CAPITULO 10

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Llevaban poco rato jugando, todos se lo estaban pasando genial, alguien desde detrás de la valla les observaba sin que nadie se diese cuenta. Alguien vino por detrás...

...: ¿Estás viendo como se miran cada vez que tienen oportunidad? (Riendo)

Giselle: (Girándose asustada) ¡Javier! ¿Que haces aquí?

Javier: Pues lo mismo que tú

Giselle: Solo están jugando, nada más...

En la pista. Roberta le acababa de pasar el balón a Diego

Miguel: ¡Vamos, vamos, Diego!

Luján: ¡Vamos muñeco, solo un poco más!

Mia: Y... (Viendo el balón) ¡Si! ¡Punto para el "Elite"! 

Roberta sonrió junto a Diego

Roberta: ¡Genial muñeco de plástico!

Diego: (Riendo) Juego en equipo mi peliroja (Chocándole los cinco)

Diego pasó su brazo por el hombro de Roberta y caminaron hacia su parte de la pista. Javier miró a Giselle.

Javier: ¿Seguro? (Sonriéndole maliciosamente) 

Giselle: (Apretando los puños) Quiero hacerlo ahora

Javier: ¿Ahora? ¿Estás segura? 

Giselle: Si, vamod aconpañame

Javier le hizo caso y la acompañó.

Al día siguiente, todos estaban en sus clases, derepente el altavoz conectado por todas las áreas del campamento empezó a sonar.

Voz del director: Atención a todos los alumnos y profesores, reunanse inmediatamente en el pavellón de actos.

El mensaje se volvió a repetir una segunda vez entre las habladurías de todos. Se levantaron para dirigirse hacia allí. Giselle miró a Javier entre la gente sin ninguna expresividad, él le sonrió. Entonces notó una mano en su espalda.

Diego: ¡Hola!

Giselle: (Asustada) Ah... Hola Diego (Dándole un beso en la mejilla) 

Diego: ¿Que tal? ¿Que crees que habrá pasado? 

Giselle: Pues... Ni idea

Diego: Algo grave eh, la voz del director no parecía muy simpática (pasó su brazo por su hombro)

Giselle se quedó callada, le vino la imagen a la cabeza del mismo gesto que, la noche anterior, le hizo a Roberta en la pista. Su miedo se convirtió en resentimiento y se enorgulleció de lo que había hecho la noche anterior.

Diego: ¡Ey! (Chispeando los dedos frente a sus ojos) ¡Vuelve! (Riendo) ¿En que piensas?

Giselle: (le sonríe) En nada, mejor démonos prisa (agarró la mano de él que colgaba de su hombro)

Por otra parte...

Roberta: ¿Quien es? (Tocando las manos que tapaban sus ojos por detrás)

Javier: ¿Quien crees? 

Roberta: ¡Javier! (Girándose) Nos pueden ver...

Javier: Tranquila, los profesores ya están en el pavellón (besándole)

Por más besos que recibía de él todavía no se había acostumbrado, seguía sintiendose incómoda.

Roberta: (separándose) ¿Tú sabes lo que sucede?

Javier: Que va, no nos han dicho nada, debe de ser grave seguro (abrazándola por la cintura)

Roberta: Si... Oye y ¿Por que estás tan cariñoso? (Sonriendo)

Javier: (Apoyándose en su frente) Es que me encanta estar contigo... (Sonriendo)

Roberta le devolvió la sonrisa.

Todos llegaron al pavellón, tomaron asiento y el director no tardó en salir al escenario.

Director: Bueno chicos, siento haber interrumpido sus clases, pero tienen que ser informados de algo bastante grave... (Se aclaró la garganta) esta mañana he entrado en el despacho y me encontré un cajón de mi escritorio abierto. Ahí guardaba el dinero que mantiene este campamento en pie (se llevó una mani a la cabeza) 

Todos se sorprendieron, incluso algunos de los profesores se levantaron del asiento asombrados.

Director: Tranquilos (haciendo gestos a los profesores) Voy a dar la oportunidad de que la persona que sea la responsable de esto, suba aquí y nos lo explique a todos...

El directoe cruzó sus dedos y dió unos segundos de espera.

Director: El castigo de esto sería la expulsión del campamento, pero si sale ahora el culpable todo se puede hablar...

Volvió a dar otros segundos. Todos estaban confundidos, no entendían quien era capaz de hacer algo así.

Director: Está bien. Mientras estaban en sus clases, las habitaciones fueron inspeccionadas, y por suerte encontramos el dinero. Sabemos quien fue, pero voy a dar la última oportunidad a esa persona para que se libre de la expulsión...

Hubo silencio...

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