4. Calma antes de la tormenta

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Junmyeon no quería ir a clases.

Fingir dolor de estómago, malestar general, poner el termómetro en su café, calentar su frente con el aire de la secadora... Mil ideas pasaban por su mente para faltar a la escuela.

Sombras oscuras adornaban la parte inferior de sus ojos y volvió a hundir el rostro en la almohada para ver si podía dormir un poquito más, pero la alarma de su celular sonó y Junmyeon ahí sí tuvo ganas de llorar por la frustración.

Maldito Zhang Yìxīng y su... bonito... cuerpo.

Maldito, maldito. ¡Maldito!

—Junmyeon, el desayuno está listo —le habló su madre desde el otro lado de la puerta—. No tardes, corazón.

—Ya voy, mamá. Gracias —respondió, sonando lo más tranquilo posible.

Ahogó un suspiro y pateó las sábanas como niño pequeño, yendo al baño para ducharse y fingir que todo estaba bien. Cuando el agua caliente empezó a caer sobre él, Junmyeon empezó a imaginar cualquier cosa menos a Zhang Yìxīng (Uy, sí, claro).

Traicionado por su alborotada mente, terminó duchándose con agua fría.

«Destino, no seas una perra conmigo», suplicó mentalmente mientras se secaba y ponía el uniforme escolar, bajando a desayunar. Por supuesto, intentó hacer hora para llegar tarde al colegio pero su madre lo apresuró y no tuvo de otra. Permaneció callado mientras lo llevaban a Baekseok y su mamá lo miraba, algo intrigada.

—¿En qué tanto piensas, hijo? —soltó la señora Kim, mientras esperaba a que el semáforo pase a verde.

Junmyeon dejó de mirar por la ventana y se giró hacia su madre.

—Um, solo estaba... pensando en lo que haremos para la actividad final —dijo, frunciendo un poco el ceño. Realmente se le había olvidado eso y se sintió algo culpable. Él había dado la idea y no había hecho avances. Demonios.

—Lo harán bien, Baekhyun y tú siempre logran organizar eventos memorables —le animó su mamá, deteniéndose finalmente frente a la escuela—. Ahora ve a clases y verás que todo saldrá bien.

Junmyeon asintió, recibiendo un beso en la frente de parte de su madre y salió del auto, caminando con lentitud. ¿Qué se supone que haría ahora? Al menos ya tenía el apoyo de su maestra de teatro para ensayar, pero aun así...

—¡Buenos días, Junmyeon! —lo saludó Jackson, sacándolo de sus pensamientos. El rubio siempre hablaba sonriente y a Junmyeon le pareció agradable ese aspecto, al menos lo estaba distrayendo.

—Buenos días, Jackson —respondió el chico y un bostezo involuntario salió de su boca, haciendo reír a su compañero—. Um, lo siento, no dormí muy bien.

Jackson se encogió de hombros y caminó a su lado, rumbo al aula.

—Lo que sea que te esté preocupando va a mejorar, ya sabes —le dijo, mirándolo algo preocupado—. Tal vez no seamos tan cercanos, pero soy bueno escuchando a las personas o... al menos eso me dice papá...

El chico castaño rio un poco y asintió, deteniéndose frente a su casillero para recoger los libros de la clase de hoy

—Gracias por preocuparte —le dijo Junmyeon, siendo sincero.

—Podríamos salir algún día, si gustas —propuso Jackson, con una sonrisa amable.

Junmyeon cerró la puerta de su casillero y lo miró, algo sorprendido.

—Eh...

Pero la campana sonó, sobresaltando a ambos muchachos.

—Debemos entrar a clases —sonrió Junmyeon, caminando rápidamente hacia su aula.

Se corre el rumor de que te ama » EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora