Me llamaron loco cuando le susurré al alegre ruiseñor, que se niegue a vivir enjaulado, ¡loco! dijeron... por llamar ruiseñor al amor.
Propuse que solo cantara en libertad, pues su melodía solo es bella a lomos de un viento libre, que nos silba párrafos que dicen que el amor si no es libre no es amor.
Sueño con soñar cada noche que sueño de verdad, que toco lo irreal, que aspiró lo mágico y saboreo toda la belleza.
¡Apresurate! le digo a mi razón, que la sinrazón me lleva en volandas, ¡acuestate! le aconsejo a mi traje de los domingos, e perdido mi fe durante las noches de la farándula.
Cabizbaja deambula mi conciencia, al encontrar todos mis pecados bautizados con sus apellidos, pecados inconfesables engalanados con trajes de funeral y contando chistes al difunto que murió de risa.
Ahora que cuento las nubes y pongo nombres de mujer a todas las tormentas, ahora me compro paraguas que repelen los reproches.
Locura me ama,
me promete quimeras imposibles,
me ofrece alianzas de compromiso perpetuo,
locura me seduce en noches de verano,
me insinúa que la ropa quema y la piel suplica por caricias.
Amanece en mitad de la noche, donde llueven versos en desiertos de hojas en blanco, donde las damas se enamoran de los mas feos poetas, dueños de los mas bellos corazones.
Locura que me gritas al oído,
¡Se feliz!
locura que te ríes del mundo cuerdo,
locura enamorada llámame tu esposo,
llevame a tu lecho y retame a un juego de locos,
donde el sudor sea nuestro premio.