Capitulo 4: ¿Coincidencia?

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—Y creo que él talvez es el chico ideal —concluye Amber después de contar su historia de como conoció a Austin.— Estoy segura de que ésta es la vencida. Sería el colmo si también me va mal con él — dijo con aire melancólico.

—Berry cálmate —digo con tono cansino.—Dices eso de cada chico que conoces, apenas tendrás la primera cita con él, dale tiempo, ¡Ni siquiera sabes su nombre completo!

Como lo prometió, Amber llegó en la tarde del  viernes y paso la noche acá, estuvimos charlando toda la noche adelantando las últimas noticias, hoy sábado no trabajamos así que es día de estar en pijama hasta las dos de la tarde y comer mucho helado y comida chatarra.

Le conté de Denny, desde nuestro primer encuentro, de la noche que pasó a pedir ayuda, de mi sueño y de todo lo que me hacía sentir. Amber me entiende, sabe lo fuerte de mis sentimientos hacia Max, y como supuse, no me tiene respuesta a mis curiosidades mezcladas con atracción.

—Mills, pero es tu vecino, puedes pasar a visitarlo con la excusa de darle la bienvenida y así talvez ates algunos cabos.—dice entusiasmada.

Amber es muy arriesgada, no le importa ponerse en peligro con tal de salirse con la suya, la verdad admiro su coraje, excepto cuando me arrastra a mi en sus locos planes. Una vez incluso me hizo hacerme pasar por encuestadora para preguntarle a un chico por el que estaba interesada, que buscaba en las mujeres; fue divertido, aunque a Max esas cosas no le hacen mucha gracia.

—No, hubieras visto como se puso Max cuando lo conoció —frunzo el ceño al recordar la larga discusión con Max por sus celos.— No puedo armar problemas donde no los hay, no me gusta pelear con él.

—Pues te quedarás con la curiosidad entonces —dijo al final.

Decidimos hoy ir al centro comercial a comer helado en Mc'Donalds; la verdad la comida de ese restaurante me parece asquerosa, esas papas saben a cartón; pero su helado es delicioso.

Después de bajarnos del autobús, caminamos las dos calles que nos separaban del centro comercial. Me gustan estos momentos con ella, poco nos vemos desde que salimos del colegio hace dos años pero nuestra amistad es de esas que aún sin compartir mucho, no pierden su fuerza ni su cariño.

Al entrar, vemos que hoy hay un evento especial, al parecer hay muestras de jóvenes emprendedores, así que hay muchos puestos con ideas innovadoras creadas por muchachos en su último grado de bachillerato y jóvenes universitarios.

Hay desde camas para perro auto-aseadas hasta un puesto de postres con recetas 'curiosas', cosas como zanahorias con arequipe y cosas así.

Decidimos ojear todos los puestos, hay cosas realmente interesantes; como un shampoo que hace que el cabello quede relativamente impermeable; me serviría mucho si de verdad funciona (cosa que dudo), así podría estar bajo la lluvia sin el temor de quedar como si me hubieran electrificado después de que se me secara el cabello.

Vemos aproximadamente nueve puestos, cuando de repente, Amber se queda estática como si hubiera visto un fantasma, abre los ojos como platos y me agarra el brazo con tanta fuerza que me hace soltar un gemido de dolor.

Volteo automáticamente para mirar qué pasó, ella tiene la vista fija en algo o alguien, dirijo mi mirada hacia donde ella enfoca la suya y veo un puesto que exhibe un protector de celular que aparentemente es a prueba de agua, de fuego y amortigua al aparato de cualquier caída. Pero no son los protectores los que llaman la atención de Amber.

—¡Mills, es él! —dice muy emocionada, con una sonrisa de oreja a oreja que parece que se le van a quebrar los cachetes.— Es el chico del supermercado, es Austin. ¡Debe ser el destino, él es el indicado! —voltea hacia mí con su mirada brillando más que de costumbre, muestra sus dientes como cuando te miras en el espejo en busca de algún defecto en ellos— ¿Tengo algo en los dientes? ¿Estoy bien peinada? ¿Tengo el maquillaje corrido?

Destino del corazón © •|TERMINADA|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora