VEINTISÉIS DE ABRIL

42 5 2
                                    

Hubo un veintiséis entre todos mis abriles,

que trajo alegrías para éste mundo falto de colorido.

Ahora sólo quiero atardeceres de ensueño, atrapados en lienzos por  divinas manos, que no se atreven a copiar tu belleza.

Quiero despertar, regalando besos y pidiendo abrazos sin cosquillas.

Quizá la culpable seas tú, quizá te deba mucho más que toda mi vida.

Sueño cada noche, con el deseo de cumplir cada día, el anhelo de pintarte una sonrisa en tu rostro, con ésta cara de bobo.

Siendo yo tan imperfecto,

cómo puedo pretender que tu cariño, me lo envueltas entre caricias y risas,

Nunca me pregunto el porqué te quiero,

Porque es tan natural como vivir, como respirar, como soñar despierto.

No dudes de mi amor,

pues sincero es, pues sin condiciones te lo doy,

Puedes juzgar mis actos,

pues yo los maldigo cada vez que mis hechos, traicionando al corazón que yo más quiero.

Hubo un veintiséis de entre todos mis abriles,

que el amanecer era cálido y sonreía al ser más hermoso que yo vi,

hubo un abril enamorado de una madre, que lloraba de alegría, que lloraba por amor,

y, en su alegría veía a la criatura que le regalaba una mirada limpia que emanaba de un alma pura.

Hubo un veintiséis de abril, distinto a todos, mágico, imborrable, hacedor de sentimientos nuevos, creador de un amor indestructible.

REFLEXIÓNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora