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Jungkook

Allí estábamos, Taehyung y yo agarrados de la mano en plena playa Haeundae de Busan, admirando el sol pegar contra nuestros ojos y el cielo celeste resaltaba entre las olas del mar. Ignorando el hecho de que la gente nos miraba con desagrado, poniendo sus manos detrás de su oreja y murmurarse lo mal que está una pareja homosexual.

Taehyung estaba alerta, por miedo a que nos crucemos a mis padres y estemos de la mano. Al salir de casa, le dijimos a mí madre que le daría un recorrido gratuito, entre risas cruzamos la puerta, hasta llegar a la parada de autobuses y subirnos a uno, sentándonos juntos y él apoyando la cabeza en el hueco de mí cuello, quedando dormido mientras le daba suaves caricias con el pulgar a la parte superior de su mano.

Tan pronto habíamos bajado del autobús, caminamos a toda velocidad para no perder el tren y esperar veinte minutos al siguiente. Subimos apresurados y Taehyung sujetaba con una de sus manos los bolsos de almuerzo y con la otra se sostenía de la barandilla, mientras yo estaba frente a él riendo de sus expresiones al ver a cada quien que subía, mostrando caras graciosas o mordiendo su inferior impidiendo las carcajadas. Sonreía cada vez que lo hacía.

Taehyung recitaba algunos "Oh.." y otros "Wooh" cuando veía algo "distinto" a Seúl. Decía que allí el aire era mucho más agradable, volviendo a repetir que se debía a las fábricas.

Me agotas, ya lo dije cinco veces hoy. — dije a la sexta vez.

Es que te ves tan lindo e intelectual cuando lo dices. — responde dulcemente mientras empuja delicadamente mi cuerpo. Sonrío con dulzura

Es que te ves tan lindo e intelectual cuando lo dices. — responde dulcemente mientras empuja delicadamente mi cuerpo. Sonrío con dulzura y rodé los ojos.

Mi corazón iba acelerado el día de hoy. Había escuchado a mis padres hablar sobre una cena digna de despedida. Hoy sería la última noche que pasaría en aquella casa dónde me críe toda mi vida. Mañana temprano tomaríamos el tren y cada uno volvería a su hogar, quedando sólo como habitualmente.

Hoy era la definitiva: Taehyung se presentaría como mi pareja, les diría que paso la mayor parte de mi tiempo con él y que lo amo a punto de quiebre, siendo una de las únicas razones de mi felicidad.

Paramos a comer en uno de los puestos callejeros a pedir cada uno un hotteok* ambos de frutas secas por la especialidad de la provincia.

Luego de un aperitivo, decidí llevarlo a ver el templo Seokbulsa, allí me llevaba mi madre bastante seguido dada la tranquilidad, no era uno de los típicos dónde todos los turistas iban.










Pasadas las horas y el cansancio de ir de aquí para allá, de alguna que otra selca y compras, decidimos subir al tren para luego ir al bus, quedando en casa tocando las ocho de la noche.

— Se fueron bastante temprano y volvieron bastante tarde. — dijo mi madre viendo como los dos entrabamos con los ojos caídos y el cansancio sobre los hombros. — Veo que compraste muchas cosas, Taehyung, que bueno. — sonrió — Vayan a ducharse y luego cenamos, ya casi está.

Asentimos y subimos las escaleras, jugando piedra-papel-tijeras para ver quien se bañaba primero, ganando el mayor, además de ser el invitado.

Entré a mi habitación, deseando descansar mis ojos por unos pocos minutos, poder tener la mentalidad en limpieza total y no sentir un peso sobre mí.

Morfeo iba llamándome, con su empalagosa voz y singular canto.










Había un niño. Uno bastante delgado y juraría que alto, arrodillado en el suelo negro. Se oía un llanto, sollozos y fuertes suspiros. Aquel ser tenía la piel acanelada, el cabello negro como la noche, cubría su anatomía con una camisa blanca y un pantalón negro, su espalda era bastante ancha y conocida para mi vista.

Jungkook. — dijeron. Luego mi cuerpo se comenzó a sacudir. — Jungkook. — volvieron a decir — Joder, despierta. — abrí los ojos. Taehyung estaba a mi lado, con una sonrisa de labios y las puntas del cabello mojadas, una toalla blanca alrededor de su cuello y el pijama colocado. — Vete a bañar. Tu madre me dijo que en veinte minutos estará la cena. — sonrió y se levantó de la cama. Dándome la espalda mientras caminaba.

Mierda. — dije al instante que el mayor cerró la puerta.

Agarré a velocidad mis toallas y productos para el baño. Me encaminé hacía el baño, pensando en que el sueño era lo bastante parecido a uno anterior.

El agua caliente relajaba mi musculación, dejándome medio dormido dentro de la ducha. Froté fuerte y rápido mi cuerpo, recordando que en la cena debía poner todos mis nervios y enfrentar a mis padres.

La verdad no me asustaba mucho, ellos ya sabían sobre mi orientación sexual, al principio les costó, pero me aceptaron tal y como soy. Lo que me aterraba es Taehyung, si lo aceptarían, visualmente parece de los típicos chicos que se la pasan con montones de personas a la vez, que no buscan una relación seria si no sólo sexo. Les preocuparía que su hijo esté con un rompecorazones o algo así, aunque fuese todo lo contrario y él me amara con todo su corazón.












Saque mí cuerpo del tibio chorro de agua, até una toalla a mí cintura y con otra acaricié fuertemente mí cabellera, abrí el botiquín y saque aquella loción tan típica de mi padre y la coloqué en mis manos, esparciéndola y dando leves toques en mis mejillas para que se hidraten lo justo y necesario.

Salí del baño, caminando lentamente perdido en una nube dónde lo único que existía es un terror ajeno, algo en mí pecho me decía que pronto tomaría una gran decisión, y que era bastante fuerte la razón para ello.

Entré a mi habitación actual y corría a buscar mi ropa interior y poner mi pantalón para dormir, fregando otra vez mis cabellos y colocando una amplia camisa blanca larga hasta los muslos. Saqué mis pantuflas de oso de debajo de la cama y automáticamente estiré las toallas en una silla, saliendo de mi habitación y toca la puerta de Taehyung.

¿Quién es? — se escuchó desde el otro lado, bastante grave para ser su tono normal. Me sonrojé.

— Jungkook. — esperé unos segundos hasta recibir una señal de que pasará. Al separar la puerta del marco, vi la figura de Taehyung colocando a velocidad una camiseta en su torso, mordí mi labio inferior.

Me estaba quedando dormido. — sonrió con inocencia. Rodé los ojos y caminé hasta llegar a su lado, levanté la prenda que cubría su piel acanelada y divisé las pequeñas marcas que le había dejado la última vez, aquellas que desaparecían lenta y tortuosamente.

Rayos, ya se están yendo. — dije con un puchero. Una de las manos del mayor posó por sus ojos mientras echaba su cabeza para atrás y sonreía. — ¿Qué?

— Es increíble. — murmuró a lo bajo — Visualmente pareces inocente y angelical, pero eres el diablo en persona.

De este diablo te enamoraste. — respondí creídamente y le guiñé un ojo. — Vamos a cenar. ¿Te gustan las costillas de vaca a la parrilla con kimchi? — interrogué, ganando un asentimiento del otro.








demasiado corto para lo que planeaba, but me di cuenta que necesitaba a taehyung de narrador para la siguiente escena

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tuni / 151117

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora