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Taehyung


Como pude, cerré la puerta con mi pie, mientras mis manos acariciaban la piel de Jungkook y este me agarraba del cuello pidiendo más acercamiento en el beso. Sonreí entre medio del contacto y desplacé mis gemelos hasta su cadera, separando su cuerpo del mío. Nuestras bocas estaban a escasos centímetros, los ojos de Jungkook se abrieron después de un buen rato, mostrando aquella respiración rasposa y ojos oscuros como la noche de hoy. Miro mis belfos, rogando que estén otra vez juntos, en un juego de seducción, mordí el inferior de manera que el menor pasó su lengua sobre aquellos carnosos y rosados suyos.

Tae... — susurró apenas audible, su dulce voz y excitada me saco de las casillas. Con fuerza de voluntad, volví a acercarlo a mí, dejando su mentón en mi hombro y acariciando su azabache cabellera. Sentí unas habilidosas manos meterse entre los bolsillos de mi ajustado pantalón.

Jungkook, — le dije en la oreja, rozando mis labios contra su piel — tranquilo amor; — solté — Tenemos todo el tiempo del mundo, no nos apuremos tanto. — lo separé otra vez, viendo sus ojos llenos de lujuria y a la vez ternura.

Te quiero, mucho. — dijo.

— Te amo, tanto. — sonreí con ternura y me acerqué otra vez a su rostro. Nuestras respiraciones mezclándose y las miradas al otro. La habitación se empezaba a encoger y el calor hacia presencia.

Bésame. — me ordena, agarrándome de los hombros y levantando un poco la cabeza.

Te deseo tanto. — puse mis frías manos en su espalda baja, sin dejar espacio en nuestros cuerpos y juntando en un profundo beso, que empezó con un delicado roce a pasar a una danza de lenguas. Internamente, me maldecía por ser la primera vez, quería que sea cariñosa e inolvidable, pero por lo lento que iban las cosas y como subía la temperatura, me sacaba de quicio.

Logré que Jungkook coloqué sus piernas alrededor de mi cintura, rozando su entrepierna con la mía y ambos gemimos. Con suavidad y sin dejar de besarlo: lo recosté en la cómoda cama colándome entre sus piernas abiertas y poniendo ambas manos a cada lado de su cabeza, mientras que el me sujetaba mi camiseta negra fina, aquella que lo vuelve loco por como amolda cada músculo de mi torso y remarca ni gran espalda.

Mgh... Tae. — este es el momento dónde todo empieza.

Según la poca experiencia que pude obtener de los vídeos y foros, sé que no me tengo que dejar caer en la total tentación. Cuando comenzó a jadear y arrugar mi prenda, entendí que era momento de avanzar.

Comencé un camino de besos, primero sus labios, luego la comisura y mejilla dejándome caer hasta aquel blanquecino cuello que tanto amo. Pegando mis labios a la suave piel, succionando y lamiendo, caminando hasta llevar a su nuez de Adán que se movía con brutalidad de arriba-abajo. Su cabeza estaba con fuerza para atrás, respirando con dificultad y soltando delicados jadeos que alimentaban mi imaginación. Acaricié con mi lengua aquella manzana, ganando el gemido más profundo que nunca pude recibir. Alejé mi rostro de su cuerpo, apreciando como el pecho cubierto en tela, subía y bajaba con lentitud.

Mis dedos rozaron con el borde de la prende superior, pidiendo permiso con la mirada y ganando un asentimiento: -Tu saca lo que quieras.

Con delicadeza y rapidez retiré la prenda, viendo su panza apenas marcada y aquellos botones. Mis labios rozaron la piel teñida de rosa, mi frío aliento choco contra ella, haciendo estremecer el cuerpo contrario

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora