23. Equilibrio y justicia

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Hello, hoy es martes de "Me quiero morir". 

Ok, no. Lo siento, ignoren eso, mal chiste, jajajaja, ay. 

Bien, primero, tenía mis dudas sobre este capítulo, sinceramente, creo que ha sido de las cosas más complicadas con las que me he topado redactar sin volverme loca. Pero finalmente quedó bonito, así que por eso recién lo publico. Ya saben, es mejor actualizar algo ¿decente? que subir algo sin sentido.

¡Disfruten este capítulo ! 

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🐻🌼🐧

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Jongin caminó hacia la casa de Kyungsoo, topándose con una escena que en realidad no debería de sorprenderlo demasiado.

El auto con dos agentes que se había mandado como medida de seguridad aún prevalecía a las afueras de la casa Do, puesto que aún desconfiaba con respecto a las acciones de la mafia. Lo mejor era seguir siendo precavidos.

Volviendo al punto, la interesante escena que veía ahora, era que Kyungsoo estaba ahí, charlando con los agentes mientras les entregaba unos envases de café y una bolsa de papel que probablemente contenía panecillos o algunos dulces para empezar el día.

—Buenos días —saludó, notando cómo los agentes dejaban de beber el café y le miraban, expectantes a lo que diría prácticamente su... ¿jefe?

—Buenos días, joven Kim —respondieron los dos hombres, mirando de Jongin hacia Kyungsoo, sin saber qué más decir o hacer. Incómodoooooo.

—Hola, Jongin —habló Kyungsoo, de lo más radiante, dándole un beso rápido—. Les quería invitar el desayuno en el comedor, ayer papá y yo hicimos pastel de chocolate. Pero los hombres de seguridad es gente muy testaruda, ¿no? Dicen que tienen que concentrarse y esas cosas. Quiero decir, sé que tienen un trabajo, pero también imagino cuán agotador debe ser —miró a los dos hombres con seriedad—. ¿En serio no quieren pasar aunque sea un rato? Mínimo para usar los servicios.

Los hombres miraron a Jongin y a Kyungsoo de nuevo, mudos. O sea, sí, dios santo, querían un maldito retrete. Pero trabajo es trabajo y pronto acabaría su turno...

—Descuide, joven Do, estamos bien —dijo finalmente uno de los agentes.

Kyungsoo les miró con mala cara.

—Justo hoy había preparado un delicioso ramen con queso y huevo —dijo el pelirrojo como si nada—. Más tarde les invitaré un gran, graaaan envase de sopa y así no pasen mucho frío...

—Señor Do, ¿podemos usar el servicio? —casi exclamó el otro hombre, rompiendo su silencio.

—¡Claro! De frente, por el lado derecho del pasillo.

Los dos hombres salieron del auto casi corriendo a la casa.

Jongin se mordió el labio para no reírse.

—Eres terrible —murmuró, estrechándolo entre sus brazos—. Pobres hombres...

—Me agradan bastante —sonrió Kyungsoo, acomodando el cabello de Jongin—. Solo desearía que tengan más confianza para pedir las cosas, ¿sabes?

—Dales tiempo, están preocupados y alertas por la poca información sobre... Bueno, ya sabes.

Jongin le había contado todo, hasta el último pormenor. De su madre (había tenido que regresar a China), de Wonwoo (solo se saludaban con pequeños asentimientos) y del señor Jeon (tenían conocimiento de que seguía en Corea aún). Evitó estremecerse cuando había oído al papá de Wonwoo decirle a su madre que se encargarían personalmente del traidor en sus filas. Su mamá le había ahorrado los detalles, pero la imaginación de Jongin había volado bastante.

Se corre el rumor de que te ama » EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora