Era raro que en esa época lloviera en Paris, pero cierta mujer no lo creía asi porque estaba convencida de que la lluvia solo era un efecto colateral de su mala suerte.
Luego de que Madame Bourdieu le revelara el destino de su viaje paso el resto del día en la universidad intentando en vano terminar una buena cantidad de trabajos que debía entregar pero al verse sobrepasada por ellos decidió que había sido suficiente.
Iba en el metro pensando en todas las implicancias que su próximo viaje podría traer y, más aun, intentaba adelantarse a cada posible situación, razón por la cual su cerebro era un completo lio de Marinettes
- ¡No podemos dejar que sepa que iremos! –decía la Marinette número uno
- ¡Están locas! ¡Debe vernos! Luciremos impresionantes y vera lo que se perdió –agregaba la dos, orgullosa
- Pensemos esto con calma y seamos racionales. Somos adultos, una sana convivencia no nos haría daño –continuaba la tercera algo más centrada
- ¡Quémenla! –grito la numero dos refiriéndose a la tres
- No sé si pueda soportar tan siquiera mirarlo –volvía a mencionar la primera
- A veces quisiera agarrarte a golpes ¿lo sabias? –definitivamente parte de ella estaba muy ruda hoy
- Yo digo que nos apilemos, toquemos el timbre y digamos que es una pitza –dijo una quinta dándole un toque cómico a la situación
- Debemos concentrarnos en lo que iremos a hacer. La academia cuenta con nosotras –volvía sobre sus pasos la numero tres
- ¿No podríamos simplemente hablar con él? Tal vez haya cambiado y las cosas por fin se arreglen. Imaginen tal vez aun podamos estar...
Antes de que la cuarta pronunciara tal idea, todas se lanzaron hacia ella como si de verdad fueran a prender una hoguera y entregarla como ofrenda a cupido.
Mientras tanto fuera de su cabeza la azabache se veía sumida en sus pensamientos, tanto asi que en medio de esa lucha interna ni siquiera se percató que su parada ya había pasado hace dos estaciones.
- ¡Rayos! –dijo en voz más alta de lo que hubiera querido— definitivamente no es mi día
Luego de una hora logro llegar entera a su edificio y sin meditarlo fue directo al departamento frente al suyo. Necesitaba una larga dosis de amigos para salir de esta.
- Soy un maldito genio –exclamo Sébastien al abrir la puerta— la comida esta lista. ¿Vez como calculo magistralmente tus elegantes retrasos?
Eso la hizo sonreír y al instante noto que fue en la dirección correcta pues Nino no habría sabido que decirle en su situación.
- Excelente, he tenido el peor de los días y necesito tu ayuda –comento al tiempo que le daba un beso en la mejilla— ¿Cómo estás?
- Bastante bien –aseguro feliz— he enviado por fin la solicitud al Le Stella
- ¡¿enserio?! ¡Oh es fantástico Sébastien! –Le dio un abrazo de apoyo pues le costó mucho trabajo convencerlo de que tenía lo necesario para el trabajo— Finalmente el mundo conocerá al gran Chef dentro de ti. No te atrevas a olvidarte de mí cuando seas famoso me oíste –amenazo— La fama vuelve locos a los hombres
- Sabes que soy inmune a muchas de las cosas que vuelven locos a los hombres —contesto riendo en una gran carcajada mientras la hacía pasar.
Su departamento era muy parecido al suyo pero algo más pequeño, lo cual no disminuía su encanto pues el hombre tenía buen ojo para la decoración de interiores.
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¿Por qué no puedo dejarte ir? MLB 2° temporada COMPLETA
Fiksi PenggemarMarinette era por fuera todo lo que una chica podría desear. Más de un suspiro levantaba entre quienes la conocían pero en su cabeza no encontraba mas ánimos de aventurarse en eso que llaman amor , pues hubo quien en el pasado rompió su corazón has...