Desde ahora 29

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< Esa voz>

— Itachi-kun — pronuncio. Cuando volteo y lo veo vestido en una yukata azul con tonos grises y adornos rojos, sonrío olvidando todo el enojo que tuve al verlo junto a Saki—...Estoy deseando que nuestra cita empiece ya.

— Realmente anhelabas esto.

— Más de lo que puedo demostrar— me sincero— Deseaba, hace algún tiempo, que hiciéramos cosas típicas de una pareja...como venir a un festival.

— Vamos— dice, con una sonrisa comienza a caminar a mi lado— ¿ Por donde quieres empezar?

< Por donde... Veamos....>

— ¡ Comida!— exclamo ansiosa de probar los diferentes sabores.

Dulce, salado, agridulce...Luego de probar variadas comidas y quedar satisfechos decidimos intentar ganar algunos juegos.

Terminamos ganando todos, y a decir  verdad, los aldeanos no estaban tan alegres de darnos los premios.

— Son demasiados— digo intentando sujetar en un abrazo todos los premios, que van desde peluches a armas ninjas.

— Dame eso— Itachi toma con un brazo al peluche más grande.

Sonrío con ternura. Estoy tan feliz como una niña pequeña en su cumpleaños.

— ¿ Dónde vamos ahora?— pregunto acercándome a su lado.

— Quiero que me acompañes al santuario.

— Bien.

Caminamos lado a lado hasta llegar al santuario que afortunadamente no está atestado de personas y podemos entrar con total libertad. Hacemos el ritual de encender incienso y presentar nuestra gatritud, luego cojemos papeles de la suerte.

— Pésima suerte...— digo al abrir mi papel— ¿ Qué tal te fue a ti?

— Tenemos la misma suerte— me dice Itachi mostrando su papel y luego atándolo a un árbol.

Suspiro. Jamás he sido muy creyente de la suerte, y preferiría creer que es solo un papel. Así que, sin darle mayor importancia imito la acción de Itachi y ato mi suerte al árbol.

— El lanzamiento de luces ya debe estar por comenzar— sugiero.

— Antes...— él deja el peluche a un lado y me mira con seriedad— hay algo que debo hablar contigo.

Me sorprendo < ¿Será que ya sabe lo de la misión y se ha molestado?>

Dejo los premios ganados al lado del peluche que Itachi acaba de soltar y luego me centro en él.

— Uhm— murmuro sintiéndome de algún modo culpable — Yo... lo siento. Iba a decirlo antes, pero no quería desperdiciar el tiempo juntos hablando de eso.

Me mira consternado.

— ¿ De qué hablas?

Ahora soy yo la consternada.

— La misión, acompañar a Sasuke— indico— Quisiera quedarme en la aldea, pero soy ninja. Es mi deber.

Itachi frunce su ceño y luego mira alternadamente mi rostro, como si buscara palabras adecuadas para decirme.

A un extremo de mi parametro de visión puedo ver las luces alzarse en el cielo estrellado.

Se hizo tarde.

— Tu no...— susurro al ver su desconcierto— ¿No era eso lo que ibas a hablar conmigo?

— No, no lo era— responde, puedo notar un dejo de molestia en su voz y no lo culpo por ello— ¿ Cuando partes?

— ...Una vez que el festival termine— indico las luces en el cielo dándole a entender que es ahora.

El silencio entre ambos es abrumador.

— ¿ Estás molesto conmigo por no haberlo dicho antes?— pregunto para romper el silencio que nunca antes me habia incomodado como ahora.

Los ojos de Itachi me miran sin pestanear por un largo rato; por milésima vez me gustaría estar en su cabeza para saber qué piensa en estos momentos.

— Kira, es tiempo — de un momento a otro Sasuke aparece cerca de nosotros — Vamos.

— E- espera— pido— sólo un segundo...

Me acerco a Itachi y tomo su rostro para intentar obtener una palabra de sus labios. Quiero irme estando segura de que mi silencio sobre la misión no sea motivo de termino.

— Itachi-kun, lo sien...

— Ve— dice sin más, apartando mis manos de su rostro y marchándose del santuario.

Toda la felicidad anterior se ve nublada por la tristeza de la incertidumbre, y mi corazón irremediablemente se contrita.

— Vamos — digo mientras camino lentamente al lado de Sasuke, él asiente y activa su Rinnegan abriendo una brecha hacia un sitio hostil y antiguo.

— Partiremos en cuanto amanezca— dice Sasuke al sentarse bajo un gran muro de concreto— Nos quedaremos aquí hasta entonces.

Suspiro y me siento a su lado.

— ¿ Como estuvo el festival junto a Sakura?— pregunto por curiosidad.

Él ladea su rostro para mirarme con molestia.

— Bien.

Me quedo esperando más de la historia, pero él se rehúsa.

— ¿ Eso es todo lo que vas a decirme?— exclamo— quiero oír más ¿ Te gusta?

—  Solo cállate y duerme —aparta su vista algo ¿ avergonzado?

— Oh, por favor. Puedes hablar de esos temas conmigo— insisto— Soy una chica.

Silencio.

< Tal vez debería utilizar la técnica mas antigua>

— Hoy en el día me encontré con Sakura— solté — me dijo algo muy lindo de ti. Realmente me sorprendió oírlo.

La atención de Sasuke se vuelve a mi.

— ¿ Qué? — pregunta en su introversión.

— ¡ Lo sabía! — exclamo feliz de que la tecnica haya resultado— ¡ella te gusta!

Sasuke no es capaz de negarlo, sin embargo, tampoco lo admite abiertamente.

— Sabes... — digo a modo de consejo — Entiendo que una de las cosas que le gusta a Sakura de ti es precisamente tu personalidad, es incluso adorable. Pero hay ocasiones en las que ser tan reservado puede ser desventajoso; el ocultar tus pensamientos de la persona a la que amas le puede generar confusión y con ello desaliento. Estoy segura de que Sakura apreciaría que fueras sincero, aunque solo fuera una vez.

Él me queda mirando por unos segundos y luego golpea suavemente mi hombro.

— Métete en tus propios asuntos— dice con un dejo de diversión.

Me río porque en ese pequeño gesto de golpear mi hombro, me ha demostrado confianza.

Miro a nuestro alrededor y además de ruinas solo hay abundante vegetación. El silencio solo es roto por uno que otro animal.

— Este lugar es muy solitario — murmuro— ¿ No te aburrías viajando solo?

— Ya estoy comenzado a extrañar esos días  solitarios — dice mirándome con desprecio finjido.

Bufo.

— Sé que te agrada mi compañía — digo— aunque digas lo contrario.

Por fin logro sacarle una sonrisa, o eso creo ver.

—... ¿ Que te ha pasado allí? — pregu ta repentinamente haciendo referencia a mi clavícula.

< ¡Oh, por dios! Las marcas>

Cubro aquellas marcas hechas por Itachi aquella noche luego de la boda de Naruto lo más rápido posible con mis manos.

— ¡ Nada!— exclamo envuelta en vergüenza. < Pensé que ya habían desaparecido. Que descuidada>— Mejor duermete y deja de preguntar.

Amor Escarlata 2° ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora