24

11.5K 1.3K 128
                                    




Taehyung


¿Un qué? — pregunté sorprendido, apretando la cajita de jugo y logrando que todo aquel líquido sabor naranja caiga sobre mis pantalones.

Como te digo. — la sonrisa de Jimin era divertida, cómo si el mal estuviera triunfando.

Ambos ignoramos las manchas naranjas sobre la tela gris del pantalón, no pasamos por desapercibidas las miradas de las chicas lamiéndose los labios y rogando poder estar de rodillas pasando su lengua por esa zona. Era más claro que el agua, que el único que podía estar en aquel lugar, era Kook, aunque estuviera y sería regañado por haberlo hecho, pero que importaba. Sólo es tocaba aquella zona y mi piel caramelo.

Tiene que ser con sabor, — decía Jimin mientras sacaba unas hojas de la mochila y le robaba el bolígrafo a quien sabe quién — porque tendrás que prepararlo lo suficiente, dolerá y mucho. — pasó su regordeta mano por su cadera — Y no seas bruto, —hizo un puchero tierno mientras enarcaba las cejas. No entiendo nada, pensé — la primera vez debes ser especial, tomate un tiempo y después le das duro. No seas agresivo, tampoco lo nalguees, recuerda que camina el niño. — aclaró, guiñándome un ojo y sacando una de sus típicas sonrisas, aunque esta llevaba un poco más de ternura que lo normal. — También, lo debes tratar con cariño — como si no lo haga — y no decirle al terminar, que fue asqueroso. Después de un tiempo, dile. — mi cabeza pensaba que no sería malo, estaría con él, no me importaba si era el peor encuentro sexual de la historia, estaba con mi bebé. Me importaba más ver que nuestra relación avanzaba y el amor entre ambos aumentaba a que pensar en si me apretaría de la manera correcta. -Y cuando lo prepares utiliza esto- le bajé las manos, estaba por decirme cómo hacerlo y la verdad, es que no era el lugar indicado, además no lograba entender cómo surgió el tema de cómo prepararlo y hacerlo. ¿No se supone que sucede así de la nada?

Averiguaré por internet, Jimin. — le mostré mi geométrica, haciendo que ruede sus ojos y acomode su mentón sobre la palma de su mano. Reí y empecé a caminar a la puerta del salón, esquivando algunos bolsos tirados, botellas y hojas de trabajos que debíamos entregar a la hora siguiente.

— ¿Dónde vas? — interrogó de la nada, casi gritando al ver que abría la puerta pesada y asomaba la cabeza para sacar mis dudas de que si hay algún profesor cerca.

No hay nadie, genial. — susurré para mí mismo. Rodé sobre mis talones, miré a mi amigo y le dije: — Si preguntan, voy al baño.

No te claves una ahora. Degenerado. — fue lo último que escuché al cerrar la puerta delicadamente y empezar a caminar en puntillas de pie.

Jungkook me comentó que en el segundo módulo tenía al padre de Hoseok, lo cual, con una pequeña sonrisa, guiño y ver un partido de cualquier deporte que el desee, estaba solucionado por la confianza.

Pasando por el baño de hombres, recordé cuándo me "enfrenté" a sus compañeros, luego de ello, sólo lo burlaban por sus dientes de conejo. No podía decir nada en contra, yo también le hacía bromas por eso, la diferencia es que lo hago con cariño, su imagen queda más adorable, aunque las apariencias engañan.

Caminando de lo más tranquilo, llegué a la puerta no tal lejana a lo anterior. Toqué dos veces con el nudillo del dedo índice y abrí al escuchar el "Adelante", el padre de mi amigo me veía con una sonrisa idéntica a la de su hijo, tal palo tal astilla.

Perdone: Señor Jung, vengo a retirar a Jeon Jungkook porque debe tomar unas medicinas que su abuela me otorgó. — cómo si la anciana me conociera. El rostro del profesor fue de asombro, asintió, la salud, antes que nada, ¿era? Aunque no te dejaban comer en horario de clase, a no ser que sea hora libre, cosa que estaba teniendo mi curso.

Jungkook se levantó cabizbajo, mordiéndose el labio inferior al notar la presencia de una niña sentada a su lado. Rascó su nuca y se acercó a mí, me sonrió forzado, miró al profesor y asintió con la cabeza. Salimos y yo caminaba felizmente y silbando por el pasillo hasta llegar a la puerta del baño no tan lejos del pequeño.

¿Qué necesita, hyung? — ¿Qué? ¿Y mi Taetae o Daddy? Enarqué las cejas y miré sin expresión alguna. —Estamos en la escuela, hyung. ¿Mis medicinas? — no entendí.

¿Eh? — sonreí forzosamente y me acerqué a él, quedando a centímetros de él y lo miré directo a los ojos — No entiendo. — el contrario cerró sus ojos y descargó todo el aire inhalado.

Hay profesores cerca, piensan que de verdad me darás las medicinas. —susurró apenas audible para mí. El tierno sonrojo que tenían sus mejillas hicieron que mi corazón rebotase, logrando sacar un suspiro, y ni hablar de sus ojos brillantes, sus labios entre abiertos mostrando sus delicados dientes. Sonreí de labios y lo tiré del brazo, haciendo que caiga sobre mí y abrazándolo con todas mis fuerzas con cariño.

Tu medicina soy yo. — susurré cerrando los ojos, apreciando la cálida respiración del otro. Sentí como sus delicadas manos sujetaban la chaqueta escolar y movió su rostro dejando que su nariz aprecie mi aroma.

— Ya quiero que sea domingo...






Yo quiero que sea Sábado toda mi vida, no school, thanks. 

tuni / editado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

tuni / editado

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora