Epílogo.

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Epílogo.

Más despacio. Grité aturdida por el barullo que había en aquel lugar.
Cerré los ojos tratando de recuperar la compostura y me eché a correr entre las cientos de personas que había. Buscando con la mirada y examinando cada rostro a la perfección decidí darme por vencida al no encontrar a nadie conocido ahí. Mis piernas dolían y cada vez me costaba más correr. El viento tibio jugaba con mi cabello, haciendo mis rizos moverse de un lado a otro mientras movía aquella dos articulaciones que agradecía tener en aquel momento.
El bosque estaba repleto y yo llevaba un pequeño vestido color piel. Tenía los pies descalzos y cada vez que daba un paso, piedras invisibles a larga distancia, se clavaban en la planta de mis pies haciendo que gimiera de dolor. Miraba y trataba de reconocer a alguna persona para pedirle ayuda pero ninguna parecía prestarme atención, ni mucho menos verme. Agitaba mis manos tratando de llamar la atención y nada. Exhausta y agitada me desplomé de rodillas al piso y algo crugió debajo de mis piernas.
Un ramillete. Un ramillete que había visto antes estaba destrozado bajo mis rodillas. Lo tomé en mis manos y una imagen apareció en lo profundo de mi cabeza.
Un chico. Alto y de ojos mieles de aspecto desarreglado y rudo a su vez. Traía una chaqueta de cuero negra y unos tejanos oscuros.
Observaba a quién sabe qué. Forzé a mí mente para que recordara a aquel joven pero nada. Una vez más lo intenté.

¿Justin? traté de gritar a voz en cuello pero esta no salía.
Una vez más lo intenté pero tampoco dio resultado. Comenzaba a asustarme el hecho de no poder hablar. Lágrimas brotaban de mis ojos hinchados y de repente. Una figura familiar se plantó delante de mí. No quería abrir mis ojos hasta que aquel individuo habló.

—Preciosa—dijo y miles de recuerdos pasaron por mi mente en forma de una cinta de película.
No respondí. Levanté la cabeza y lo observé allí parado con su mandíbula tensa y sus ojos llorosos.
—¡Preciosa!—gritó más fuerte mientras las lágrimas caían por sus mejillas húmedas.
—Justin—grité pero no escuchó.

Con los puños cerrados y respirando entrecortadamente pasó trotando por mi par sin prestarme atención. "Estoy aquí" traté de decir pero las palabras no salieron.
Volteé y me di con muchas lápidas con nombres y demás. ¿Un cementario? pensé aturdida.
Justin cayó al suelo de rodillas con sus manos enredadas ahora en su cabello. Pude notar que seguían cayendo lágrimas.
Me acerqué a él dando zancadas y me topé con una lápida gris.

《____ Logan. Fallecida el 23 de Mayo del 2005. Tu novio y amigos siempre te recordaremos》

Mi corazón se detuvo al verme mi nombre grabado allí. Justin seguía llorando y yo solo estaba allí, presenciando mi tumba.
Poco a poco, to se fue desvaneciendo y Justin, la tumba y el cementerio se habían esfumado en un abrir y cerrar de ojos.

Desperté en una pequeña habitación desconocida. Estaba atada de brazos y pies, por lo tanto, no me era imposible moverme.

Mi cabeza estallaba y podía sentir mis entrañas retorcerse. Mis muñecas estaban moradas por la soga que impedía la sangre circular y hacer su trabajo.

Ahogué un grito y traté de enfocarme para saber dónde estaba pero... nada.

Moví mi cuerpo y una tonelada de polvillo se levantó. La puerta se abrió con fuerza y levanté la mirada para encontrarme con un rostro familiar. Smith. El detective Smith.

—¡Gracias a Dios, por favor sáqueme de aquí!—supliqué y él rió seco. Sus ojos se clavaron en mi cuerpo herido.

—Pobre ilusa—soltó una caracajada—pasen—dijo y dos rostros familiares entraron.

Ashton y la mismísima puta de Justin entró a la habitación. Kim, la perra que más de una vez estropeó nuestra relación.

—Traigan la navaja—gritó Kim y luego, lentamente, se acercó a mí—también juego sucio y te dije que me iba a vengar.

No respondí.

Nev apareció en el cuarto con una navaja en su mano. Mi cuerpo se retorció al ver su imponente presencia delante de mí.

—Hija—dijo en forma de broma y todos rieron—es hora de castigarte por ser mala con papi—se acercó a mí decidido a golpearme.

—¡No!—grité—estoy embarazada.

Change me {Justin Bieber y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora