Avenidas de las almas que vienen, que se van....ojos que no se miran, bocas que no se hablan, desconocidos son las gentes de la ciudad.
Bestias de metal,que al aire matan sin piedad,ruido de motores que rugen en esta jungla, donde al ruiseñor no se le escucha,donde las sirenas tocan una siniestra melodía.
Ciudad iluminada de falsas estrellas, luces en la noche que te guían a locales nocturnos, donde el pecado se perdona, callejuelas de farolas muertas, de sombras que acechan a los incautos, de amores de veinte minutos, sin besos y a buen precio.
Historias corrientes de gentes humildes, que trabajan para vivir y no quieren morir trabajando, historias de amor que solo se cuenta de puertas para dentro, crónicas de batallas diarias, donde siempre pierden los mismos.
Niños sin campo ni montañas, sueñan viajar a lugares lejanos, donde los seres mitológicos, habitan en los frondosos bosques, donde los pájaros no se estrellan contra aviones, y lobos aullan a la luna sin ser atropellados.
Paredes de grafitis, firmados con rebeldía y arrogancia, ruinas en los barrios bajos, edificios de mármol que suben hacía el cielo en los lugares pudientes, parques diminutos en el barrio obrero, es la hora de las fiestas, donde las vírgenes se pasean en volandas, y los comunistas no salen y los católicos hacen bien su teatro.
Es la noche del fuego donde todo arde, para renacer al año siguiente, donde las mujeres lloran delante de las llamas,es la hora de los cañonazos y el estruendoso corazón pirotécnico.
