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Jungkook


Quedé helado al ver cómo Taehyung se levantaba a toda velocidad de la cama, colocaba la ropa que le faltaba sobre su cuerpo, tomaba dos sorbos del café y me daba un beso amargo y rápido en los labios para luego salir a toda velocidad.

¿Qué hice mal?

Hace tiempo, cuándo quería unirme a las marchas de la LGBT, un amigo del foro me comentó sobre el Daddy Kink, llamó bastante mi atención, pensaba que, si algún día tenía pareja, podría poner a prueba ese tipo de juegos sexuales. Lo intenté hacer, y sólo logré que Tae se vaya de mi apartamento y no me hable por dos días.

Creo que me pasé.






Con mis pocas ganas de vivir en un lunes a las nueve de la mañana; cargaba la molesta pila de libros sobre mis manos. El conjunto de hojas impedía que viera lo que estaba frente a mí.

Tropezando más de una vez, recibiendo algún que otro insulto por golpear a quien sabe quién. Odiaba que la biblioteca quede tan alejada de mi salón de clases, tener que bajar dos pisos con la carga, no podía sentir los brazos.

Saqué una sonrisa de estúpido cuándo pude ver la puerta del salón de artes, no estaba tan lejos de mi destino. Cuando pasé por esta, escuché cómo se abría de golpe y alguien me agarraba de la cintura, llevándome dentro del aula y dejando todos los libros en el suelo del pasillo. La puerta se cerró de golpe y fui tirado contra esta, cerrando los ojos con fuerza y sintiendo un jodido miedo.

Kookie, me aburro. — susurraron en mi oído. Aquella voz ronca, aquel aroma tan único en el mundo. Abrí los ojos lentamente, aquella persona mordía el lóbulo de mi oreja. Las jodidas marcas en el cuello me pusieron un poco nervioso.

¿T-Tae? — dije, tratando de separarlo de mí, pero él sólo se disponía a morder y lamer mi oreja izquierda y cuello.

No me llames así, bebé. — aquellas mordidas se estaban dirigiendo a mis labios, ganando la profunda y oscura mirada del otro. — Llámame cómo lo hiciste el otro día. — besó mis labios, fue profundo desde el comienzo. Ganando una batalla —que parecía interminable— de lenguas. Se separó un poco de mí, logrando que suelte un jadeo, uno que salió desde lo más profundo de mi ser. Tuvimos cientos de besos cómo estos, pero, dios, me encanto este.

¿D-Daddy? — susurré, mirando sus oscuros orbes. Soltó una pequeña sonrisa y se volvió a acercar a mi cuello, sintiendo sus labios sobre él y luego escuchando un sonido a chupete.

¿Alguna vez te dijeron que eres jodidamente sexy? — su rostro volvió a estar cerca del mío, sus labios acariciaron los míos — Tendrías que estar prohibido, — tragué fuerte — claro, sólo yo podría tenerte. — volvió a darme un beso hambriento. Sus dientes jalaban mi labio inferior, más de un gemido salía de mi garganta. No comprendía desde que momento el ambiente estaba ardiendo. Mi cuerpo ardía, hasta que me estremecí al sentir las frías manos de Taehyung bajo mi camisa, acariciando mi torso. Acerqué mis manos a los hombros del otro, tratando de alejarlo, siendo algo en vano al sentir su rodilla posarse y rozar mi entrepierna.

Sujetando con fuerza su camisa dejando mis nudillos blancos, escuché como soltaba un gruñido. Se despegó de mis labios para dirigir los suyos a mi cuello y volver a dejar mordidas.

Te quiero, baby boy. — dijo, contra mi oído y su voz más grave de lo normal. Volvió a atacar mis labios.

Quería alejarlo de mí, cumplir nuestra promesa de nada de sexo hasta la segunda cita, pero algo dentro de mí lo pedía a gritos. Explotando mi cerebro con la pregunta de ¿Continuo?, escuché cómo la puerta se abría de golpe y cómo los labios de Tae se separaban de mí.

¡TAE ESTÚPIDO! — era Jimin, mirando con el ceño fruncido y agarrándolo del cuello de la camisa.

¡¿J-Jimin?! — grité y pregunté.

Se suponía que Tae no tenía que salir del salón. — dijo, mientras lo soltaba y este venía hacía mí, colocándose detrás y agarrándome de la cintura para dejar su mentón sobre uno de mis hombros, sintiendo su gran erección contra el lugar perfecto. — Ese chico, le robó agua a sus hyungs y como karma, tenían alguna sustancia que lo volvió más pervertido y estúpido. — pasó una de sus manos sobre su rostro.

Me gustaría tener esa droga, pensé. De verdad, mi inocencia se fue al pene de Taehyung.

— ¿Te hizo algo? — casi tenemos sexo, LO ESTABA ESPERANDO JIMIN.

No, nada, sólo, hablamos. — ahora entiendo el tamaño de mi nariz.

Ven aquí Tae, tenemos en el salón una revista porno, ven niño. — el castaño se despegó de mi para ir junto a Jimin como si de un perro se tratase.

¿Tienen una revista porno? — vale, tenía miedo.

No. — sonrió e hizo el gesto de una lágrima imaginaria. — Nos vemos más tarde Jungkook. — se despidió arrastrando a mi novio, quien hacía lo posible para poder estar a mi lado otra vez.



¿Ahora que hacía?






Voy a buscar tutoriales en youtube de cómo hacerlo :( se merecen el mejor lemon del mundo, son un amor por leer esta cosa rara, además sus comentarios me encantan

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tuni / editado

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora