Itachi
Después de una conversación con el Hokage acerca de mi situación en Konoha, decido visitar a Kira en su casa, pero debido a que su puerta está cerrada me veo obligado a buscar otra forma de ingresar.
En su sala de estar está todo absolutamente ordenado a excepción de un vaso de leche a medio beber.
< ¿ La leche le ayuda a dormir?>
La puerta de su habitación se encuentra a medio abrir, y una sonrisa se atraviesa por mi rostro al verla dormir plácidamente enredada en sabanas blancas con la mayor parte de sus piernas y brazos descubiertos.
Me acerco silenciosamente para verla de mas cerca, sus facciones se notan aún más suaves que de costumbre, completamente indefensa. No contengo mis ganas de tocarla y acaricio sutilmente su cabeza, al hacerlo puedo notar que una sonrisa se forma en sus labios, como si tuviera un sueño grato.
No se cuanto tiempo pasa hasta que decido despertarla.
— Kira, abre los ojos— susurro. Ante lo que ella solo emite un sonido inentendible.
< Esta situación ya se me hace familiar de Akatsuki>
— Kira...— imposible de contener mi impulso de molestarla, toco suavemente su nariz y obtengo que ella mueva su nariz al igual que un conejo y se retuerze buscando mayor comodidad— Realmente no quieres despertar ¿eh?
< No me deja otra opción>
Llevo manos a una parte de su cuerpo más sensible y ella de inmediato abre los ojos.
Kira.
Cuando despierto a penas logro entender lo que sucede cuando veo a Itachi, sus manos haciendo presión en mis costillas me hacen estallar en risas y me es imposible formular pregunta alguna.
Mi cuerpo se retuarse en la cama y a pesar de mis contantes suplicas a Itachi, se niega a dejarme libre.
— Por favor— mi voz es cortada por una risa— No...no puedo más.
Sus manos me liberan al instante.
< Uff, eso ha sido demasiado>
Tomo unos segundos para retomar mi respiración regular y luego me siento con las piernas cruzadas para ver a Itachi sentado en el borde de mi cama.
— Me alegra verte, pero— hago una pausa — ¿¡ Por qué me haces sufrir de esa forma!?
— Tu risa me decía todo lo contrario.
Bufo.
— Esto no se va a quedar así — susurro cerca de su oído y luego me pongo de pie— Ya verás.
— ¿ Qué quieres decir con eso?
Me vuelvo hacia él con una sonrisa traviesa.
— Mmm...— la situacion me divierte— ¿ A caso Itachi-kun tiene miedo de lo que puedo hacer con él?
Él solo sonríe y niega.
— Oh, por cierto — recuerdo — ¿ Has tomado desayuno?
Luego de cambiar mi ropa y peinar mi cabello me dirijo a la cocina para encontrarte con Itachi buscando la implementación para cocinar.
— ¿ Piensas hacer el desayuno?— pregunto sorprendida. Sabi que él cocinaba, pero nunca tuve la oportunidad de verlo.
— Si, ¿deseas algo en especial?— pregunta mientras pela algunos vegetales.
Me acerco a él por la espalda y envuelvo mis manos alrededor de su cintura en un abrazo.
— Eres lo más lindo que me ha pasado en la vida— pienso en voz alta— Deja que te ayude.
Lo suelto del abrazo y me pongo un delantal para ayudarle a preparar el desayuno.
— Listo, vamos a ver — con un dedo cojo un poco de mezcla para panqueques y la saboreo— Esta perfecta.
— Tienes un poco... — Itachi se fija en mis labios, alza mi mentón con una mano y luego pasa su lengua sobre ellos causandome una sensación de cosquilleo agradable— Tienes razón.
— I-Itachi-kun...—su acción me hace sonrojar y desviar mi cabeza hacia otro lado— ¿ Por qué me provocas tanto?
— ¿ Eso te provoca?
Lo admito volviendo mi vista a él.
— Muchísimo.
— Lo tendré en cuenta— dice sonriendo.
Después de unos cuantos besos y caricias, y por supuesto, tomar el desayuno, decidimos ponernos en marcha en cuanto al resto del día.
Ir a retirar el regalo para Naruto y Hinata y envolverlos.
Devolverle el traje a Naruto...y ayudarle a manejar los nervios.
Pasar a la casa de Itachi para buscar su traje y...
— ¡ Itachi-kun! — la voz animada de Saki me pone los pelos de punta. Ella baja las escaleras de la posada y recibe a Itachi de un abrazo, al parecer, sin siquiera notar mi presencia.
— Estoy ocupado, no tengo tiempo — de manera amable él retira a la chica del abrazo y toma mi mano para llevarme a su pieza sin siquiera darle explicación a Saki.
Ese acto causa una gran satisfacción en mi.
— Ella...¿ aún no se rinde contigo?— pregunto una vez que ya estamos en su habitación.
— No.
Es imposible sentir un poco de tristeza mezclada con molestia.
— Y tu ¿ piensas en ella como...— no alcanzo a terminar cuando Itachi me hace callar con un beso.
— Ni siquiera lo menciones — susurra a milímetros de mis labios— Para mi solo eres tu, y si no te ha quedado claro dime que hacer para que dejes de dudarlo.
Una voz interna clama por pedirle que se aleje de esa chica, pero en el fondo me es imposible pedirle que haga algo así. No quiero de ser quien le diga que hacer o no, no quiero privarlo del derecho de elección.
— ¿ Harías lo que sea?— cuestiono, a lo que él asiente— Sabes que te estas poniendo a merced de mi locura ¿ verdad?
— Absolutamente.
Me río.
— Quédate conmigo todo lo que resta de la noche— pido.
— ¿Eso es todo?— pregunta algo incrédulo.
Asiento con una dulce sonrisa y eso lo hace dudar.
— ¿ Tiene relación con tu venganza por haberte despertado?— inquiere.
Me encojo de hombros.
— Ya lo veremos— digo divertida.
***×***
Después de recojer el traje de Itachi, volvemos a mi casa a prepararnos para el matrimonio de Naruto y Hinata.
— Itachi-kun ¿ podrías... — me paro en seco al salir de mi habitación y encontrarme a él luciendo tan bien en traje negro elegante y su pelo recogido e una trenza.
— ¿ Qué sucede?— pregunta sonriente al notar mi reacción.
— T-te ves muy bien— menciono.
Él asiente y se acerca a mi al notar que necesito ayuda con mi vestimenta.
— Deja que te ayude— dice. Camina tras de mi y puedo notar como el ambiente entre ambos cambia.
Lentamente mueve mi cabello hacia adelante dejando mi espalda descubierta para llenarla de besos.
< ¡Oh!>
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Amor Escarlata 2° Parte
Fiksi Penggemar¿ Donde comienza o donde termina una historia? Siempre creí que el amor todo lo podía, pero estaba equivocada. A veces el amor no es suficiente. Me di cuenta que tal vez no importa cuanto ames. Ellos pueden deslizarse como agua entre tus dedos. Por...