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Jungkook


Tenía a Taehyung en un mar de excitación.

Movía mi mano de arriba abajo, y de la forma contraria. Los labios del mayor liberaban sonidos únicos en la faz de la tierra, nada ni nadie podría superar tal octava maravilla.

Sólo llevábamos cortos segundos de acción. Daba cortas lamidas con mi órgano gustativo, aún no llegaba a meterme todo su miembro a la boca, tan necesitado estaba el otro que tironeaba un poco de mis azabaches cabellos y lograba que, por diminutos instantes, mis labios acaricien el glande.

Jungkook... — dijo con áspera voz, levanté la mirada con picardía y puede ver como este tenía los belfos separados y una ceja levantada — No me hagas sufrir, bebé. — volvió a hablar, pasando la mano que sujetaba mi cabellera hasta mi mejilla, dando leves caricias — Tú también necesitas una recompensa, así que apura. — sonrió y tuve el reflejo de gemir.

Volví a pasar mi mano por su masculinidad, pasando mi lengua por mis labios hinchados y sonriéndole al castaño. Este estaba por decir algo, siendo callado y ahogado en un gruñido por meterme de una vez su erección.

Lograba ahuecar las mejillas, jugueteando internamente con mi lengua y la suave piel de este. Toda la extensión no entraba y seguía haciendo un vaivén con mi mano en lo restante, cada tanta caricia daba delicadas y tiernas caricias ganando gruñidos.

Los sonidos que hacía Taehyung con su garganta, me recordaba a la perfección a los leones, cayendo el suave recuerdo de la vez que vimos un documental juntos y nos enteramos de que los reyes de la selva, pueden ser escuchados a noventa cuadras de distancia, dato. Tae, hasta mis padres te escuchan gruñir.

Hacía sonidos de chupete cada vez que separaba mis labios de su miembro, y jugaba con la pequeña hendidura en la punta.

Ya me siento llegar... — dijo para luego reír sarcásticamente — No seas malo bebé, y no lo tomes. — asentí, que ingenuo novio tenía. Tenía ganas de comentarle que no sabía tan mal, además de que no tenía el sida y ninguna enfermedad, así que ¿por qué la preocupación?

Seguí con lo que estaba haciendo, volviendo a ahuecar las mejillas y chupar con brutalidad y ternura mezclada. Sentía como este se iba sacudiendo, y Taehyung daba profundas respiraciones. Acaricié con los delgados dedos sus testículos y...






Te dije que no lo tomaras. — soltó con las orejas en rojo fuego.

Pero Tae... — posó su dedo índice en mis labios y levanto una ceja.

Pero nada. — giró los ojos y luego volvió a mirarme — Pensaba darte una recompensa, pero mierda, ahora quiero castigarte. — frotó sus dedos contra sus sienes y cerró los ojos a la vez que tensaba la mandíbula. — Además te duele el culo, joder. — se tiró contra el colchón. Sentado sobre las frazadas, admiré el cuerpo del mayor, quedando encantando por como el bóxer se amoldaba a sus cintras y resaltaba su piel canela.

Hyung, — llamé, este abrió los ojos con enojo — el fin de semana que viene estaremos en la casa de mis padres, y no podremos hacer nada de esto. — hice un puchero.

Ya lo sé, bebé. — sonrió — Por eso pienso venir un día de estos y castigarte por desubicado, pero nada de fornicar. — volvió a repetir aquella palabra grosera y graciosa a la vez, Asentí.






creí que era más largo cries

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tuni / 240817

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora