Recuerdo la pradera salpicada de interrogantes, las cunetas con los cadáveres de palabras mudas, las tumbas de frases abandonadas.
Recuerdo las preguntas pero no las respuestas, ahora el dolor llama a mi puerta, una puerta hecha de silabas huérfanas, de letras olvidadas.
Ahora las hojas vuelan,las historias se olvidan,las plumas se secan y nuestra inspiración se muere en soledad.
Palabras en cal, desaparecen...Solo las bocas que no callan, que no mueren, solo los ojos que leen y que saben llorar, podrán salvar las palabras heridas.
Manos que escriben de la vida que vives, de los besos inolvidables, de los amores imposibles, de la piel que acaricias, manos perdidas en bolsillos rotos en busca de letras sueltas.
Manos frías sin el calor del papel en blanco, corazones huecos sin poemas, memorias vacías de recuerdos,
¿donde están las palabras?
Tinta de sangre, de sus venas vacías de contenidos,sangre de sus portadas sin nombre, de finales ya tristes.
Desesperado el poeta, busca las letras que se rindan sin luchar, convencerlas por la causa justa, pero al borde del precipicio, el último renglón el último suicida, morirá antes de rendirse.
Palabras que busco en el alma de los libros del polvo antiguo, palabras que robo de tus ojos habladores, palabras que arranco de pieles tatuadas con historias imposibles.
Palabras busco palabras.
