O3

23.5K 2.7K 2.4K
                                    




Taehyung


Hyung, no hace falta que me siga hasta mi casa. — dijo el pelinegro aún con su cabeza baja y sujetando con fuerza las tiras de su mochila.

Sip, hace falta. — comenté yendo a paso alegre, dejando al menor delante mía y alejado para que no sospechen de que soy un violador o secuestrador. Restando el karaoke, no tenía nada que hacer y mis tareas las hice en clase, además, Jungkook tenía algo que llamaba mi atención. — Imagina: yo me voy, y de la nada aparecen aquellos niños como ninjas y te golpean. — me quedé quieto en mi lugar y abrí la boca sorprendido por lo que dije — ¿Te gustaría que suceda?

Pri-primero, no saben dónde vivo. Segundo, dudo que aparezcan de la nada cómo usted dice. Tercero, ¿no tenía planes? — aún estaba con su maldita cabeza baja, dejando ver el blanco cuello que tenía. "Su nuca es linda", pensé.

Primero, te pueden perseguir. Segundo, pueden aparecer, no sabes nada pequeño. — escuché cómo soltaba un gruñido. — Por cierto, ¿qué tan lejos queda tu casa? — pregunté, aún, con el andar alegre.

A tan solo dos cuadras de aquí. — señaló la esquina dónde había un bar, el mismo al que íbamos a pasar el rato — De verdad, no hace falta que me acompañe, Taehyung.

¿Uh? — paré el andar — ¿Sabes mi nombre?

Jungkook se giró, levantando la cabeza y mirando a mis ojos fijamente, — Claro, las chicas de mi curso no paran de hablar sobre usted, además, — se giró para seguir el camino — Jimin lo grito cuando apareció mágicamente, antes. — agachó la cabeza y siguió con el camino.

Sonreí, era tan tierno.

¿Te molesta si voy a tu lado? — dije corriendo hasta quedar de espalda al camino y hombro con hombro de Jungkook. Este negó con la cabeza. Me estaba irritando que la bajase. Rodé los ojos y acerqué mi mano a su mentón, levantándolo y recibiendo una mirada confusa. — Eres muy lindo para mirar el suelo todo el tiempo. — sonreí. El menor paso saliva y se tornó rojo.

Pasamos las dos cuadras dichas en un silencio incómodo, alguna que otra vez, el menor repetía un fastidioso "No hace falta que me acompañe", no importaba que diga, yo iría con él.

Paramos frente a un edificio, cinco pisos de alto aproximadamente. El menor se acercó a la puerta de entrada y rebuscó en su mochila, dejando caer un papel, tal que -parecía- que no vio. Lo agarré intrigado, cuando estaba por abrirlo, la voz de Jungkook diciéndome que pase al establecimiento me lo impidió.

Por dentro, todo era de madera y con una puerta verde bosque, junto al ascensor estaban las escaleras, dónde el pelinegro estaba subiendo a paso rápido cada escalón. Le seguí, no tomaría el elevador sabiendo que no tenía ni la menor idea de dónde vivía el otro. Llegando al segundo piso, me encontré con un diminuto pasillo y más escaleras. Jungkook se acercó a la madera pintada de verde y metió la llave dentro de la cerradura.

¿Aquí vives? — preguntando y sabiendo que era una estúpida consulta.

No, sólo entro a robar. — me miró y rodó los ojos, abriendo esta y mostrando un piso de caoba, con más puertas dentro del apartamento -Adelante. - asentí y entre, por alguna extraña razón, me sentí incómodo, — ¿Quiere jugo, agua, algo?

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora