capitulo 19

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Roberta seguía buscando mientras escuchaba la puerta cerrarse 

Roberta: Ah, no hace falta que cierres, será un segundo

No obtuvo respuesta pero estaba demasiado entretenida buscando

Roberta: ¡Aquí están! (Se levantó y se giró hacia Javier) gra... ¿Que haces? (Viendo como cerraba con las llaves)

Javier: Tenemos una conversación pendiente (acercándose a ella)

Roberta: ¿Que? ¿De que? (Nerviosa)

Javier: ¿Que hacias ayer en la playa?

Roberta: (Retrocediendo hacia atrás) Nada... No estuve en la playa...

Javier: ¡Mientes! (Llegando hasta ella, acorralándola en la pared) estabas con ese imb*ecil

Roberta: ¿Que? No, yo no salí ayer...

Javier: ¡Deja de mentirme! (La agarró de la muñeca fuertemente)

Roberta: Javiee me haces daño... (Asustada)

Javier: ¡Mírame a los ojos y dime que no estubiste con él!

Roberta bajó la mirada

Javier: Lo sabía... Estú*pida mentirosa (apretando mas su muñeca)

Roberta se extremeció ante esas palabras, jamás escuchó a Javier hablando así. Levantó la cabeza para mirarle y este le propinó una bofetada, haciendo que Roberta se tapara la cara y empezara a temblar

Javier: Que te dije ¿¡Eh!? ¡Que no hablarías más con él!

Roberta estaba pálida, jamás habia estado tan asustada, las lágrimas empezaron a brotar.

Roberta: Javier, dejame ir por favor (llorando)

Javier: Tú es que no aprendes...

Roberta: No volveré a hablarle te lo juro

Javier: Eso ya no me sirve, como no puedo darle una lección a él, te la daré a ti (se pegó a su cuerpo agarrándola por la cintura)

Roberta: Javier por favor... (Entre llanto)

Javier: (Apartándole un mechón de pelo) Estás guapísima hasta cuando lloras... (Besándole el cuello)

Roberta se retorcía. Empezó a llorar con más fuerza. Sabía lo que iba a pasar pero a penas lo creía, llegó a pensar que todo eso no era real. En medio de la noche, en aquel campamento desierto, lo únici que se escuchó fue un grito ahogado, grito que se llevaron las olas...

Diego despertó. Había tenido una pesadilla. Miró la hora; las 3 de la madrugada. Se quedó un rato sentado en la cama, pero decidió salir a caminar. Estaba llegando al centro del campamento, allí había una fuente que señalaba el centro de aquella pequeña plaza. En ese lugar era donde más carteles indicativos había, leyó uno que indicava hacia la izquierda: "playa". Sonrió. Se acordó de aquella noche junto a ella, aunque no había conseguido que aceptara su proposición, había conseguido otra cosa, un pedacito de su corazón; se encargaría de cuidarlo bien, y así, ganarsela poco a poco. Unos ruidos detrás de él lo sacaron de sus pensamientos. Se giró, esa melena era inconfundible. Volvió a sonreir ante la casualidad que la vida le ofrecía, pero la sonrisa se le borró enseguida. Veía a Roberta tambaleándose de un lado a otro, se cogía un tirante de su camiseta, que apenas podía sujetar, y de poco le servía, ya que su camiseta estaba rota por todas partes, al igual que sus shorts. Venía descalza y temblaba a cada paso, tenía el cabello revuelto. Vió como se dejó caer al lado de la fuente. Diego fue corriendo, asustado.

Diego: (llegando a su lado) ¡¡Roberta!! ¡¡Roberta que ha pasado!! 

Ella no reaccionaba, ahora que la tenía más cerca vió su labio roto, su maquillaje esparcido por el rostro, tenía los ojos rojos y estaba llena de marcas. Emitía unos leves gemidos que se mezclaban con su respiración entrecortada. Lo único que hacía era temblar y mirar al vacio

Diego: Por dios... Roberta que te ha pasado...

Ella por fin lo miró, con una mirada perdida, él pudo ver el miedo en sus ojos. Roberta abrió la boca, llena de sangre.

Roberta: P... Porque... (Sus ojos se aguaban) ¡porque no me ayudaste! (Explotando en llanto)

Diego quedó perplejo. Ella empezó a golpearle en el pecho mientras gritaba histérica.

Roberta: ¡¡Porque no me ayudaste!! ¡¡Porque no estabas conmigo!!

Diego: (aguantando sus puños) ¡Roberta ya! ¡Dime que pasó!

Roberta explotó en llanto y cayó totalmente al suelo, estirada. Diego le aguantó la cabeza

Diego: ¡Roberta! ¡Reacciona! 

Ella gritaba y lloraba, se retorcía en el suelo

Roberta: No... No... Por favor... (Llorando tapandose la cara)

Diego la miraba de arriba a abajo, quería una explicación

Diego: Roberta... Por favor...

Roberta: Javier... Javier me...

Diego quedó en shock, se le paró el corazón unos segundos. Ya lo había entendido todo. Roberta volvió a gritar. Su cuerpo empezó a tener convulsiones

Diego: ¡Roberta! (Golpeándole levemente la mejilla) amor por favor reacciona 

Diego vió como ella se combulsionaba y se arqueaba. Estaba teniendo un ataque

Diego: Mi amor por favor...

Diego empezaba a derramar algunas lágrimas. Roberta quedó sentada en una de sus combulsiones, empezó a toser. Él acariciaba su espalda. Y en un momento ella empezó a vomitar. Diego se levantó y le sujetó el pelo

Diego: Ya esta mi vida... Ya esta... (Acariciando su espalda)

Después de eso Roberto quedó tendida en el suelo de nuevo, apenas escuchaba nada, casi no podía ver ya que no lograba abrir los ojos más de unos segundos y lo que veía estaba borroso. Se sentía dolorida; notó como la levantaban del suelo y ella soltó un pequeño quejido.

Diego: Shhh... Tranquula, todo está bien (cargándola en brazos)

Diego decidió llevársela a su habitación, sus compañeros nunca se despertaban por nada. Se encerró con ella en el bañl, la sentó apoyada en la pared y empezó a llenar la bañera. Roberta seguía en shock, nerviosa y sin poder respirar bien. Diego le limpió la boca mientras le iba hablando para que se calmara.

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