11. Sábado de revelaciones (Parte II)

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¡Buenas noches, darlings! 💜

Tal como dice el título de este capítulo, continuamos con la fiesta y esta vez se enfocará en Jongdae y Minseok.

Así que... Sí, tomen una caja de pañuelos, y para la gente más masoquista pónganse música sad, jajaja, ay. 💔

Prosigan con la lectura :)

* * *

Caminando por el gran patio, Jongdae vio latas de cerveza tiradas y... ¿eso eran paquetes de condones abiertos?

Suspiró, negando con la cabeza. Lo bueno es que mañana (o más bien, hoy por la tarde) sus compañeros de clase le ayudarían a limpiar o sus padres lo matarían. Los señores Kim no tenían problemas con las fiestas, siempre y cuando dejaran la casa tal como la dejaban antes de irse.

Los resultados de la fiesta del año pasado habían tenido tres detenidos, una fractura de nariz, dos dientes perdidos y policías en todas partes. Claro, la bomba del asunto había sido la locura de borrachera que Kai había cometido al besar a Krystal Jung.

Simplemente, todo había sido memorable.

Eran las cuatro de la madrugada y el alcohol ya estaba haciendo de las suyas en casi todos los invitados (y no invitados).

Ya había sacado casi a patadas con ayuda de sus compañeros a unos estudiantes que se estaban peleando (uno de ellos se había roto la nariz y el otro andaba con un diente suelto) y media hora después, tuvo que usar el extintor cuando un chica muy ebria había encendido la cocina para preparar algo, poniendo un cucharón directo en el fuego.

Felizmente no tenía una piscina, no iba a lidiar con ahogados o accidentes nefastos al estilo de Proyecto X.

Entró a casa, evitando chocar con algunas parejas que ya andaban en plan calentón por las esquinas de su casa y se dirigió al pasillo para ir a su habitación un momento.

Pero se detuvo cuando reconoció a alguien en la puerta de su baño, que parecía estar ocupado por alguien más.

—¿Sehun? —cuestionó, algo receloso y torció el gesto cuando oyó a alguien vomitar dentro—. ¿Es Luhan? —se quedó boquiabierto.

—No, no —contestó el chico, preocupado—. Es Minseok. Ha bebido demasiado, Luhan lo está ayudando.

La expresión sorprendida de Jongdae le hubiera hecho reír a Sehun, pero no era momento para chistes. El pelinegro miró la puerta cerrada, aún conmocionado y le dio dos toques.

—Sehun, espera un momento —oyó la voz de Luhan, sonando nervioso.

—Soy Jongdae —replicó el susodicho—. En la repisa blanca hay unas pastillas para las náuseas si es que Minseok...

—Pasa —le interrumpió Luhan.

—¡N-No! —ese era Minseok, con la voz ronca.

Jongdae miró a Sehun, quien asintió y cuidó que nadie más pasara. Entró al baño, observando la escena: Minseok estaba arrodillado, casi desparramado sobre el retrete; mientras que Luhan lo ayudaba a mantenerse estable, acariciando su espalda como modo de consuelo.

—No puedo dejarlo solo —dijo Luhan, sin moverse, al mismo tiempo que al castaño se le coloreó el rostro e hizo una arcada para vomitar de nuevo.

Chen se apresuró a abrir la puerta.

—Sehun, en la nevera hay botellas de agua, ¿puedes traer dos, por favor? —le preguntó.

—Claro —Sehun se alejó con prisa.

Se corre el rumor de que te ama » EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora