Capitulo 14: Dos almas.

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No sé si es lógico sentirse tan mal por algo que en realidad nunca pasó, pero así me siento en este horrible momento.
Las piernas me tiemblan, mis ojos arden y apenas y tengo sentido de concentración suficiente para llegar a mi puerta desde el apartamento del vecino.

Con el nudo en mi garganta impidiéndome el paso de aire y resistiéndose lo más posible a no perder la dignidad a ojos de Denny y su novia, logro llegar a mi hogar; con dificultad meto la llave en la cerradura y entro, no más cerrar la puerta a mis espaldas, me derrumbo sobre ella y empiezo a llorar.
Lloro a mares, desconsoladamente y estúpidamente como hace mucho no lo hacía; no puedo creer que fuí tan estúpida, ¿Cómo es posible que me haya dejado llevar por el momento o por los inútiles sentimientos fugaces que ese hombre afloró en mi?

Tantas veces he hablado de esas chicas que a las primeras palabras de amor se dejan enamorar, y yo, como toda una tonta me dejé endulzar el oído y ahora me desmorono por mi ingenuidad en la oscuridad de mi apartamento mientras Denny está besuqueandose con su hermosa novia.

Soy una idiota, y estuve a punto de mandar al carajo todo por una persona que sólo mentía, una persona que al igual que todos los hombres que tanto le recrimino a Amber que consigue, tiene un libreto listo para atrapar a la primera boba que sienta mariposas con sus mentiras.

Max nunca me ha hecho algo así, y yo le pago de esta manera; no es justo con él que yo haya bajado mi guardia y haya abierto un agujero en la superficie de mi corazón -que sólo lo resguardaba a él-, para dejar la mínima posibilidad de que alguien más entrara.

Lo que más me disgusta de todo el asunto, es lo mucho que me duele.

Maldición, me duele como si la relación con el vecino fuera de lazos fuertes, como si hubiera dañado una confianza que se tejió en años, como si me hubiera roto el alma de la peor manera, y ahora los pedazos estuvieran saliendo a través de mis ojos con sabor salado.

De cierto modo me alegra que Christie haya llegado justo en ese momento; me salvó de cometer un error más grande del que ya estaba cometiendo.

No debí ir a su apartamento. No debí salir con él anoche. No debí haber ido a esa feria o aceptar el trabajo en la misma empresa que él trabaja. No debí hacer muchas cosas que igual y sabía que terminarían mal. Pero lo había hecho.
Ya es tarde, lo hecho, hecho está y lo único que puedo hacer es aceptarlo, tratar de olvidarlo y mostrarme firme; no puedo dejar que Denny vea el daño que me hizo, por mi dignidad y mi orgullo, no lo puedo permitir.

No sé en qué momento me quedé dormida ahí en el piso, junto a la puerta y con los ojos hinchados, hasta que Amber me despierta, ella debe trabajar a las ocho, y hoy mis clases empiezan a las diez.

—¿Mills? —escucho lejanamente y pienso que sigo durmiendo. Su voz se hace más clara y abro mis ojos lentamente—. ¿Qué haces ahí? ¿Qué sucedió?

De repente el recuerdo de anoche llega como un golpe a mi cerebro, mis ojos se cristalizan nuevamente. Al tratar de pronunciar palabra, no me sale la voz; aclaro mi garganta e intento nuevamente.

—Tiene novia —me levanto del suelo y me lanzo hacia Amber, pongo mi mejilla en su hombro y empiezo a sollozar— Tiene novia Berry, y anoche casi lo beso —empiezo a alterarme y a temblar de pies a cabeza—. Casi engaño a Max, Berry, ¡Y le dije que me gusta!

Recordar ese detalle me hace sentir peor. ¡Dios! ¡Le había dicho que me gustaba!. Si pensaba que el ver a su novia después de casi besarlo era lo más humillante de la noche, estaba equivocada; haberme mostrado vulnerable frente a Denny al decirle lo que siento, eso es lo más humillante.

—Cálmate, Mills —Amber acaricia mi cabello—. Todo está bien amiga, cálmate.

—Soy una tonta —sollozo—. ¿Qué le diré a Max?

Destino del corazón © •|TERMINADA|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora