Capítulo 37.

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Narra Justin.

Este era el momento que tanto había esperado, hace semanas que he esperado que los Evans regresaran para poder recuperar la mercancía y el dinero robado.

Quería romperle cada hueso un por uno al idiota de Zack.

En mi rostro había una sonrisa, no de felicidad, sino de esas victoriosas.

Me quedé observando el tapizado de la pared ya que nadie decía ni una palabra, al parecer todos estaban sorprendidos, quizás más que yo aun.

Bruce tenía un gesto de repucnancia en su rostro, parecía asqueado y frustrado al mismo tiempo, Drake solo estaba ahí jugando con sus dedos nerviosamente, mientras que Lenny solo observaba el rostro de Bruce con una sonrisa burlona.

—Pues ya ¿Qué ha ocurrido con las bombas que pusieron?—pregunté ya cansado de que nadie dijera nada.

—Están intactas en el almacén, un amigo mío está vigilando enfrente por si los Evans pasan por allí—dijo Jason mientras se acomodaban en el sofá gigante donde estaba también Luke.

—Entonces solo queda esperar—hice una pausa—deberíamos citarlos y hacer que entren allí—dije con la esperanza de que aceptaran.

—Eso es muy arriesgado Justin, solo esperemos un poco y si no atacan, nosotros nos adelantaremos—Luke sonaba más asustado de lo normal.

Nadie dijo nada más y yo me paré del sofá cansado de estar esperando que estos cabrones no dijeran nada.

Salí por la puerta principal y me encontré con mi tan apreciada motocicleta aparcada enfrente de casa. Me puse la chaqueta negra que llevaba amarrada en mi cintura y subí a Holly sin dar vueltas.

Arranqué y las ruedas rechinaron haciendo que un escalosfrío recorriera mi cuerpo.

Narras tú.

¿Estaba asustada? Sí. Desperté sin Caroline a mi lado, pensé que algo le había ocurrido pero era que su madre la llamó para que fuera al supermercado.

Me quedé recostada en la cama buscando algo que me hablara de mi madre en mi iPhone.

Estaba concentrada buscando algo para saber más de ella cuando una olla de metal cayó con fuerza en el primer piso. Mis vellos de los brazos se pusieron de punta, mi corazón latía con tal fuerza que estoy segura que aún a kilómetros se escuchaba.

Mi respiración era agitada, las palmas de mis manos estaban húmedas por el sudor. Dejé mi iPhone a un lado y sin hacer demasiado ruido me paré de la cama.

Sigilosamente caminé por el largo pasillo que conducía a las escaleras que llevaban al primer piso, donde se escuchaban pisadas. Mis manos temblaban como el infierno y mis piernas me rogaban que no siguiera caminando, pero no le di importancia y seguí caminando lentamente.

Bajé las escaleras y observé la sala de estar. Nada.

Continué caminando por la planta baja, tratando de no hacer mucho barullo, tomé un florero que estaba sobre un estante.

Si había alguien en la cocina, le arrojaría el florero en su rostro.

Cada vez que me acercaba a la cocina, se escuchaban aún más fuerte las pisadas. Pero eso si, puedo asegurar que solo había una persona.

Tratando de no hacer demasiado ruido me acerqué a la nevera que está a una esquina de la cocina. Alguien hacía ruido con los cubiertos de metal, mi respiración se tornó más agitada. Alzé el florero arriba de mi cabeza sosteniéndolo firme, preparada para atacar. Me armé de valor y salí detrás de le nevera e inmediatamente arrojé el florero contra la pared.

Change me {Justin Bieber y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora