Capítulo 42: Adiós

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Las mujeres tienen un sexto sentido para descubrir las mentiras, a estas alturas de la vida no puedo creer que Denny sea tan tonto de no saberlo e imaginar que puede engañar a Emily así de fácil. Si bien ella de enteró por accidente, si no lo hubiera hecho, habría sospechado, ellas no son fáciles de engañar, es como si tuvieran un pacto con alguna bruja o algo.
Es simple: con las mujeres las mentiras no funcionan. Ellas solo escuchan para ver que tan lejos llegamos pero ya saben la verdad desde el comienzo.

Escuché por teléfono que quedó preocupado, pero se lo merece por mentiroso, igual cuando vea a Emily le diré que hable con él antes de enojarse más de lo que supongo que ya está. No voy a pasarme ahora que es medianoche, tal vez mañana cuando salga al instituto esté en casa; tocaré en la mañana y hablaré con ella.

Me despierto de uno de esos sueños que no se recuerdan pero que te dejan temblando, abro los ojos de sopetón y con la adrenalina corriendo por mis venas para darme cuenta que eso fue casi una alarma inconsciente porque mi celular no sonó y está muy tarde; en veinte minutos debo estar en el instituto y el viaje es de quince, es decir, cinco minutos para correr y salir. Tomo una ducha express y cojo un pan de la mesa, bajo por las escaleras corriendo y mis piernas se esfuerzan al máximo para subir al bus, que de no ser por una señora en el paradero que me vio corriendo y le dijo al conductor que me esperara, se me habría ido. Tomo asiento y trato de recuperar el aire a mis pulmones, estoy sudado, despeinado y juro que me puede dar un paro cardiaco.

Llego justo a tiempo a la primera clase para que mi compañero, Nicholas, me diga que el bendito profesor no llegó. Tanta urgencia para nada.
Me desplomo en el asiento de la cafetería y saco mi celular para llamar a Amber.

—Hola, linda.

Hola, amor —suena afanada—. Ahora no es un buen momento.

Problemas con el jefe ¿eh? —su jefe cuando amanece de malas pulgas, la manda a hacer todo y ella se estresa mucho.

Exacto.

Recuerdo el tema de Christie y que por las carreras, no hablé con Emily.

—Oye, hablé con Denny. Solo fue a apoyar a Chris con una situación —dudo de contarle por teléfono, así que solo resumo—. Está embarazada pero está en el hospital, casi lo pierde. Obviamente no es de él, si llegas a hablar con Emily dile que él llega hoy, espero que ese par arregle sus cosas, porque...

¡¿Qué?! —grita.

—¿Qué? ¿Qué sucede?

Emily se va a ir, Austin, ¡Hoy se va a la capital!

Me levanto de la silla bruscamente haciendo que varias personas me miren raro.

—¿Para dónde? ¿Cómo así? —escucho que empieza a respirar rápido y las palabras le salen enredadas.

Ella creyó que Denny había ido a asumir su rol de padre y se sintió traicionada por el idiota de tu hermano y se muda a la capital a estudiar, si no estoy mal, sale a las once su bus.

Denny llega a eso del mediodía —empiezo a caminar de un lado a otro. Por eso es que no hay que mentir—. Amber, llámala, habla con ella.

Voy a intentar llamarla y te aviso qué pase.

Cuelga. Esto está peor de lo que pensé, si Emily se va, Denny va a estar destrozado y todo por un maldito malentendido. Mi hermano ni siquiera tiene celular ahora y no tengo como avisarle. La falta de comunicación arruina todo. Intento marcar el número de Emily pero suena apagado, espero que Amber tenga mejor suerte.

Destino del corazón © •|TERMINADA|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora