thanks hormones ; taekook

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Taehyung

[FINAL]

La habitación estaba helada, abrazaba con fuerza las frazadas hundiendo mi rostro en ellas y suspirando. De un instante al otro, algo caliente fue posado en mi mejilla mientras una delicada risita resonaba entre las paredes, abrí un ojo y ahí estaba Jungkook con su típica sonrisita y los ojos arrugados, mientras en sus manos tenía dos tazas humeantes. Sonreí con ternura y me dispuse a sentarme, haciendo que el menor se levanté de la cama y suelte un jadeo, lo miré y estaba en bermudas y una camiseta enorme, sacudía ambas piernas y las frotaba, fruncía el ceño y le temblaba la mandíbula.

— Tae, te quiero, pero ¿te puedes apurar? Hace frío y quiero estar abrazado. — dijo para sonreír después y arrugar sus ojitos, sonreí y coloqué mi espalda contra el respaldo de la cama y retiré las frazadas de mi lado, palmeando el colchón para que se siente ahí. — Gracias. — agradeció y dejó, primero, las tazas en la mesita de noche y se sentó a mi lado, cubrió sus piernas con las frazadas y luego dio un pequeño giro agarrando ambas cerámicas alcanzándome la correspondiente. El contenido de la caliente era chocolate, iba muy en serio cuando dijo que tenía a montones.

El silencio embardunó la habitación, los sorbos y soplidos a las humantes era el único runrún que habitaba entre las paredes, decir que el golpeteo del menor contra su pecho era algo presente estaba de más, me causaba demasiada ternura desbordante de miel aquel ruidito de pumpum que producía el corazón del azabache con dientitos de conejo.

— Más tarde... hum... ¿llamamos a mis padres? — habló, luego de un mutismo leve, corto, nervioso.

Decir que me aterraba llamar a sus progenitores era una verdad con toda la extensión de la palabra, cómo reaccionarían los Jeon al escuchar que "El novio de su hijo no tenía al tanto a sus padres sobre su orientación y lo echaron de casa si no rechazaba ser homosexual" que cosa tan patética, asquerosa. Yo como padre, en un lugar futuro, no dejaría estar a tal irresponsable que su hijo, y más siendo que este era débil y necesitaba cariño constante.

Pero claro, ese soy yo como padre, como me educaron mis mayores.

Jungkook era distinto, los Jeon eran distintos.

— Claro, si quieres hablo yo. — respondí, tratando de darme una palmadita en la espalda por tal valor, aunque era obvio que este no existía.

— No, deja, prefiero ser yo. Vete a saber que cosas dicen. — dijo, con una sonrisita tímida mientras tenía en sus manos aquella cerámica, apreciando el calor de esta para luego dar un sorbo. — Además, mis padres no te dieron la charla, ¿verdad? — giró su rostro, mirándome directo a los ojos, con los míos totalmente abiertos, echando la cabeza a un lado mientras una risa tímida salía entre mis cuerdas vocales.

— No, no me la dieron. — argumenté, volviendo la mirada a él y notando el leve rubor en sus pómulos — Por cómo eres, seguro te la dieron y te explicaron de todo. — rodó los ojos y negó con la cabeza.

— Cómo si pudiera escuchar a mi madre hablarme de como usar un condón, la vergüenza me carcome, ¿qué te digo? — reí ante su comentario.