Capitulo 1

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Una carretera que parecía interminable los separaba del centro de Paris. No contaban con mucho tiempo y ambos lo sabían, pero aun así parecía hermosa la idea de que el avión despegara sin que el joven Agreste abordara rumbo a Inglaterra para alejarse de la mujer que más amaba.

El día de su partida fue utilizado para volver al inicio de su historia, específicamente al lugar donde todo había iniciado

- No quiero que digas adiós –dijo la chica con la mirada perdida en el horizonte.

Las playas del prado se alzaban impávidas frente a ellos guardando los recuerdos de aquel gran verano donde decidieron que amarse sería una gran idea, sin importar que pasara después y también sin esperar que todo concluyera de la forma en que lo hizo. La casa de los tíos de Alya fue el lugar donde después de años de amistad, comenzaron su propia historia de amor, llenándolos de las más hermosas andanzas pero también de dolorosos recuerdos... tal como este.

- No lo diré, princesa –respondió Adrien con ímpetu— solo será un hasta pronto, ¿okey?

La chica asintió con una sonrisa triste, confundida aun por las razones que lo estaban empujando a alejarse de ella, pero confiada en que sería un obstáculo que podrían sobrellevar pues creía firmemente en el amor que sentía por él.

-  ¿Cuándo dices que haces esto por mí bien, te refieres a que si no lo haces, algo malo pasaría? –pregunto la azabache ahondando en una idea que no salía de su mente

- Me refiero a que debes confiar en mi –contesto él tomándola por la cintura para mirarla con intensidad pues necesitaba dejarle en claro lo que sentía por ella antes de partir— de un momento a otro estaré de vuelta, y cuando eso pase iniciaremos una nueva vida juntos ¿de acuerdo?

- De acuerdo –respondió segura— ¿lo prometes?

- Lo prometo –sentencio Adrien con una sonrisa— Lo prometo una y mil veces...

... y antes de recordar el beso en el que se unieron después, la azabache abrió de par en par los ojos en la oscuridad.

- ¡No! –grito sentándose rápidamente en la cama. Estaba empapada en sudor sintiendo como un escalofrió recorría su espalda hasta los cimientos entremezclándose con su respiración agitada, como si hubiera estado horas bajo el agua.

Su departamento ubicado en el quinto piso de un edificio en el centro de Paris estaba en completa penumbra y ella, de madrugada, despertó sobresaltada debido a sus sueños en donde recordaba nítidamente el día en que Adrien se marchó de la ciudad, día en que ambos habían hecho un pequeño viaje para prometer que estarían unidos.

- Que mierda... ya sal de mi cabeza –dijo por lo bajo mientras se levantaba de la cama rumbo al baño— una y mil veces tarado serás

Al mirarse al espejo no vio a la misma niña del sueño sino que se vio a ella pero más mujer. Su cabello azabache algo alborotado caía en suaves ondas casi hasta su cintura que con el tiempo se había vuelto algo más pequeña provocando que sus curvas fueran más definidas y estilizadas, aunque nunca prominentes pues sus pechos, si bien eran más grandes, no rompían la armonía.

Se lavó la cara con agua fría, intentando olvidar el día en que se permitió confiar de esa manera, pero no consiguió volver a sentirse tranquila. Daban las cinco de la mañana y entre vueltas decidió que sería imposible volver a dormir por lo que su día comenzaría ahí. Se dio una larga ducha y arreglo su cabello en un moño flojo, ideal para un día como cualquiera en la universidad, para después elegir un atuendo igual de casual. El desayuno para tres era en un platón de avena con leche y arándanos, galletas con chispas de chocolate y una generosa ración de comida para perro, siendo esta ultima la causante del agitado despertar de su fiel compañero, un tipo de labrador color miel cargado de energía.

¿Por qué no puedo dejarte ir? MLB 2° temporada COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora