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Taehyung


Los mensajes de mí madre arrasaban con mí celular, aquel aparato no paraba de recibir uno tras otro "Como se ve que me escuchan", decía aquella vocecita interna.
Explicándole a mí madre mí ubicación y tapándome con las cálidas frazadas con un aroma peculiar.

Joder. — solté al leer como mí mayor me regañaba por no avisarle sobre que no pasaría la noche allí. — Pero si te lo he dicho. — pase mí mano izquierda por mis ojos y respire con pesadez, no quería tener las venas al aire después de tan linda velada.

La puerta de la habitación chilló y con sorpresa mí celular cayó al suelo, ganando una risita de Jungkook.

Lo miré, y dios santo y la Virgen María, que chico más bello es.

¿Quién era? — interrogue mientras me inclinaba de la cama al suelo y asomaba mí cabeza por abajo de esta, buscando con la vista mí celular y agarrándolo una vez encontrado.

Mi madre. — se apoyó contra la pared y me observaba con sus penetrantes orbes oscuros.

Vaya, que incómodo. — comenté mientras me volvía a acomodar en el colchón y sacudía la almohada para volver a ponerla en la cabecera y sentarme a gusto. — Acabamos de, bueno, ya sabes, — enarco ambas cejas y me miraba con confusión — de fornicar y llama tu madre. — el menor se sonrojo al escuchar tan vulgar palabra, de un modo u otro sonrió. — No tendrá que ver con el sexto sentido, ¿Verdad?


Jungkook río — No Taehyung. — sonrió con dulzura — Solo llamaba para preguntar cómo andaba y que estaba haciendo.

¿Qué le respondiste? — interrogue inquieto.

Estoy bien madre, acabo de fornicar — resaltó bastante aquella vulgar palabra — y tengo un jodido dolor de trasero, — susurre un "lo siento" y prosiguió — pero el resto todo bien, tengo al amor de mi vida en la cama y yo acá hablando contigo mientras podría estar con el dándonos cariños.

Eres tan tierno. — dije, mientras miraba su anatomía completa y mordía mí labio inferior con total seducción.

¿Qué sucede?

— Te explicaré: — aclaré mí garganta y seguí — ahora mismo tengo a la persona más bella del mundo, desnudo frente mío con decenas de marcas y yo me encuentro en su misma situación en la cama a punto de tener una tienda de campaña. — Jungkook tragó fuerte y se tapó la entrepierna, camino hasta su armario. — No no. — me corrí un poco del colchón dejando lugar y levanté las frazadas — Ven aquí conmigo, ¿Aún quieres esos cariños? —, sonrió con alegría mostrando sus tan perfectos dientes de conejo. Se desarreglo el cabello y salto encima mía tapándose con las mantas.

También me invitó a que vaya a pasar el próximo fin de semana con ellos. — comentó luego de un agradable minuto de silencio.

¿Qué? — tan hundido en mis pensamientos no pude escuchar con claridad lo que decía.

Me dijo que los vaya a visitar, y que si quería podía llevar un acompañante y pagarían todo. — se giró y me miró, dándome el permiso de admirar sus hermosas y delicadas facciones en desarrollo. — Pensaba en llevarte a ti, pasar el fin de semana con ellos, que los conozcas y ellos a ti, y presentarte como mí pareja. — trague fuerte, mucha información para estas horas de la mañana — Si quieres, claro. — dejo un casto beso en la comisura de mis labios y sonrió, reposando su cabeza en mí pecho.

— ¿Ir un fin de semana a la casa de tus padres, con la persona que quiero y presentarme como su novio, además de tener todo pago? — asistió — Eso no me lo pierdo ni muerto. — le besé la cabellera y pase mí mano para acariciarle.

Te amo.

Eres hermoso, te amo tanto. — dije, para luego besar sus labios con delicadeza y suavidad, ternura mezclada con un toque de brutalidad y con una gran porción de amor.
El roce de sus labios con los míos me aceleró el corazón, pidiendo más acercamiento, pasando mí brazo por su cintura y acercándolo a mí, las sábanas se colocaron con discreción entre el suyo y el mío, impidiendo que la desnudez se tocase.

La intensidad de aquel beso, fue aumentado con discreción ganando cortos gemidos y profundos jadeos. Las manos del menor se posaron sobre mis morenos hombros clavando sus uñas cada vez que su lengua quedaba enroscada entre la mía. Mis acarameladas manos pasaron de estar en su cuello a su cabellera, dando caricias y cada tanto un leve tironeo.

Con el pasar de los minutos, podía sentir como las sábanas se levantaban con disimulo y mi excitación se hacía presente.

Tae... — logró formular cuándo nos separamos, sus ojos cerrados y voz errática, ganaron otro round y accedí a volver a pegar nuestros labios. Enrosqué mi lengua con la suya, mordí con ternura mezclada con brutalidad sus carnosos belfos. Paré por breves segundos la acción para tomar aire, cuándo iba a volver a tener contacto, sus manos se pusieron en mi pecho y me alejó un poco de sí. — Para, me duele como nunca el culo. — dijo mientras sonreía.

Como digas, amor. — respondí, dando un beso en su mejilla y acostándome cómodamente sobre su cama.

Eso no impide que haga lo siguiente. — comentó luego de un minuto o más. Retirando las sábanas de mi anatomía y mirando sin discreción mi erección. — Me dejas, ¿Tae? — sus labios estaban siendo humedecidos por su lengua, aquella que una época estuvo en mí y amo sentir al besar.

Hice un corto debate mental, dándome cuenta que debía dejarme disfrutar. Accedí ganando una sonrisa de alegría pura y ver como su labio inferior era mordido por sus dientes.

Su cuerpo se dirigió a mi parte baja, logré sentarme y apoyar mi espalda contra el cabecero. Su espalda se inclinó dejando su cabeza entre mis piernas, primero me miró antes de jugar un poco con sus manos sobre mi miembro. La delicada mano del otro y la inocencia que emanaba su angelical rostro me tenían al borde, suspiré pesadamente y luego me atraganté, sintiendo su pulgar pasar por la punta de mí y como su áspera, pero a la vez lengua acariciaba mi masculinidad.

Joder. — relajé todos los músculos de mi cuerpo y me dejé manipular.






tuni / 040817

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tuni / 040817

thanks hormones ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora