¿Por qué no puedo dejarte ir? MLB 2° temporada COMPLETA

Capítulo 27

Basto con cerrar la puerta tras de si para empezar a preguntarse si realmente todo había sido real.

Sentía que estaba flotando y hubiera deseado no tener que irse, pero sabía bien que si no se tomaba las cosas con calma, podría salir perdiendo.

Avanzo unos cuantos pasos hasta alcanzar la puerta de enfrente, pero antes de tocar esta se abrió de par en par dejando ver a un Sébastien sonriente con una cara de interrogación incomparable.

- Pero si vienes hasta despeinado –comento haciéndose a un lado para dejarlo pasar al tiempo que Tikki y Plagg llegaban volando

- Si lo siento, había mucho... viento

- Viento claro –repitió el castaño revisando su reloj— la verdad me sorprende un poco. Cualquiera pensaría que el mismísimo Adrien Agreste duraría un poco más. Fueron como quince minutos

- No hicimos nada ¿Qué estás pensando? –se defendió sin poder evitar sonreír pues tampoco es como si no hubieran hecho nada de nada.

- ¡Vamos hombre! Estuve media hora esperando a que llegaran para poder llevarme a estos dos –dijo señalando a los Kwamis— incluso tuve que entrar a su departamento para sacar a Francis... ¿no me digas que no notaste que faltaba el perro? –pregunto haciendo notar la seguidilla de enormes favores que le había proporcionado

- Sinceramente creo que ni ella se ha dado cuenta aun –admitió cayendo en la cuenta de que realmente no se habían percatado de nada

- Bueno, si no lo aprovechaste es tu problema

- Okey, okey... tal vez nos besamos

- ¿tal vez se besaron? –pregunto Sébastien con renovado espíritu de chisme

- Tal vez nos besamos varias veces

- ¡Excelente! –exclamo para luego cambiar su semblante a algo serio en cosa de milisegundos— te advierto que si le vuelves a hacer daño a mi amiga te dejo calvo y estéril ¿entendido?

- Tranquilo. Mis planes solo incluyen hacerla feliz, créeme.

- Te creo. No sé por qué, pero te creo –aseguro entrecerrando los ojos en su dirección— ¡venga esa mano! Felicidades

- No es nada formal Sébastien. Por favor no le comentes que te lo dije

- Calma. En cosa de minutos vendrá ella personalmente a contármelo todo –lo tranquilizo fingiendo buscar algo en el cajón de la cocina— ¿Dónde abre dejado mis tapones de oídos? De seguro chillara como adolescente

- Entonces será mejor que me vaya –se apresuró a decir Adrien riendo ante la mención de algo asi

- Si, será lo mejor. Venga te acompaño a la puerta.

Se despidió de él mientras Plagg se metía en su bolsillo con una pequeña bolsa repleta de los cuatro tipos de quesos que Sébastien le dio a probar, marchándose ambos con un sentimiento de triunfo en el corazón.

- Espero que a la siguiente dures un poco más –comento el castaño mientras se alejaba por el pasillo dejando salir una sonora carcajada que de seguro escucharían los vecinos.

Afuera la brisa estaba fría a pesar de que el cielo nocturno se veía totalmente despejado. Incluso pareciera que había mas estrellas de las que se ven habitualmente, o tal vez sea el puro efecto de la felicidad, penso Adrien caminando un par de cuadras sin ninguna dirección aparente.