CAPITULO 21

581 36 0
                                    

Abrió los ojos poco a poco, vio demasiada luz, así que volvió a cerrarlos hasta que se acostumbró al sol que entraba. Estaba estirada en una camilla, pero se extrañó al reconocer las paredes de madera: no estaba en un hospital. Todavía no de había dado cuenta de quien estaba sentado a su lado.
Diego: Aún debes de estar aturdida
Roberta se giró asustada hacia la voz. Diego estaba allí, en una silla, tenía puntos en la ceja, una pequeña herida en el labio y algún que otro moratón a la vista. De repente se acordó de todo, mil imágenes borrosas le vinieron a la cabeza, había recordado esa fatídica noche, la violación, el ataque, los desmayos, el baño, los sollozos... El mundo se le venía encima. Quiso levantarse al acordarse de Javier, no sabía que iba a hacer, correr, quizás; huir bien lejos... Diego la agarró del brazo
Diego: ¿Donde vas? 
Roberta le miró con terror, no contestó.
Diego: Él se fue (Acomodándola en la camilla) confesó todo y se lo llevaron, ya no está aquí
Roberta miraba al vacío mientras se dejaba acomodar. Eso no le calmaba, el daño ya estaba hecho, y aquella situación ya era parte de su historia de vida. Se apoyó en la almohada.
Diego: Yo estoy bien por si te lo preguntas (riendo) me han quedado algunas marcas, pero ya estoy bien
Ella le miró rápidamente. Se acordó de la pelea, de aquel pedrazo y... De nada más. Alzó su brazo para tocar los puntos en la ceja de él.
Diego: Auch... (Uniendo su mano con la de ella) si, aún duele un poco... (Sonriendo)
Ella notó como sus manos se juntaban y quitó rápido la mano del rostro de él. Diego pudo entender que el contacto seguía molestándola.
Diego: Estuviste un día durmiendo, vas a estar aquí unos días más, ya que estas con curaciones. Te querían despierta para preguntarte si te querrías marchar de aquí (Cabizbajo y apenado) 
Roberta volvió a mirarle
Diego: Pero quiero que sepas que... Que si tu decides irte yo... Me voy contigo (mirándola)
Roberta sonrió sin querer, y al darse cuenta, enseguida borró su sonrisa, aunque él se percató de todo.
Diego: ¿Quieres irte? (Buscando su mirada)
Roberta negó con la cabeza lentamente y después de ese gesto, le dio la espalda y se acomodó para dormir. Él simplemente sonrió.

Algunos días pasaban. Diego iba a verla muchas veces al dia, había noches en las que después de cenar con ella en la infermeria se quedaba allí hasta verla dormir. Él le hablaba de todo lo que sucedía en el campamento, a pesar no obtener ninguna respuesta. Diego se había acostumbrado a su silencio y a sacarle alguna que otra pequeña sonrisa. Sus heridas mejoraban, pero ella más lentamente; la palidez todavía la acompañaba y alguna vez, la encontraba llorando al ir a visitarla. Pero no se rendía, luchaba por sacarle alguna palabra y trabajaba el tema del contacto diariamente, acostumbrando la a un beso en la mejilla cada noche, un par de caricias en la mano cuando lloraba... Sin excederse demasiado, ya que si lo hacia, enseguida se agitaba, y le costaba muchísimo volverla a calmar. Diego esperaba, ansioso, el día en que volviera a articular palabra y le contara lo que sintió, como pasó y lo que siente ahora mismo.
Era de tarde y volvía a visitarla.
Diego: ¡Hola...! (Escondiendo algo en su espalda)
Roberta dejó de mirar por la ventana y se fijó en él. Como cada día, ahí estaba, nunca le fallaba.
Diego: Te traigo algo... (Sonriéndole)
Roberta volvió a sentir ilusión por algo, aunque solo fueran unos segundos, apoyó su espalda en la almohada.
Diego: Mas bien, alguien quiere saludarte... (Riendo, acercándose a la camilla)
Él dejó un oso de peluche entre las piernas de ella, Roberta levantó las cejas.
Diego: ¿Que pasa? ¿No te gusta?
Ella lo miró
Diego: Mira en el bolsillito de su pancita, anda... (Riendo)
Roberta sacó un papelito del bolsillo del oso: "Como no quieres abrazar nunca a Diego, aquí me tienes a mi, para abrazar a la segunda cosa más achuchable que hay en la sala"
Roberta lo miró con media sonrisa.
Diego: La primera soy yo (guiñándole un ojo)
Ella soltó una carcajada.

somos sintonia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora