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Jungkook

Podía ver a un niño, todo hecho bolita y emitía delicados sollozos, el fondo negro resaltaba a la figura tan particular de aquel pequeño ser. Podía ver como la piel canela de sus brazos, era marcada por sus uñas por la rabia, estas eran marcadas y acariciaban con brutalidad. El cuerpo delicado temblaba, recitaba muy finas e inaudibles palabras, las lágrimas caían como si una catarata fuesen sus ojos. Sólo podía ver su espalda, y como sus lágrimas se acumulaban debajo suya dejando un gran charco dónde estaba sentado.

No quiero que te vayas.

Inmerso en los brazos de Morfeo, abrí los ojos con pesadez, los brazos que anteriormente me rodeaban, ahora no estaban. Me levanté con nerviosismo, no recordaba dónde estaba, las ventanas estaban abiertas, pero no entraba luz alguna, suponía que era de noche.

Una cálida luz venía desde la puerta, se podía escuchar como la televisión estaba encendida a bajo volumen. Me levanté del colchón, mis pies al tener tacto con el piso lograron que me estremezca. Caminé con delicadeza y tratando de no hacer ningún ruido, recordaba que estaba en lo de Taehyung, pero no se escuchaban la grave voz de Namjoon o los ronquidos de Yoongi. Pasé por un estrecho pasillo hasta estar en la misma sala de dónde venía la luz. Miré con determinación, no había nadie, me habían dejado solo.

Hey, al fin despiertas. — apareció Taehyung desde un umbral, con una taza en sus manos y una enorme sonrisa en su rostro.

¿Dónde están todos? — pregunté, siguiendo al mayor hasta sentarnos en el sillón principal.

Se fueron hace una hora o menos. Te iba a despertar, ero estabas tan tierno en tus sueños. — me pasó la palma de su mano por una de las mejillas — Te quedaron las sábanas marcadas, y vaya cara fea que tienes al despertar. — reí y le di un leve empujón en el hombro — Hey, tengo una taza, desubicado.

Me agradaban estos momentos, dónde él y yo actuamos como amigos, o mismos hermanos, aunque tenemos sentimientos más haya que la amistad. Sólo, el simple hecho, de que nos podamos hacer bromas en el paréntesis de tiernas, me destruían el corazón de una manera adorable.

Supongo que yo también me voy. — le di una suave sonrisa y me levanté del sillón. — Por cierto, nunca encontré el baño. ¿Dónde está? — rio y volvió a darme las indicaciones.

¿Jungkook? — llamó justo cuando me estaba lavando el rostro.

¿Qué? — respondí

¿Quieres que vaya contigo a tu casa? — interrogó. Sonreí por el lindo detalle.

¿Te quedarás? — pregunté, sabiendo la respuesta.

Pensaba no hacerlo, pero ya que preguntas. — reí internamente.

— Bueno. — seguí frotando la espuma provocada por el jabón tan particular de Taehyung.








Durante el camino en tren, Tae reposaba su cabeza en mi hombro, mientras en una de sus manos sostenía mi mano y en la otra las mochilas de ambos. El castaño cabello del mayor causaba cosquillas en mi cuello, haciendo que cada tanto tiempo me muerda el labio inferior, conteniendo las finas risas que quería liberar.

— ¿Qué es tan gracioso? — la voz de Taehyung estaba unos tonos más ronca debido a la corta siesta. — ¿Tengo algo en la cara? — liberó mi mano para poder ponerse en forma y sacar su móvil, viéndose en la pantalla.

Sólo me causaban cosquillas tus pelos en mi cuello. — me observó confundido para luego sonreír de labios.

Ya, deja que te acomode el cuello de la camisa para que no te moleste. — alargó la mano que antes tenía el móvil para poder acomodar los pliegues de la tela blanca, inconscientemente suspiré con pesadez. — Las marcas se están borrando. — el tono con el que formuló la oración era n tanto penoso, como si le doliera.

Sus largos y fríos dedos pasaron por mi nívea piel, trazando las marcas que iban desapareciendo a lentitud.

Terminó de acomodar los pliegues y volvió a agarrar mi mano, para entrelazarla con la suya y acomodar otra vez su cabeza en el hueco de mi cuello.

El tren estaba lleno de gente, muchos acababan de salir de sus trabajos u otros de salidas, todos estaban en el mismo estado que Taehyung, con sueño y ganas de dormir a muerte, sólo unos pocos estaban con los ojos pegados en la pantalla. El mayor frotó su cabeza y levantó la cabeza, sacudió su cabellera y empezó a moverse, como si buscase a alguien con la vista.

¿Sucede algo? — pregunté mirando a la misma dirección que él.

No. — giró su cabeza lentamente con la vista pegada a algún punto. Cuando se giró completamente, nuestros rostros quedaron uno frente a otro. Sus ojos se dirigieron a mis labios sin disimulo alguno, la mano que sostenía las mochilas fue tirada contra uno de mis hombros quedando pegado al respaldo del asiento.

Los labios de Taehyung estaban sobre los míos. Sólo era el contacto de mis belfos con los suyos. Estuvimos así unos segundos, tales que parecían extensos y nunca acabar. Al momento de separarnos, quedo a centímetros de mi rostro con una tierna sonrisa impregnada en él.

Hace tiempo que no te besaba, y me da rabia darte uno así. — nos volvimos a acomodar y el colocó, otra vez, su cabeza entre mi cuello. — Cuando lleguemos a casa te daré uno de buena forma. — y los latidos de mi corazón golpeaban contra mi piel.










Cuando llegamos a mi departamento, automáticamente me abalancé sobre él enroscando mis brazos alrededor de su cuello, juntando sus labios con los míos y dejando que el tiempo haga lo suyo.









alguien me podría decir en que # estoy? wattpad me estuvo haciendo malas jugadas y me decía que estaba en el 365 y otras veces en el 500, ahora en el 955, i hate me:(

me tardé siglos pero al fin actualizó AUNQUE FUE MUY CORTO

si hay algún error, por favor avisarme :c

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tuni / 12092017

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora