se refiere a ti y a Denny y si quieres saber, y sé que la curiosidad te mata, debes hacerlo con él, así entenderán toda esta locura de una vez por todas.

La lógica de Amber era muy acertada, tenía razón; si quería saber de qué iba todo esto, lo necesitaba a él. Pero ahora, cada vez que pensaba en Denny, solo me acordaba de su novia y una sensación de humillación me invadía el cuerpo y se transformaba en rencor hacia él.

—No fuiste tú la que resultó humillada al ver a su novia —recrimino.— No te puedes imaginar lo que sentí en ese momento y aunque sé lo estúpido que es sentirse así, no lo puedo evitar —me levanto de la silla dónde me había sentado al lado de Amber.— Y ni tú ni Austin ni nadie pueden decirme que debo o no debo hablar con él. Te agradecería que no mencionaras más el tema.

Me voy a mi habitación y cierro de un portazo, si bien sé que mi amiga tiene razón, en este momento no necesito que sea mi mamá para recriminarme sino que sea mi amiga para empatizar conmigo.

Me visto con un pantalón negro y camisa blanca (petición de la empresa), me pongo la cadena de lobo, unos aretes pequeños y salgo de mi apartamento. Una sensación de tranquilidad se apodera de mí nada más pasar la puerta; sé lo que eso significa e instintivamente volteo en dirección a la puerta de los Rogers; está cerrada y cuando me dispongo a entrar en el elevador, se abre.

Denny va saliendo, tiene a la rubia colgada a su cuello besándolo tiernamente, Denny sonríe y yo, como toda una mujer masoquista, me quedo mirando la escena y sufriendo en silencio el dolor que me produce.

Destino del corazón © •|TERMINADA|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora