Capítulo 35.

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Narras tú.

Desperté enrredada en la sabanas y colchas de la cama. Me senté en la cama y pasé una mano por mis ojos tratando de sacar la pereza.

A pesar de a ver dormido por horas, estaba jodidamente exahusta y cansada. Necesitaba regresar a casa, tomar un baño y recostarme y despartar cuando ya haya acabado el instituto.

Sacudí mi cabeza y me paré de la cama, necesitaba una ducha urgentemente.

Estaba en ropa interior ya que es un tanto incómodo dormir con vestido. Salí de la habitación y fui directo al baño, al parecer la casa estaba vacía, lo que era mejor para mí. Si no me equivoco, Justin seguía durmiendo en su cuarto. Joder, despertará con una resaca del demonio y se las agarrá conmigo probablemente.

Encendí la ducha y me despojé de mis vestimentas, me metí allí adentro y dejé que las gotas de agua se desplazaran por todo mi cuerpo.

Minutos después salí con una toalla envuelta a mi cintura y con el sujetador negro puesto.

Cepillé mi cabello que por cierto, estaba bastante enrredado. Pareciera que anoche había luchado contra una manada de monos salvajes.

Sequé un poco el baño ya que siempre dejo mojado todo, en realidad a mí no me parece que esté taaan mojado pero para mi madre si, dice que siempre dejo el baño como algo parecido a un parque acúatico o un balneario.

Cuando abrí la puerta del baño me encontré con Justin, que estaba sentado en mi cama, bueno, su cama en realidad.

No le presté atención y sin dirigirle la mirada tendí mi cama que estaba desordenada como el infierno.

Mientras yo la acomodaba, Justin seguía ahí sentado evitando que pudiera hacerlo con facilidad.

¿Este chico nunca se cansa de joderme? Dios ten piedad de mí.

—Permiso—dije seca sin mirarlo.

— ¿Por qué estás tan enojada conmigo?—preguntó y yo reí a carcajadas porque se estaba haciendo el completo idiota.

—Quizás si no hubiera dejado mi cita a medias para sacarte de ese puto bar repleto de fumadores, que por cierto odio—rodé los ojos y él me miró confundido.

— ¿Cita?—alargó la palabra.

—Sí—dije seca.

— ¿Con quién? ¿Por qué no me dijiste que tendrías una cita?—preguntó exaltado y yo solo lo ignoré comon hace unos minutos.

— ¿Por qué diablos yo debo darte explicaciones de lo que hice?—mi voz sonaba dura. Como si no fuera yo quien estaba hablando, sino otra persona.

—No te he pedido que me des explicaciones—trató de sonar convencido de lo que decía.

—Si tú lo dices—giré sobre mis talones y sin darle más conversación al idiota, salí de aquella cálida habitación de huéspedes.

Mi rostro no tenía expresión alguna, no quería mostrarme enojada y frustrada enfrente de Justin, aunque dudo que no lo haya notado.

Sin dar más vueltas entré a la habitación de Justin, necesitaba una camisa porque mi vestido estaba sucio luego de usarlo como una toalla.

En el momento que puse un pie en la habitación, un olor a frutos rojos se hizo presente y supe que Justin había encendido una vela aromática, no sé para qué diablos lo hizo, pero la vela estaba allí goteando la cera.

Me acerqué a su gran ropero negro, con líneas dibujadas en él, algunas rojas y otras plateadas.

El gran ropero negro estaba repleto de todo tipo de prendas, pero en general el color negro se hacía presente en las vestimentas.

Change me {Justin Bieber y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora