epilogue

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La puerta fue cerrada con fuerza, una respiración profunda inundo sus pulmones. Se desató, levemente, la corbata que adornaba su cuello y tiró el maletín al suelo. Pasó una mano por sus cabellos rubios y se miró al espejo. Podía tener treinta años, pero estaba agotado del trabajo, extrañaba la secundaria, mierda que sí. Tomó una profunda inhalación y volvió a agarrar aquel maletín negro lleno de trabajos e informes sin terminar.

Caminó a paso agotado hasta la sala, encontrando a Soo Kyung con dos coletas rubias adornando su cabecita, terminando quien sabe qué en su cuaderno estudiantil. La niña, tan sumida en sus pensamientos, elevó la mirada al sentirse observada, encontrando a una de las personas que tanto quiere.

¡Papa TeTe! — gritó, mientras tiraba las cosas del colegio a un lado y se subía a la mesa - de madera, para ser específicos - y se lanzaba encima del rubio. — ¿Cómo estuvo tu día? — preguntó, abrazando del cuello a Taehyung.

Bastante bien, cariño. ¿Y el tuyo? — interrogó, dando un leve pellizco en la nariz de la rubia cuando esta se separó.

Bastante bien. — sonrió enormemente la chiquilla, dando un delicado besito en la nariz de su papá, justo ahí en ese lunar chiquito que tanta gracia le causaba. — Ho-Hoy la profesora me felicitó por la tarea de ayer, papá TeTe. — dijo, abriendo más la boca y alzando los brazos con brutalidad. El rubio sonrió, feliz.

— ¡Papa TeTe! — gritaron, era una voz "varonil" Alzó la vista y le sonrió a aquel niño chiquito de no más cinco años, con el cabello azabache mojado y una enorme mueca.

¡JeongIn! — gritó, agachándose y sin soltar a su pequeña, abriendo un brazo dejando que el niño corra hasta él y se cuelgue del cuello tal cual hizo Soo Kyung. Entre risas y muchos comentarios, besitos por aquí y delicadas cosquillas. El padre del par preguntó: — Niños, ¿y Kookie?

— No está, se fue, desapareció. — dijeron los dos al mismo tiempo, sonriendo enormemente mientras alzaban los brazos y achinaban los ojitos. El mayor de todos enarcó las cejas, hizo una mueca de total confusión y dejó a los niños en el suelo, pasando una mano por su mentón y adaptando una expresión seria. — ¡Es mentira! ¡Mentira! — gritaron esta vez, no era normal ver tan serio a tu papa Tete.

Está en la cocina, haciendo hamburguesas. — dijo Soo Kyung, a la par que pasaba una mano por su estómago y sacaba la lengua para pasarla por sus rosaditos labios.

— ¿Hamburguesas? Dios, que comida tan perfecta. — dijo Taehyung, poniendo los ojos en blanco y una expresión de puro gozo. Los chiquillos rieron por lo divertido que llegaba a ser su papá. — Iré a verlo, no antes de: Soo Kyung, termina la tarea. JeongIn, sécate el cabello, no quiero que te resfríes. — reprimió, pasando su dedo índice por la nariz de los niños y sacando sonrisas chiquitas.

Se levantó, viendo a los pequeñitos correr, uno perdiéndose en una puerta y a la pequeña agarrar sus cosas del colegio, volviendo a sentarse y continuar con expresión concentrada.

A paso lento, caminó hasta la cocina, viendo esa espalda ruda y larga, cubierta por una camisa blanca y algunos nudos azul marino, en sus piernas decoraba con lujo un pantalón negro y sus pies lucían unas chanclas de conejo. Sonrió. Sin hacer ruido, abrazó al azabache, dejando un beso en su nuca y riendo, bajito, por el saltito que pegó el menor.

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora