¿Por qué no puedo dejarte ir? MLB 2° temporada COMPLETA

Capítulo 47

Se negaba a abrir los ojos por el simple motivo de que sentir la mirada de Adrien sobre su rostro era la felicidad.

Marinette sabia perfecto que ya la había descubierto, porque fingir estar dormida no parecía ser su talento, pero el rubio no le decía nada dado que disfrutaba tanto o más ese pequeño momento de la mañana de aquel esplendoroso domingo en que ella era su primera visión del día.

- Sé que estas despierta pero quédate así un poco más –le susurro en lo que la azabache no lograba evitar sonreír

- No me la haces muy fácil considerando que soy una pésima actriz

- Pésima. Llevo media hora viéndote y te has sonrojado ocho veces

Ya no aguantó más y abrió esos azules ojos de par en par justo en el instante en que Adrien se adueñaba de sus labios. Motivo por el cual volvió a cerrarlos de inmediato.

- Buenos días –le dijo ella, radiante de alegría

- Buenas días. ¿Qué tal dormiste?

- Pues...

Iba a responder que todo estaba bien, pero las imágenes de la noche anterior la llevaron a recordar un detalle en el que no había reparado con la luz del día.

Detalle que pesaba y se hacía sentir en el dedo anular de su mano izquierda.

- No puede ser –dijo de la nada abriendo los ojos de par en par y sentándose de golpe en la cama

- ¿Qué? ¿Estás bien?

La chica lo miro y luego alzo la mano frente a su cara para comprobar que la delicada pieza de joyería estaba efectivamente en el sitio donde la había dejado luego de haber aceptado la propuesta de matrimonio de su ahora prometido Adrien Agreste.

- ¡Mira! –exclamo rebosando dicha y mostrándole el anillo como si el rubio no lo hubiese visto jamás— ¡Es verdad!

- ¡Pero claro que es verdad! –sentencio él completamente emocionado al verla admirar su regalo con tanta felicidad— Estamos oficialmente comprometidos cariño

- ¡Aah!

Pego el grito y se abalanzo sobre Adrien provocando que ambos rodaran por la cama riendo de lo lindo, y llamando con ello la atención de sus Kwamis que llegaron volando en menos de un segundo.

- ¡¿Sucedió algo?!

- ¡Tikki! –grito Marinette alzando la mano— ¡Nos vamos a casar!

- ¡¿Qué?!

- Por fin –susurro Plagg flotando perezosamente donde Adrien y fingiendo no estar feliz por ellos, cuando en realidad le ilusionaba mucho saber que estarían juntos— te tardaste chico. Sabes que yo lo habría logrado en la mitad del tiempo

- Con unas felicitaciones me basta, bolsa de queso

- Amm f-felicitaciones –dijo la criatura tosiendo y mirando hacia otro lado

- ¡Felicidades! Me da mucho gusto por ustedes –exclamaba Tikki por su parte siendo mucho más expresiva mientras Marinette no cabía en sí de la emoción

- Hay que decírselo a mis padres –dijo sin borrar la sonrisa— Y a tu madre. Y a Alya... A Alix, y Nino y Sébastien, Bridgette, Félix, Joseph...

- Calma, todos se van a enterar. No te preocupes –le pidió atrapándola en sus brazos y pegando el pecho a su espalda— Aunque primero deberíamos definir la fecha. ¿No lo crees?