Encuentro inesperado.

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Narra Lucia

Abri los ojos, los cueles sentia con gran pesades, mi cabeza me dolia inconmensurablemente, mis musculos de dolian como si un camion me hubiera atropellado. Me levante con gran pesar, tenia que salir de aquel extraño bosque, mis piernas apenas respondian a las señales de mi cerebro, sentia que mi mundo daba vueltas, despues de caminar tambaleantemente durante un buen rato logre divisar una pequeña cabaña, apresure mi piernas hasta la puerta principal de esa cabaña en busca de auxilio, al observar que no se veia nadie dentro de la cabaña opte por probar mi suerte con la cerradura, se que es una tonteria, aparte, quen dejaria abierta una cabaña?, pero la esperanza muere al ultimo, tome la perilla de la puerta y para mi sorpresa esta estaba abierta, al entrar note que nadie se encontraba en aquel lugar, mi rapida vista se posó en una puerta cerrada, me acerque con la esperanza de que al otro lado de esta se encontrara una cama para poder descanzar, en ese momento me encontraba sumamente mal. Al abrir la puerta un fuerte golpe fue dirigido a mi cabeza, si de por si ya la tenia muy mal con ese golpe el dolor y el mareo aumento considerablemente, cai al suelo y rapidamente alguien se posó encima mio, mi vista era borrosa, por lo que no pude distinguir quien era aquel agresor.

- No puede ser - esa voz se me hacia algo familiar, luego senti sus brazos alrededor de mi cuello y su cara recostada en mi hombro, su olor tambien se me hacia familiar, pero por lo drogada y alcolizada que estaba no podia distinguir muy bien su olor, coloque mi nariz cerca de su rostro e inale su fragancia, al instante supe que estaba alucinando, era imposible que fuera ella, estoy segura de que mi mente me esta jugando una mala pasada. Los sollosos provenientes de aquella chica provocaban dos cosas en mi, la primera era que el dolor de mi cabeza fuera insoportable, la segunda era entre una sensacion de alivio y tristeza, me deje llevar por mi primera suposicion y dirigi mis manos a mis oidos para tapar algo del ruido de sus sollosos.

- Podrias....por...favor....quitarte de encima - apenas articule esas palabras la chica se movio rapidamente, dejandome en el frio suelo de la cabaña, poco a poco me fui incorporando, cuando me levante por completo y quise dar un paso hacia ella mis piernas se debilitaron y pense que el suelo seria mi siguiente destino, pero aquella chica me detuvo antes de caer por completo y coloco uno de mis brazos alrededor de su cuello, luego me dirigio hasta una especie de colchon donde me recosto suavemente.

- Perdon por el botellazo, nunca crei que fueras tu, de hecho nunca me paso por la cabeza que tu llegaras hasta aqui - su voz realmente se me hacia familiar, trate de enfocar mi vista a su cara, pero veia tan borroso y cada sonido que ella hacia se sentia como si me perforaran los timpanos

- Por...favor...no hables....me duele mucho....la cabeza - ella asintio con la cabeza y se recosto a mi lado, raro, pero se sentia tan calido, tan familiar que me permiti gozar de esa sensacion, en menos de 5 minutos ya estaba dormida.

Estaba soñando con Vanessa, con su aroma, con sus besos, con sus caricias, realmente la extraño, me daria mucha verguenza que ella me viera en este estado, su desepcion no tendria limites, espero nunca encontrarmela.

Al abrir los ojos la luz del sol al principio me encandilaba, pero fui acostumbrandome a esa luz y me di cuenta de que estaba en un lugar extraño, trate de recordar algo del dia anterior, lo cual me ayudo a saber que tenia un cichon en la cabeza y que estaba en una cabaña que habia encontrado despues de salir de la fiesta. Al girar mi cabeza mi sorpresa fue gigante, practicamente vole hasta el otro extremo de la habitacion al contemplar a mi compañera de cama, o mas bien compañera de colchon, " debo seguir alucinando, las drogas que me dieron si que tienen efecto duradero" pensé, poco a poco me fui acercando a aquella princesa producto mi imaginacion, si esto es un sueño espero que sea eterno. Me agache y con mucho cuidado retire un mechon de pelo de su cara, su piel era calida, suave y tan hermosa, su nariz se arrugo ante mi contacto y eso me parecio lo mas adorable del mundo, poco despues me quede en shock al esos ojos color cafe, los cuales me dejaron sin aliento.

- Hola - dijo, al ver mi nulo comportamiento

- Hola - le respondi el gesto, despues puse mi mano derecha en mi brazo izquierdo y lo pellisque fuertemente. 

- Pero que estas haciendo - se incorporo un poco y tomo mi mano derecha, una corriente electrica recorrio todo mi cuerpo, no puede ser, esto no es un sueño, ella es.....ella es mi Vanessa. Me lance a sus brazos y la abraze como si no hubiese un mañana - Lucia.....no puedo respirar - me aleje de ella con una sonrisa que surcaba de oreja a oreja

- Perdon, es que....es que no puedo creer que seas tu - intente volver a abrazarla pero su brazo de coloco en mi pecho haciendome retroseder un poco.

- Me alegra, masa bien, estoy sumanete feliz de que estes conmigo - mi estupida sonrisa se fue disminuyendo con el tono serio de Vanessa - pero necesito saber varias cosas, me di cuenta de que tenias los ojos rojos, tu aliento olia a alcohol y tu ropa apenstaba a humo, me puedes explicar porque estabas asi? - mi mayor temor se hacia realidad, mi mirada calló hasta el suelo, no tenia excusa para mi comportamiento. De un instante a otro senti su mano sacar algo del bolsillo de mi pantalon, tarde algo en cargurar mi cerebro cuando recorde que era alli donde habia colocado en ultimo cigarro de marihuana que tenia, levante mi cara con miedo y al instante senti como su mano contacto fuertemente con mi mejilla haciendo que mi cabeza girara - EN QUE DIABLOS ESTABAS PENSANDO!!! - preferi mantener mi cabeza en esa posicion, no queria ver su desprecio, eso me doleria mas que todo lo que cualquier resaca que me haya causado antes, pero su mano tomo mi barbilla y me obligo a girar mi cuello para luego encontrarme con sus ojos bañados en lagrimas, fue la escena par terrible que he visto en mi vida

- Yo..estaba....me sentia fatal....perdon - otra vez su mano se fue directo contra mi mejilla, la cual ardia de dolor, pero me las tenia bien merecida por estupida. - Puedo explicarte.... - el sonido de la puerta principal me interrumpio y ambas nos petrificamos.

 - Maribel - dijo con miedo, no puedo creer que hace un momento estuviera tan enfadada y de un momento a otro haya cambiado tan rapido de emociones, pero si era la psicopata la que habia llegado no tenia duda alguna de que acabaria con ella tan pronto asomase su cabeza por la puerta, 

No dire que es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora