CAPITULO 35

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Roberta: Pues encantada Axel (extendiendo su mano) yo soy Ro...
Axel: Roberta, lo se (aceptando su saludo)
Roberta: ¿Como lo sabes? (Sorprendida)
Axel: Llevan todo el verano hablando de ti... La canción que cantaste el primer dia, la expulsión, lo de aquel monitor... (Dándose cuenta) Oh... Lo siento, no quería...
Roberta le sonrió y palmeó su brazo suavemente
Roberta: Tranquilo Axel (sonriéndole) ¡Vaya! Parece que soy famosa... 
Axel rió nerviosamente
Axel: Si, y ahora lo de... (Mirando su abdomen)
Roberta se lo tapó en cuanto sintió aquella mirada
Roberta: Ah si... Tu tambien lo sabes ¿eh?
Axel asintió
Axel: Y me parece de valiente que vayas a tenerlo
Roberta sonrió ampliamente y se acercó a él
Roberta: Gracias (ilusionada)
Su corazón latia rápido, él le devolvió la sonrisa y puso su mano en su vientre, ella la aceptó. Suspiró de felicidad, aunque sospechaba que su reacción enamoradiza era porque sentía que la reacción de Axel era la que necesitó de Diego en su momento, se dejó llevar igualmente. Diego observó rabiando aquella escena, aquel tipo estaba acariciando el vientre, todavia no desarrollado, de Roberta. Quería levantarse y meterle la cabeza en la piscina hasta dejarle sin respirar, pero no podia ser, él habia rechazado el estar en su lugar, ya era demasiado tarde; decidió no fijarse en ellos.

Roberta y su nuevo amigo, Axel, se pasaron el tiempo charlando, jugando en el agua y tomando el sol. A Roberta le habia parecido un buen chico, así que quiso dejarle las cosas claras desde el principio. En el momento de despedirse, cuando todos abandonaban la piscina...
Roberta: Axel, me ha encantado pasar la tarde contigo (sonriente)
Axel: A mi también, y obviamente junto a... (Poniendo la mano en el vientre de ella)
Roberta: (Se alejó sutilmente) Oye, antes de que todo esto se complique... Quiero aclararte quw yo no busco nada serio... (Aclarando su voz) bueno, ni serio ni nada... Quiero decir que, yo me olvidé de chicos ¿entiendes?
Axel sacó su mejor sonrisa, y aunque eso le dolia, aceptó lo que estaba escuchando
Axel: No te preocupes Roberta, no queria que se notase tanto que iba detras tuyo (rió junto a ella) pero no hay problema, espero que al menos me aceptes como una nueva amistad
Roberta: (aliviada) ¡Claro! Seguro que seremos muy buenos amigos (sonriente) 
Los dos se despidieron cordialmente y mientras Roberta observaba como aquel chico de alejaba, pensaba en lo comprensivo y atento que habia sido. Sonrió.
...: Vaya cara de niña tonta que te ha dejado ese tipo
Roberta: (Cayendo de las nubes y mirando hacia la voz) pero, ¿que...? 
...: Si, si, no disimules...
Roberta: Ahora no vengas a molestarme con estas cosas Diego
Diego: No pretendia molestarte, simplemente iba a cambiarme y me paré a hablar contigo
Roberta: No se para que, tú ya me lo dijiste (agachando su cabeza y aflojando su tono de voz) no te necesito...
Diego: Lo se (sonriéndole)
Roberta odiaba cuando actuaba asi, esa forma tan pasiva de mirarla o de hablar con ella, incluso preferia las peleas
Roberta: Eres un idi*ota Diego... (Marchándose)
Diego: (Agarrándola del brazo) tampoco hace falta que me hables asi ¿sabes?
Roberta: ¡Suéltame! (Alterándose)
Diego la soltó y en ese momento ella emitió un pequeño quejido mientras envolvia su abdomen con sus brazos, Diego se alarmó.
Diego: Roberta, ¿estás bien? (Apoyando la mano en su hombro)
Roberta: (encogiéndose hacia delante) Pues... ¡No imbé*cil! (Gritándole) 
Diego: Ven que voy a ayudarte (sujetándola)
Roberta: (Alejándose con fuerza) ¡Déjame! Ya puedo sola...
Diego: Pero...
Roberta: ¡Cállate! (Marchándose mientras le gritaba e intentaba caminar con normalidad)
Diego suspiró, quedándose solo. Roberta ya habia llegado a su habitación, durante el camino se le habia pasado el dolor, y es que habia notado que en algunos momentos puntuales en los que sentia estrés o nerviosismo, su estomago le respondia con fuertes punzadas. Se sentó en su cama, a charlar con sus compañeras, mientras mantenia en brazos lo único que le quedaba de él: coco. Empezó a recordar los buenis momentos, las noches en la playa, el cantar junto a él, los juegos, las bromas, los besos, las grandes confesiones de amor, ya eran parte del pasado
Luján: ¿Roberta?
Roberta: ¿Eh...?
Lupita: ¿Nos estabas escuchando? Estabas en las nubes ¿verdad?
Roberta se encogió de hombros entristecida
Roberta: No se donde estaba...

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