Se corre el rumor de que te ama » EXO

14. Ser racionales

Añió, Yezabelle inmidá. #Okno.

Era actualización sorpresiva el día de hoy o era esperar hasta fin de mes. Así de intensa la cosa con el fanfic, pero ya más abajo les explico xd

PD: Lo siento si hay algún error, me avisan si me equivoco en algo.

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Junmyeon sentía que algo estaba fuera de lugar cuando entró a la escuela para soportar otro día de clases.

Mentalmente, hizo un repaso mental de las cosas que haría hoy. No había olvidado sus libros, sus apuntes estaban ordenados, su cabello lo había peinado con prisa pero estaba decente... ¿Había acaso ido a la escuela en pantuflas?

De inmediato, bajó la mirada hacia sus pies y con alivio, notó que sus zapatos de cuero brillaban pulcramente. Como él.

Siguió caminando por el pasillo de la escuela, sintiéndose... observado.

Saludó a unos compañeros y estos a duras penas le correspondieron. Pero Junmyeon le tomó poca importancia, tal vez estaban apresurados ya que pronto tocarían el timbre para el inicio de clases...

Abrió la puerta metálica de su casillero para guardar su carpeta sobre la obra teatral y ahogó un bostezo. El fin de semana se había desconectado por completo para aprenderse las líneas de su guion y el descanso había sido poco. Sin embargo, eso no le molestaba, actuar era algo que amaba y si había que sacrificar horas de sueño, pues que así sea.

—Pobre Yìxīng... —susurraron unos muchachos al pasar por su lado.

La frente del castaño se plegó de preocupación.

Oh, no, ¿qué le había pasado a Yìxīng?

La última vez que habían hablado fue en la madrugada de ayer, deseándose buenas noches luego de que Lay le reprendiera amablemente por no dormir bien.

De ahí, todo había estado normal...

Y una vez más, sintió que muchos ojos andaban pendientes de sus movimientos. Ya algo impaciente, Junmyeon se giró para pillar a unas chicas de un grado menor que retiraron sus ojos sobre él con prisa, sonrojándose.

—Junmyeon.

El muchacho dejó de juzgar a las jovencitas con la mirada y sus ojos prestaron atención a quien lo llamaba.

—Luhan, hola —saludó Junmyeon algo animado, pero su expresión decayó al ver la expresión preocupada de su amigo—. ¿Qué pasó?

Luhan miró a varios lados, como cerciorándose de que nadie espiara y de pronto, un relámpago de ira brilló en sus ojos.

—¿Se te ha perdido algo? —cuestionó con rigidez a alguien que estaba detrás de Junmyeon—. ¿O vienes a escuchar conversaciones ajenas?—y levantó más aún la voz—. ¡¿Para chismosear como todos en este jodido colegio?!

Todos se sobresaltaron e, incluyendo al chico detrás de Junmyeon que fingía haber olvidado su contraseña de casillero, se retiraron y la bulla se instauró como siempre.

—Luhan, qué demonios... —Junmyeon tragó saliva.

Luhan era una persona muy amable la mayor parte del tiempo, pero cuando perdía los estribos... Era desconcertante. Cuando su amigo chino gritaba, inspiraba temor.