¿Por qué no puedo dejarte ir? MLB 2° temporada COMPLETA

Capítulo 39

Para cualquier ciudadano parisino, la vida en la gran ciudad no difería mucho de lo que había sido el día anterior. Excepto para alguien que veía el sol más esplendoroso, las nubes más esponjosas y las tareas diarias más llevaderas luego de salir esa mañana con la extraña sensación de que la vida era maravillosa.

- Nuestras acciones cayeron cinco por cierto luego de la devaluación. Si no hacemos algo ahora seguiremos a la baja –mencionaba su confiable amigo con preocupación mientras Félix solo podía pensar en que su oficina le parecía más grande, espaciosa e incluso linda.

Ethan y Lucy habían pasado un buen rato atareados intentando actualizarlo sobre la importante reunión a que falto esa mañana tras llegar una hora tarde, cosa que viniendo de él era totalmente extraña y acrecentaba aún más las sospechas de que algo raro le estaba pasando.

- ¿Qué opinas?

- Opino que es maravilloso –contesto el rubio con una sonrisa estúpida antes de que un folio de a lo menos diez hojas lo abofeteara en la cara

- ¡¿Maravilloso?! –grito Lucy— ¡¿Qué rayos te pasa?!

- Lu no entiende con golpes. Por favor no le sigas pegando –pidió por su parte Ethan riendo de las reacciones de su amiga— aunque si insistes también quiero intentar

- ¿Por qué hiciste eso?

- ¡Para que bajaras de tu nube de una vez! –lo acuso— andas muy distraído hace días Agreste, no creas que no lo notamos

- Es cierto amigo. ¿Te sucede algo? Sabes que puedes contarnos lo que sea

Ambos tenían ojos expectantes puestos sobre él y recién ahí se percató de que tal vez llevaban algo de razón pues era cierto que de un tiempo a esta parte no lograba sacar a Bridgette de su cabeza. Y menos aún luego del encuentro que tuvieron ayer por la tarde.

- Lo siento –dijo carraspeando y arreglando su corbata con algo de vergüenza— tienen razón, debo poner más atención. Yo solucionare esto

- Podemos ayudarte

- No es necesario –corto reuniendo todos los documentos. Incluyendo los que habían ido a dar a su cara— se los debo, es cierto que he tenido varios inconvenientes en casa pero no es excusa para permitir que la compañía sufra por ello

- Aun asi podemos...

- Nada. Para más tarde tendré las aproximaciones y luego decidiremos que hacer

Ethan y Lucy se miraron, sospechando que había algo más que no les estaba diciendo, hasta que finalmente la rubia opto por dejar salir esa coqueta suposición que estaba barajando hace días sin mucha esperanza.

- Bien. Salúdame a la chica que te anda trayendo así –aventuro a decir logrando que el mayor de los Agreste se colocara rojo de vergüenza

- ¿Cómo sabes que es...?

- ¡Lo sabía! –celebro dando en el clavo— Wow Félix, nunca te había visto asi de mal. Esta vez te pego fuerte

- Alto, alto. ¿De qué me perdí? –pregunto Ethan confundido— ¿de quién estamos hablando?

- ¡De nadie!

- Félix tiene novia –canturreo su amiga con gracia

- ¡Madura Lucile!

Estuvieron discutiendo un rato considerable solo por la satisfacción de ver a su buen Félix atrapado entre la espada y la pared pues, luego de ese tiempo, no les cupo duda alguna de que la razón detrás de sus suspiros y sonrisas estúpidas era nada más y nada menos que una chica. Noticia que en el gran Félix Agreste era muy difícil de creer.