CAPITULO 39

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Ese día el sol era intenso, para desgracia de los alumnos, ya que no les convenía por la actividad grupal de aquella tarde.
Roberta: Todavía me sigo preguntando que tiene esto de compañerismo (mientras se hacía un doble nudo en el cordón de sus deportivas)
Luján: ¡Eso da igual! (Saltando de la cama, anunciando que ya estaba lista) Me encanta el senderismo (levantando sus piernas, como corriendo sin moverse del sitio) deberíamos hacerlo más a menudo ¿verdad?
Lupita: Pero... ¿Hoy? (Repasándose el recogido que se había hecho en el cabello) hoy es más bien día de piscina ¿no? (Con mala cara)
Roberta: Si... (Levantándose y mostrando su atuendo de montaña) en la piscinita, con un refresco, uff... (Cruzando sus manos)
Luján: Dejar de quejaros flojas (Agarrando el brazo de cada una de ellas) ¿vamos?
Roberta: Habló la amiga deportista... (Desanimada)
Lupita rió, y, nada más salir de la cabaña, chocaron con Mia y Miguel, que tenían la intención de tocar la puerta.
Roberta: ¡Barbie! (Mirándola de arriba a abajo) nunca mejor dicho...
Mía se colocó bien uno de los calcetines largos que de había conjuntado a consciencia con el cuello de su camisa rosa, las perlitas de sus deportivas brillaban tanto como los brillantes de su gorra. Su look se complementaba con unos shorts de marca. Aquellos colores rosas y blancos, parecían no haber sido estrenados hasta ese momento.
Roberta: Pareces un helado de fresa y nata (yendo hacia ella mientras se relamía, bromeándole)
Mía: ¡Aaah! ¡Roberta! (Pegando en el aire para ahuyentarla)
Roberta: (riendo) Ya... Como te pones...
Mía: Dices de mi pero... (Dándole una vuelta a su amiga para verle el conjunto) por favor... (Poniendo mala cara)
Roberta: ¿Que? Al menos yo no iré perdiendo perlitas por el camino...
Mía resopló molesta.

La caminata empezaba en la parte mas baja de una montaña. Para llegar hasta ahí habían tenido que caminar un largo trecho así que no creían que ahora tuvieran que escalar aquello.
Monitor: Recordar que ir unidos es lo que nos ayudará a llegar hasta arriba
Esas palabras hicieron que todos miraran hacia lo mas alto de aquella montaña, todos menos Diego, que, nuevamente, como muchas otras veces en su vida, observabaa cada gesto de ella. No podía creer que hasta el atuendo más informal le hiciera resaltar ante todas, pero ella, consciente o inconscientemente, sabía como lucirse en cada situación.
A Diego le encantaba esa coleta despeinada que se había hecho, con ese cabello rizado, largo y rojizo... Cualquier cosa le quedaba bien, y así, con el pelo recogido podía fijarse mejor en su rostro
Giovanni: ¡Ey!
Diego: (Asustado) ¡¿Que?! ¡Giovanni! ¿porque siempre me haces esto?
Giovanni: ¿Que miras? (Buscando entre la gente) ¿Alguna chica?
Diego: (Golpeándole la nuca) ¡Vamos, anda! (Caminando)
Giovanni: ¡Auch! (Acariciándose la zona afectada)

La excursión sucedía sin imprevistos. A medida que iban subiendo, el terreno se complicaba. A mitad de trayecto, Axel se había juntado con Roberta, habían estado hablando, sobretodo de su día en el pueblo de al lado. Ella quiso omitir los detalles con Diego.
Axel: ¿Vas bien? (Clavando el pie en una roca)
Roberta: Si, si (limpiándose el sudor de la frente)
Axel: ¿Segura? (Pasando al otro lado de un hueco que les separaba)
Roberta: Si, solo estoy cansada
Roberta dió un pequeño saltito para superar ese obstáculo que Axel ya había pasado. El que estuviera al otro lado, esperándola, ofreciéndole una mano, le hizo relajarse; tanto que se olvidó de mirar por donde pisaba. Notó un leve contacto con la mano de Axel antes de caer y su voz gritando su nombre mientras aquello sucedía. Lo siguiente que notó fue un fuerte tirón que aguantaba su brazo, evitando que cayera montaña abajo. Miró hacia arriba con desesperación
Roberta: No me sueltes (intentando buscar un punto de apoyo)
Diego había reaccionado con rapidez y ahí la tenía, colgando de un brazo sin saber que hacer. Axel intentaba pasar al otro lado para ayudar a Diego, ya que él había visto como, al tener aquella reacción tan inmediata, había colocado su pie entre dos rocas y, cada vez que empujaba hacia arriba a Roberta, su pie se torcía más.
Axel: ¡Diego, aguanta! (Cruzando)
Roberta notó la cara de dolor de Diego, y aunque no sabía que pasaba, sabía que algo andaba mal.
Roberta: Diego... Diego, ¿que pasa...? (Aguantándode fuerte a él)
Diego no contestaba, lo cierto es que si habría la boca sería para gritar de dolor. Cerró los ojos con fuerza y mientras gemía fuertemente, subió a Roberta de una. No supo de donde había sacado esa fuerza pero ella yaeestaba a salvo, todavía en el suelo, junto a él. Axel, aunque tarde, había llegado hasta ellos para ayudar a Diego a sacar su pie de entre las rocas. Roberta se asomó en el agujero, su tobillo estaba en horizontal, se le escapó una mueca de dolor.
Roberta: Tranquilo (Acariciándole la mejilla) lo sacaremos de ahí
Y antes de que Roberta introdujera sus manos para ayudarle, él estiró, resonando entre el hueco, el sonido de su hueso roto.
Diego: ¡Aaaah! (Sudando, abrazándose a su rodilla)
Roberta: ¡Diego...! (Realmente asustada)
Posó su pie cerca de ella, donde pudo observar que, efectivamente, se lo había roto. Ella se levantó alarmada y miró a Axel, con una mirada de desesperación.
Roberta: Saquémoslo de aquí

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