CAPITULO 33

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Roberta se había pasado con Mía el resto del día. Ya era de noche y esperaban la visita que tranquilizaría a Roberta.
Mía: Te estás equivocando... (Caminando de un lado a otro)
Roberta: ¡No me estoy equivocando Mía! (Histérica) ¡Ya déjalo!
La puerta sonó y apareció Giselle con una pequeña cajita
Giselle: Aquí tienes (dándosela)
Roberta sintió alivio, incluso quiso abrazar a esa bruja. Tras tener la caja en sus manos, se metió corriendo al baño. Estubo 10 minutos dentro. Al salir, Giselle la miraba ansiosa, rezando porque fuera positiva.
Mía: (Dándose cuenta de la presencia de Giselle) ¿Sigues aquí? ¡Ya puedes marcharte!
Roberta: Estoy embarazada
Un silencio se hizo en la habitación. Tanto Mía como Giselle se quedaron sin respiración. Roberta tiró la prueba encima de la mesa, las dos chicas se asomaron para poder ver con sus propios ojos que había salido positivo, y así era. Mía se acercó a Roberta con la mano en la boca, sorprendida.
Mía: Roberta... (Casi susurrando)
Roberta: Estoy embarazada (repitió, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas)
Giselle, que estaba tan perplejas como ellas, sintió una punzada en el pecho. Ver esa escena... ¿le dolía? No sabía porque pero se sentía mal, aunque intentó olvidarse de ese sentimiento.
Giselle: Lo... Lo siento Roberta... (Acercándose unos pasos)
Mía: ¡Lárgate! (Mientras consolaba a Roberta)
Giselle se alarmó ante aquel grito, se quedó mirándolas unos segundos más y luego decidió marcharse.
Roberta: (Poniendo la mano en su vientre) Mía... Voy a ser mamá (llorando)
"Mamá". Esa palabra le venía enorme, no estaba preparada para algo así, ¿que pasaría con sus estudios? Y, ¿si Javier salia algún día de la cárcel? Tendría problemas, Javier es un loco perturbado, pero... ¿A caso estaba pensando en tenerlo? Y, ¿que ppasaría con Diego? ¿Como se lo iba a decir? Tenía tantas preguntas sin respuesta. Empezó a hiperventilar y Mía se percató
Mía: Amiga tranquilizate (acariciando su cabello) miraremos que hacemos ¿si?
Roberta: ¡No! (Levantándose) YO miraré que haré, es mi problema, mi hijo y estoy sola en esto
¿Su hijo? Se había mareado un poco al escucharse decir eso. Se sentó en una silla con las manos en la cara
Roberta: No puedo con esto... (Ahogada)

La noche terminó así, Robertase había quedado en la habitación de Mía, junto a sus compañeras, que fueron las siguientes en enterarse de la sorprendente noticia. Al día siguiente volvió a su cabaña para informar de la situación a Lupita y a Luján, seguidamente iría a hablar con Diego. Giselle vvio como Roberta salía de la habitación de Mía, y, para su suerte, Diego venia con cara de preocupado, sin haber visto a su novia alejarse.
Giselle: ¡Hola! (Con una amplia sonrisa)
Diego: Ahora no (alejándose)
Giselle: ¿Buscas a tu novia?
Diego paró en seco y fue hacia ella
Diego: ¿Donde está?
Giselle: ¿Hace tiempo que no la ves? (Rió)
Diego: ¿Sabes donde está o no? (Irritado)
Giselle: Prueba en su habitación
Diego estaba enfadado. ¿Que estaba pasando últimamente? Casi no veía a Roberta, además... Giselle no paraba de hablarle de ella, como si supiera algo que él tendría que saber. Ya la había ido a buscar a su habitación esa misma mañana y no estaba allí ¿porque Giselle le había dicho que si? Quería encontrarla y preguntarle unas cuantas cosas
Roberta ya había llegado a su habitación y les había dado la noticia a sus amigas. Ninguna supo como reaccionar, pero al final, a lo que se dedicaron fue a consolarla.
Luján: Y... ¿Que piensas hacer?
Roberta: ¿En que sentido?
Luján: Bueno... Tú... ¿Vas a tenerlo?
Roberta se congeló. ¿Iba a tenerlo? La respuesta tardó en salir de su boca, pero es que realmente estaba confusa
Roberta: No se...
Se escuchó la puerta abrirse
Diego: ¿Tener el que?
Ella se tensó. Escuchó su voz cuando menos lo esperaba. Normalmente siempre que tenia problemas, necesitaba a Diego a su lado, pero esta vez no era así. Se aterrorizaba al pensar en encontrárselo sin querer; pero sin duda, ese era el momento: tenía que contárselo todo. Lupita y Luján les dejaron a solas. Robeeta invitó a Diego a que se sentara para hablar.
Diego: Me estás asustando, ¿me puedes decir que está pasando Roberta?
Roberta: Verás... Es un tema delicado Diego (le agarró de las manos)
Diego asintió ansioso, haciéndole saber que necesitaba saberlo ya. Roberta intentó relajarse y no le costó mucho, ya que se imaginaba esas palabras empáticas que Diego le regalaría. Se equivocaba al descartarlo como un apoyo, él era su gran roca
Roberta: Diego... (Hizo una pausa) estoy embarazada

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