CAPITULO 47 FINAL

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Roberta paró en seco antes de seguir el camino hacia el autobús: Ya iban dos veces que a Coco se le caía su bracito derecho. Guardó aquella patita en uno de los bolsillos de su maleta y siguió arrastrándola.
Roberta: (Pegando a Coco en su pecho) Tranquilo pequeñito, en cuanto lleguemos a casa voy a curar tu brazo
...: ¿Sabes coser?
Roberta: (Volteandose) si (sonriéndole) de coser, barbie
Mía: (sonriéndole y abrazándola mientras caminaba junto a ella) ¡Se acabó! (Viendo como su amiga asentía entristecida) ¿Te pone triste no estar mas aquí?
Roberta: Bueno, tampoco es que podamos... (Viendo el espectáculo: el campamento derrumbado) Pero no, no es eso (suspirando) es... Giselle...
Mía: Y... ¿Se puede saber que pasó con ella...?
Roberta: Pues... Esta tarde lo sabré
A pesar de la confusión, Mía aparcó el tema.

En el autobús. Diego y Roberta se sentaron juntos, haciéndose arrumacos, ya que ella estaba un poco mas animada.
Roberta: ¿Sabes? (Dándole un beso en la mejilla) cuando veníamos al campamento, le decía a Mía que hubiera estado mas entretenida durante el viaje contigo
Diego: ¿Si? (Robándole un beso)
Roberta: Si, ella no me hacia tanto caso como tú (sintió un golpe en su asiento por detrás) ¡Ey!
Mía: Te recuerdo que voy detrás tuyo
Roberta rió. Siguieron hablando durante el camino, iban a tardar hasta estar de vuelta a casa. Roberta estaba nerviosa, ya que al llegar a la ciudad se dirigirían todos al funeral de Giselle, y para ella era un acto importante al que asistir; al parecee tenía algo que saber sobre ella. Esa misma mañana, mientras recogía sus cosas, había recibido la llamada de una mujer que decía ser la madre de Giselle. "¿Roberta?", fue lo que escuchó a través del telefono. Lo mas sorprendente es que sabía su nombre.
Diego: ¿Estas nerviosa? (Sacándola de sus pensamientos)
Roberta: Un poco (sonriendo tímidamente)
Diego: Todo estará bien (apoyándola en su hombro)

Al fin llegaron, y después de una hora, aproximadamente, de reencuentro con la familia cada uno en sus casas, muchos pusieron rumbo al funeral: Giselle iba a ser enterrada. En casa de Roberta.
Alma: Hija ¿segura que no quieres que te acompale?
Roberta: No (Poniéndose el tacon que lw faltaba mientras se dirigía a la pata coja hacia la puerta) iré sola, ya te lo dije y (abriendo la puerta) me voy ya porque voy tarde
Cerró la puerta mientras escuchaba a su mamá gritar, despidiéndose.
Diego: No llegarás tarde
Roberta, al girarse, vió a Diego vestido con un traje negro, montado en su coche, en el que le había llevado ya un par de veces
Roberta: ¿Que haces aquí?
Diego: Soy tu ángel de la guarda, vengo a salvarte de nuevo de otra situación mas (rió)
Roberta rió después de él. Sin duda, su ángel de la guarda. Montó en el coche y arrancaron

Una vez en el funeral, Roberta se sentía perdida, no conocía a mucha gente, la mayoría de saludos eran con gente del campamento que se había preswntado para despedirse de su amiga. Una mujer se acercó a ella.
...: ¿Ro... Roberta?
Roberta: Si, soy yo
La mirada de la mujer se iluminó y una sonrisa se le dibujó en la cara
Roberta: Usted es...
...: Elvira, madre de Giselle. Muchas gracias por venir (Agarrando su mano)
Roberta: (Confundida) A usted por contactar conmigo, pero no entiendo que...
Elvira: (Fijándose en Diego) Tú debes de ser Diego
Diego: Pues si, señora
Elvira: Un gusto querido, Giselle me había hablado mucho de ti
Diego: ¿Si? (Nervioso, temiendo una mala reacción de Roberta)
Elvira: Si pero, más que nada de ti, Roberta
Roberta: ¿De mi? (Asombrada)
Diego: ¿De Roberta? Y no sería de lo buenas amigas que eran... (Roberta le dió un codazo) Auch.. 
Roberta: Disculpe señora... Es que verá, nosotras no es que nos lleváramos muy bien ¿sabe?
Elvira: Lo sé, y quería darte una explicación de su parte.
Los tres se apartaron un poco del lugar para charlar.
Elvira: Giselle tenía una hermana... TENÍA (recalcó) ella la adoraba, era su hermana mayor pero... Desgraciadamente, y no se si por un juego del destino, su hermana murió en un incendio.
Diego y Roberta de asombraron
Elvira: Según contaba Giselle, Anna, su hermana, había entrado de nuevo para recuperar su peluche
Roberta: No puede ser... (Susurrando)
Elvira: Si y, a partir de ahí, pasó una mala época, se sentía culpable porque decia que ella había matado a su hermana... Con los años se le añadió el sentimiento de ira, alegaba que Anna la habia abandonado, pero la verdad, es que la culpabilidad siempre la llevaba encima...
Roberta: Pero... ¿Y yo que tengo que ver?
Elvira: Tú... (Se acercó a ella y acarició su mejilla) Tú querida, eres la viva imágen de Anna (Robeeta abrió los ojos, sorprendida) Giselle me llamaba, incluso a veces llorando, decía que no pofia tenerte cerca, que iba a estallar... Tus gestos, tu rostro.. (Sonrió)
Roberta: Por eso es que...
Elvira: Por eso es que no teniais buena relación ¿verdad? Espero que ahora lo entiendas todo, y la perdones
¿Perdonarla? La recordaría poe siempre. Con una oportunidad para conocerse hubiera bastado, pweo como no pude ser así, ella mantendría el recueedo de Giselle siempre vivo.

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