¿Por qué no puedo dejarte ir? MLB 2° temporada COMPLETA

Capítulo 26

- Okey, okey. No me creas. Cuando la veas quedaras sorprendida... incluso le tome una foto el otro día.

- Claro, lo que tú digas –contestaba riendo la azabache en compañía de Adrien.

Para ser las nueve de la noche Le Stella estaba considerablemente repleto de gente, pero aun así se respiraba adentro un ambiente de lo más acogedor. Una amable mujer los guio a su mesa y en lo que el mesero llegaba junto a ellos la pareja no paraba de hablar, acompañada de pequeños susurros por parte de algunos comensales que ideaban sus conjeturas acerca de la identidad del rubio despampanantemente conocido que acaba de entrar.

- Buenas noches, y bienvenidos a Le Stella –dijo el camarero en tono solemne pero aburrido— Mi nombre es Franco y los atenderé esta noche.

- ¿Franco?

El chico levanto la vista ante la mención de su nombre por parte de una voz conocida y al mirar ese cabello azabache recordó su nombre de inmediato.

- ¡Marinette! ¡Hola!

- Hola –saludo ella con una sonrisa— ¿también trabajas aquí?

- Si bueno... medio tiempo. Cuando no estoy en la cafetería –admitió desganado— tu sabes que el auto no va a comprarse solo

Su amigo proveedor de cafeína en su cafetería favorita le había contando unos dos millones de veces la historia del Camaro amarillo que quería comprar desde que tenía 16... algo así como un modelo igual al Transformer con la esperanza de ser el siguiente veinteañero en salvar a la tierra de los Decepticons, cosa que Marinette nunca termino de comprender.

- ¿No crees que es demasiado?

- No –contesto enérgico— estoy muy cerca de lograrlo... si tan solo me dieran empleo aquí de tiempo completo

- ¿Pagan mejor?

- De hecho sí. Me encanta la cafetería pero a este ritmo tardare otro año.

- Es una lastima

Adrien carraspeo levemente para hacer notar su existencia, pues con ella buscaba participar de lo que sea que estuviera conversando ese par.

- Oh lo siento, que grosera. Franco el es...

- ¡Adrien Agreste por supuesto! –exclamo el chico— hombre soy tu fan. Deberías darme consejos para conquistar chicas. ¿Es tu encanto? ¿Tu pelo rubio? Espero que no te ofendas pero si yo fuera gay estaría enamorado de ti... mmm creo que eso no sonó nada bien

Raro, pensó Adrien viendo de reojo como la azabache reía otra vez. La había visto reír tan seguido desde que salieron del departamento que bien podría morir ahora y lo haría feliz.

- Bueno pues... no creo que pueda darte sabios consejos. Llevo años tratando de recuperar el amor de la dama aquí presente y me parece que no estoy ni cerca. ¿Verdad?

- ¡¿Qué?! ¡Marinette! –reclamo apuntando la sonriente cara de Adrien— ¡¿Qué acaso estas ciega?!

- ¡¿Oye y tú no tienes un trabajo que hacer?! –respondió para salir del paso— ¡Aliméntanos! ¡tenemos hambre!

- Oh claro, claro. Espero no me haya visto el jefe –dio una mirada fugaz a todo el lugar para cerciorarse de que su calvo superior no estuviera poniendo los ojos en él mientras daba la lata a los clientes— ¿Sugerencia del Chef o prefieren ver la carta?