˚✧˳⁎˚✧ ↬ A Jungkook no le gustas las niñas y Taehyung no se siente atraído a ellas, pero entre ellos la química va subiendo y las confesiones surgen.
˗ˏˋ Gracias, hormonas. Gracias Tae. ˎˊ˗
↳ homosexual. lenguaje explícito...
Y ahí me encontraba yo, agarrando la delicada mano de Jungkook, esperando a que el tren llegase y digan que los pasajeros podían subir a bordo para tomar viaje de más de trescientos kilómetros.
Mi corazón golpeaba contra mi pecho, pidiendo que me diera media vuelta y vuelva a casa, dejase al menor sólo con sus padres y no cause ningún tipo de problema.
Me aterraba que diga que éramos pareja, me daba miedo la reacción de sus padres y familiares.
Tal vez no era lo suficiente para Jungkook, lo que él merecía. Era una persona increíble, no merecía que la gente lo odiase por nada en el mundo. Aquellos dientes tan complejos que lo hacían más simpático de lo que era, sus bromas a los hyung, como se preocupaba por nosotros cuando alguno estaba mal. Puso todo su empeño y esfuerzo en esta relación, en que llegue a ser increíble y lo estaba logrando.
El piso vibró, dando a entender que el tren había llegado. El castaño delgado tiró de mi mano mientras él caminaba, llevándome hasta la salida y sonriéndome con ternura.
Para nuestra suerte no estaba tan lleno, y había lugares libres. Jungkook se sentó, mientras yo me sostenía de los barrotes, con nuestros bolsos pequeños en mano. Miraba por la ventanilla, como los paisajes aparecían e iban, como los colores se mezclaban y el cielo grisáceo inundaba todo mi plano.
— ¿Te quedarás todo el viaje parado? — interrogó, negué con la cabeza mientras una sonrisa se formaba en mis belfos.
— Este es un horario muy trascurrido, ahora los mayores se van a trabajar y prefiero que ellos se sienten. — le sonreí con ternura y guiñé un ojo, mientras el otro se mordía los labios y miraba para otra dirección. — ¿Les caeré bien a tus padres?
— No. — respondió mientras sacaba su celular y auriculares.
— ¿Cómo?
— Claro que les caerás bien. Además, no saben que somos pareja, mi madre se pondrá feliz. — sonrió con dulzura y empezó a teclear.
— ¿Y si no me aceptan? ¿O creen que no soy lo suficientemente bueno para ti?
— No me importa lo que digan. Son mis gustos, y es nuestra relación, no la de ellos. Además, vivo sólo y soy independiente entre comillas. — dijo con seguridad y sin importar que sucederá, seguirá conmigo.
— Tienes razón. — susurré y cerré la boca. Había veces donde olvidaba que Jungkook era el menor de los dos, dado que este siempre actuaba más maduro que yo y sabía siempre que decir.
Pedía a gritos que el viaje se acabase rápido y lleguemos cuánto antes.
— ¡Mamá! — gritó Jungkook al salir del establecimiento y ver a una pareja abrazados y con enormes sonrisas. Corrió a abrazaros y ambos lo recibieron con los brazos abiertos, siendo la típica imagen de película dónde la familia no se ve hace años y el abrazo los larga a llorar a todos.
Me acerqué con disimulo y sonreí a la que suponía que era su madre. Esta me miró intrigada, mientras se separaba de su hijo y lo miraba pidiendo respuestas.
— Mamá, papá: él es Taehyung. — sonrió con dulzura y no dijo nada más.
Este es el momento dónde corres.
Ambos padres se observaron y sonrieron, vinieron a mí y me abrazaron de los hombros.
— Un gusto Taehyung, soy Jeon Kwan. — dijo el padre mientras se separaba de mí y agarraba los bolsos.
— Y yo soy la madre, Young Mi, un gusto. — sonrió, y noté que tenía la misma sonrisa que Jungkook.
— Kim Taehyung.
— Será mejor que vayamos al auto, en cualquier momento se pondrá a llover. — Kwan miró al cielo y asintió.
— Tengo tanto que contarte, Kook. — Young mi juntó sus manos y suspiró con alegría.
— ¿Los tíos están en casa? — el silencio abundó en el instante que el menor de todos preguntó.
Entre los mayores se vieron e inhalaron a la vez.
— Les dijimos que no lo estén, así podías estar tranquilo. — respondió el padre.
La sangre se acumuló en mi cerebro, recordando como el pelinegro nos contaba que su tío le había pegado. Sabía qué si veía a ese hombre, no me resistiría y lo mataría al instante.
Caminamos a la par todos, llegando hasta una camioneta negra opaca dónde el padre abrió la puerta trasera y colocó los bolsos. Jungkook abrió una puerta y se desplomó en el interior, mientras que la madre arreglaba su cabello y toqueteaba la radio.
Kwan y yo nos introducimos y nos colocamos los cinturones de seguridad. El vehículo se encendió y empezó a andar. Miré por la ventanilla como el vídeo de paisajes iba en velocidad y paraba, como la humedad estaba impresa y el cielo se quedaba sin tinta.
— Y dime Taehyung, ¿qué año cursas? — interrogó la madre girándose y mirando para los asientos traseros, sonreía como si fuese una niña de cinco años con un nuevo regalo.
— Voy a tercero. — levantó las cejas y asintió sorprendida. — Mi mejor amigo, Jimin, conoció a Jungkook, y nos lo presentó a mis amigos y a mí. — corto y poco, sin detalles extras.
— Jimin es el chico que me encontré en el baño. Y Taehyung me defendió de los chicos de mi salón.
— ¿Qué luego te acompañó a casa? ¿Ese eres tú? — señora, ¿cómo sabe toda la historia? Asentí. — Ay, no sabes lo agradecida que estoy. Jungkook me contaba que tenía días asquerosos con esos niños y gracias a que tú lo defendiste, se tranquilizaron. Muchas gracias.
— N-No hay de qué. — los ojos de la madre de Jungkook mostraba total gratitud, felicidad y paz, todo lo contrario, a mi madre, con sus ojos llenos de odio e inconformidad.
— Estamos muy agradecido de que ambos hayan venido.
perdón que sea corto, espero actualizar pronto ♡
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