Se corre el rumor de que te ama » EXO

25. Día de talentos

Hello, angeeeeels.

Nuevo capítulo para su disfrute. 

(Y para que los lectores en el grupo de whatsapp vean que mi pista de lo que iba a narrarse era 100% real, no fake. 🙈)

¡A leer!

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🦌🌸🦊

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Hoy, la escuela Baekseok no tenía permitido darse un descanso.

Después de tantos ensayos, de corregir algún desperfecto, de amanecidas por algunos líderes viendo cada detalle de su cargo y ligeras (grandes) crisis existenciales, cada estudiante despertó casi al amanecer, sacrificando sus horas extras de sueño típicas de los sábados.

Luhan caminaba hacia el auditorio casi dormido, bebiendo el café más cargado que había comprado hace unos minutos. Había descansado apropiadamente, no lo negaba, pero su sistema aún se rehusaba a aceptar estar en el colegio a las ocho de la mañana en un día sagrado para él.

Pero apenas entró, se dio cuenta de que casi nadie estaba como él.

Muchos reían y conversaban alegremente, algunos trasladando un arco llamativo de flores sintéticas y cintillos de colores para adornar la entrada del lugar (cosa que así los padres e invitados se ubicaban más rápido), así como otros revisaban por si acaso las luces y el movimiento de la escenografía con ayuda de la profesora Solar (aunque ya lo habían hecho ayer, pero aun así...).

—No me digas que te quedaste despierto hasta tarde —le dijo Minseok apareciendo a su costado, también con un café en mano.

—Ay, San Cristiano Ronaldo —juró Luhan, sobresaltándose en su lugar—. ¡Me asustaste!

—Lo siento —respondió su amigo, con una sonrisa—. Aunque creo que ya se te quitó el sueño. Así que... ¿no lo siento? ¿De nada?

Luhan le dio un codazo amistoso en las costillas, mientras caminaban hacia los camerinos.

—Dormí temprano, pero solo quiero seguir durmiendo —se quejó el muchacho con ojillos de ciervo—. Lo único que me alegra es que ayer al menos terminamos de arreglar las cajitas esas de bocaditos para todos los invitados. No sé si soporte de nuevo tanta presión, no volveré a meterme en comisiones como estas.

—Es nuestro último año, no habrán comisiones de nuevo —respondió Minseok, pensativamente—. Creo que por eso todos están tan... animados. Es la última actividad que organizamos.

Luhan se quedó callado, dándose cuenta de lo evidente.

—Me vas a hacer llorar, Min —murmuró el castaño.

Era cierto. Era la última actividad como grado, la última oportunidad de reunirse y sufrir/alegrarse en conjunto para lograr resultados que rocen lo perfecto.

—Tengo que juntarme con los otros chicos de cámara —dijo su amigo finalmente, terminando su café—. Sehun ya está en su camerino, por si lo quieres ver. ¡Ánimos, Han!

Y tan rápido como estuvo a su lado, Luhan vio cómo Minseok se iba casi corriendo, sacando su cámara fotográfica de su mochila para colgársela al cuello.

Luhan saludó a unos cuantos compañeros más, adentrándose en los pasillos donde los camerinos abundaban y los salones de comisiones estaban abarrotados de adornos y diversos materiales. La bulla se intensificaba, las voces apremiantes resonaron y pronto, reconoció a Key.