- No entiendo porque te gusta tanto esta cafetería –comenzó reclamando Bridgette apenas atravesó la puerta— No tienen ninguna infusión de hierbas
- ¡Agregaron tres al menú luego del escándalo que hiciste la última vez! –se defendió Marinette una octava más alto de lo normal pues le parecía demasiada la desvergüenza de su amiga.
La primera y única vez que la invito a Le Petit Café se las arregló para armar sendo drama porque no tenían esa jodida infusión de Melissa con hierba buena que tanto amaba, ganándose con ello el odio del desafortunado camarero que tuvo la desdicha de atenderlas esa tarde.
La azabache nunca antes sintió con tanta pasión las ganas que tomar una bolsa de pan y colocársela en la cara para camuflar su vergüenza, sobre todo después de tener que disculparse una docena de veces con el chico, quien en ese preciso instante se dirigía hacia ellas para tomar su pedido.
- Ay no, esta otra vez –se dijo a si mismo al reconocer a Bridgette antes de tener que poner su mejor sonrisa fingida— ¡Buenos días Marinette! ¿Qué te trae aquí tan temprano?
- Hola Franco, solo quiero un Moka bien cargado para llevar por favor –pidió con amabilidad pues después de tanto frecuentar el lugar, entablaron una relación camarero-clienta de lo más amena, digna de esas perfectas mañanas de cafeína.
- Claro, ¿y para Brígida? –pregunto aposta
- Soy Bridgette tarado. Y no me traigas nada, no te daré la oportunidad de envenenarme
- ¡Bri! ¿pero qué rayos te pasa? –regaño nuevamente mientras Franco se retiraba con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
- ¡El empezó!
- ¡¿Qué tienes cinco años?!
- Siete en realidad –respondió con una brillante sonrisa que no sirvió de nada.
Una parada rápida en la cafetería a llenarse de ese néctar relajante para luego encaminarse rumbo al aeropuerto Charles de Gaulle donde en cuestión de minutos estaría por arribar el vuelo de Alya directo desde Londres.
La morena consiguió ausentarse un día de sus responsabilidades de bailarina en el Royal Ballet para acompañar a Alix en su fiesta de compromiso, la cual por cierto no ayudo a organizar, por lo se tenía bien merecida una buena ración de miradas de odio color azul cielo.
- ¡Marinette! –grito apenas salió por la puerta de embarque haciéndole señas a la aludida quien luego de verla corrió hacia ella para darle un ansiado abrazo.
- ¡Alya! ¡por fin estas aquí! Te extrañe mucho.
- Yo también te he extrañado tonta. Mírate, estas radiante –dijo alejándose un poco para admirarla bien— Veo que el baile te ha sentado de lo mejor.
- Y no solo el baile, sino también el bailarín –agrego Bridgette uniéndose a la conversación y haciéndola sonrojar— Mucho gusto, mi nombre es Bridgette.
- Oh hola, Marinette me ha hablado mucho de ti –saludo Alya notando de reojo ese color carmín en las mejillas de su amiga. Nota personal: llegar al fondo de esto por la razón o la fuerza, se dijo a sí misma.
- Ella es la persona que me ha ayudado con la fiesta ¿recuerdas? –dijo con una sonrisa traviesa señalando a Bridgette quien inflo el pecho de orgullo— Esa fiesta que se organiza entre amigas
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¿Por qué no puedo dejarte ir? MLB 2° temporada COMPLETA
FanfictionMarinette era por fuera todo lo que una chica podría desear. Más de un suspiro levantaba entre quienes la conocían pero en su cabeza no encontraba mas ánimos de aventurarse en eso que llaman amor , pues hubo quien en el pasado rompió su corazón has...