2.-Un vacio dentro de mi

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Narra Lucia

Pasaron las dos primeras horas del dia, y yo la seguia mirando, se veia tan linda que no podia apartar la mirada, hasta que un golpecito en mi hombro me hizo volver al mundo real

-Hey voy a comprar algo para desayunar, quieres venir?- me pregunto Carolina

-Si, vamos - dije sin pensar. Tome mi dinero y me encamine hacia la salida, pero el problema era que para salir necesitaba pasar justo a un lado de Vanessa. Entonces me arme de valor y camine hacia la salida, al pasar por su lado el tiempo se detuvo, no había nadie mas solo ella y yo en un mundo solo para nosotras, donde nada ni nadie podría entrar, a pesar de que ella no me observaba no me importaba, yo solo con verla era feliz. 

- Apúrate vamos, que tengo hambre!! - me dijo Carolina empujándome para avanzar, en eso sentí como mi pie se atoro con algo y caí. Solo oí risas, pero solamente había una que me importaba, la de ella, se veía divina riéndose, era tan bella y encantadora que no lo soportaba, sentía que iba a explotar.

-Estas bien-me dijo Carolina mientras extendía su mano para ayudarme a que me pusiera de pie. 

-Si, gracias, pero en lugar de echarte a reír mejor me hubieras ayudado antes - le dije a modo de broma; sentí una mirada, voltee para saber de donde provenía, y para mi deleite era de Vanessa, la cual me miraba con mucha atención, esa mirada, esos ojos, diooosss, me vuelvo loca;  mi piel se puso como gallina, me di rápido la vuelta y camine deprisa hacia la salida - Carolina, no que tenias mucha hambre?

-Si, ya voy

-Bueno, me voy adelantando - me pare justo después de salir del salón  para esperar a Carolina, mientras tanto yo seguía pensando en Vanessa, es sus ojos, en su voz, en su boca,en sus labios.

-Ya estoy, vamonos - me saco un susto tremendo, tanto que salte, yo estaba pensando tanto en Vanessa que nunca espere que alguien rompiera mi bella concentración - que te paso?, en que estabas pensando?.

-en......que no le di de comer al perro - dije rápidamente algo nerviosa.

-esta bien, vamos, allá nos esperan Caterin y Angela para comer.

-entonces no las hagamos esperar.

Ya, habiendo comprado la comida nos sentamos a comer en unas mesas cerca de la cafetería, llevaba una mordida de mi comida cuando vi a Vanessa caminando sola, llevando consigo unas papitas y una soda, regularmente esas cosas son tabúes para mi, ya que no te dejan nada bueno en el cuerpo, pero no me importo, yo la observaba atentamente, veía cada centímetro de su cuerpo una y otra vez, no me cansaba de verlo; quise salir corriendo hacia ella, decirle que nos acompañara a comer, pero mi cerebro hizo caso omiso a mis ordenes, así vi como caminaba sola, directo al salón; mi corazón se partió en dos, no volví a tocar mi comida,mi mundo, nuestro mundo nunca podría ser,la barrera que he puesto debía permanecer intacta.

En el salón siempre que podía la veía, no podía quedarme mucho tiempo mirándola porque la gente sospecharía, y lo menos que quiero es que me tachen de lesbiana y así alejar a Vanessa.

El día transcurrió, y a pesar de siempre verla sola, yo nunca le hable, me contuve esas ganas inmensas de hablarle, de saber de ella, de poder estar con ella. Era un masoquismo inmenso, y solo para no hacerle daño. Al finalizar las clases ella tomo sus cosas y se fue, yo me quede con mis amigas platicado felizmente, aunque dentro de mi había una abismo, el cual solo se llenaría con una simple cosa : Vanessa.

No dire que es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora