Nara Lucia
Sentí sus suaves, dulces y cálidos labios de nuevo, a pesar de estar sumamente ebria sentí como cada parte de mi cuerpo se encendía, algo que el alcohol no logro hacer. Separó sus labios de los míos lentamente, la mire a los ojos, esos ojos cafés, los cuales me hacían olvidar todo. Mientras navegaba por su rostro lentamente vi cómo se alejaba, cada vez lo veía más alto, sus brazos trataron de sostenerme, pero su intento fue inútil, quedando desvalida en el suelo. Unas implacables nauseas se apoderaron de mí, sintiendo como lo que tenía dentro buscaba una salida, trate de contenerlo, pero mis esfuerzos fueron en vano, gire mi cuerpo y vomite, evitando así ensuciar a Vanessa. Justo después de eso trate de levantarme, pero mis esfuerzos eran inútiles, no sentía las piernas, me gire con gran esfuerzo para encontrarme con una Vanessa con sus manos en su cara, viéndome en mi lamentable estado, trato de volverme a levantar, pero mis esfuerzos son inútiles, al final me quedo con el torso levantado con mis manos en el suelo apoyándome en ellas para no caer de espaldas, volteo a ver a Vanessa una vez más, ella sigue en misma posición en que la vi hace poco. Poco a poco fue bajando hasta quedar de rodillas a un lado mío, le dedique una sonrisa y se lanzó para rodearme con sus brazos, y por inercia caí al suelo cuidando que mi cabeza no golpeara tierra firme. Vanessa estaba sobre mi pecho, por lo que yo levante mis brazos y le correspondí el abrazo. Duramos así unos cuantos minutos, hasta que ella separo su cabeza y me miro a los ojos, poco a poco se fue acercando a mi rostro y vi sus fervientes deseos de besarme, pero yo gire la cabeza, en estos momentos mi boca era un asco y no quería que ella probara la asquerosidad a la que sabía mi boca. Estando mi cabeza en una posición donde no me encontrara con su cara le dije
- Me podrías traer mi silla de ruedas? - Gire mi cuello para verla, su rostro mostraba tristeza y resignación, se levantó y se fue, dejándome sola. Mire al cielo, obscuro y profundo, recordé aquella terrible vez donde me querían enseñar una lección por amar locamente a una chica, pero esta situación es diferente, pero al mismo tiempo es casi igual, yo, en el suelo, indefensa. Mis pensamientos se ven interrumpidos con el sonido de las llantas de la silla de ruedas aun lado de mí, con mucho esfuerzo, y con ayuda de Vanessa me subí a aquella silla, la cual me mostraba mi actual realidad. Deje que Vanessa me guiara por la ciudad, en el trayecto mis ojos cada vez se sentían más pesados, cada vez me costaba más mantenerlos abiertos, hasta que mis esfuerzos fueron fácilmente vencidos, quedándome completamente dormida.
Una luz molesta obligo a mis ojos a abrirse, se sentían pesados, pero poco a poco fui obligándolos a abrirse. Mire el techo, el terrible dolor de mi cabeza me aturdía mucho, tuve que mirarlo varias veces para darme cuenta que me encontraba en la sala de mi casa, recostada en el sillón <como llegue aquí?> se escuchaban algunos ruidos provenientes de la cocina, con mucho esfuerzo me senté, ya que mis piernas volvían a ser solo un adorno en mi cuerpo. Al poco tiempo se dejó de escuchar tanto ruido en la cocina, gire mi cabeza y mis ojos se abrieron como platos, ella simplemente me mostro una sonrisa para después ponerse delante de mí con un vaso con agua y unas pastillas. Si bien, mi cabeza parecía que iba a explotar lo único que realmente me importaba era la presencia de Vanessa.
- Que haces aquí? - le pregunte, aun incrédula, ella me volvió a dedicar una sonrisa
- Que es lo último que recuerdas? - extendió su mano para darme las pastillas, yo las tome, las puse en mi boca, luego bebí el agua y me pase las pastillas, mientras tanto yo trataba de reordenas mis pensamientos.
- Lo último que recuerdo, fue que estaba tomando en la cocina, luego todo se vuelve confuso - mis pensamientos formularon idea tras idea, no tenía ni la más remota idea de que hacia Vanessa en mi casa - es que acaso te llame mientras estaba borracha?
- Pues no fue eso exactamente - se sentó a mi lado <que rayos hice?> ella observo mi expresión de no comprender nada y prosiguió - tú te apareciste frente a mi casa - ok, estaba totalmente confundida - luego fuimos al parque - se gire para verme directamente a os ojos - realmente me molesto que te aparecieras en tal lamentable estado, estabas ebria Lucia, me partió el alma verte así - sus ojos se comenzaron a cristalizar, mientras que un nudo en mi garganta impedía que pudiera decir algo - estuve a punto de dejarte sola en aquel parque, realmente me lastimaba que tuvieras que llegar a ese estado para olvidar algo que una vez nos unió - mis lágrimas corrían a través de mis mejillas sin control, realmente soy una idiota, no espero que me perdone, agache mi mirada, no podía soportal verla a los ojos.
- Perdón - fue lo único que pude decir, me sentía destrozada.
- Sabes, realmente te quería dejar, pero, con unas pocas palabras que me diste hiciste que no pudiera separarme de ti - levante mi vista, para ver a una Vanessa a punto de romperse en llanto - no creo que lo recuerdes, pero cuando me estaba por ir me alcanzaste y me dijiste "por favor, quédate conmigo", cuatro palabras me bastaron para quedarme a tu lado, y más aún porque sé que realmente querías que no me separara de ti, no encuentro otra explicación para que, al verme marchar corrieras detrás de mí, si Lucia, corriste detrás de mi para impedir que me marchara - <como, yo corrí?, pero si ni siquiera puedo mover algún dedo de mi pie> estaba atónita, no sabía que decir, pero mi corazón hablo por mi
- No recuerdo nada de lo que paso, pero si te viera partir haría hasta milagros para evitar que te alejes de mi lado - ella rompió en llanto, tome su barbilla delicadamente y me acerque a ella, lo suficiente como para que nuestras narices se rozaran - te amo Vanessa, y no quiero separarme de ti. Ya sé que soy una idiota y que hay veces en las que me siento una completa inútil, pero mientras este a tu lado luchare para no ser una carga para ti. - ella movió su cabeza de un lado a otro
- Tu nunca serás una carga para mí, eres la única persona con la que quiero estar, te amo Lucia, nunca más dudare, me quedare a tu lado, soy tuya, siempre lo he sido y siempre lo seré - sus labios se unieron a los míos, una corriente eléctrica, recorrió mi cuerpo, como nunca antes lo había hecho, tenía un sinfín de sensaciones
- Yo he sido completamente tuya desde la primera vez que te vi - dije, aun con nuestros labios juntos. Poco a poco fui balanceando mi peso hacia el cuerpo de Vanessa, hasta quedar recostada y yo encima de ella, todo en mi mente giraba en torno a Vanessa, tanto así que logre ponerme a horcajadas encima de ella, mi deseo de lujuria era más fuerte que mis pensamientos de estar invalida, separe nuestros labios para ver sus hermosos ojos, los cuales me llevaban a un universo alterno, donde solo estábamos nosotras dos. Volví a juntar mis labios con los suyos, sus manos acariciaban mi espalda, sentía como sus manos llegaban al borde de mi camisa, luego metió sus manos bajo mi camisa, logrando así, que sus manos tocaran mi piel desnuda. Por cada toque, por cada caricia que me daba mi cuerpo reaccionaba, era muy excitante. Mis labios se separaron de los suyos, solamente para trasladarme a su cuello - te amo Vanessa, tu eres mi posesion mas sagrada - susurre en su oído, para después seguir besando su cuello, ella gimió y me rasguño ligeramente mi espalda.
- Que rayos está pasando aquí?!! - una voz nos obligó a abrir los ojos y volver al mundo real, las dos miramos incrédulas a aquellas personas que nos observaban, una de ellas era mi madre, la otra persona era la que más quería ver enterrada en estos momentos, Maribel.
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No dire que es amor
Teen FictionLucia no creia en el amor a primera vista hasta que entro en la preparatoria, y no solo eso, ella nunca creyo que su amor seria hacia una mujer . Ella guarda sus sentimientos en lo mas profundo de su ser, ya que piensa que si los muestra a la luz s...