CAPITULO 16

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— ¡¿Pero que te dijeron?!  ¡¿Estará bien?! 
En ese momento sentí un profundo  y doloroso hueco en el pecho. No sabía por qué me preocupaba  así por él, pero era un sentimiento innegable al igual que fue inevitable no sentirlo.
—Le van a practicar una cirugía de emergencia y mis  padres no  están. Se fueron a un crucero y no logran comunicarse con ellos. —Dijo en un tono que marcaba deliberadamente su preocupación y angustia. Y era obvio suga era como su hermano, y estaba a punto de perderlo.

Salimos del hotel  y viajamos en auto hasta una pista aérea donde el Jet privado de la empresa de los Kim, nos estaba esperando.  No había suficiente tiempo  para esperar un vuelo. El trayecto fue angustiante, pero nos ahorramos mucho tiempo. Al llegar al hospital donde Suga se encontraba; Hye Ra, Sun Hee y el mayordomo de la mansión.

— ¡Joven Jin! ¡Qué bueno que este aquí! —Exclamo el mayordomo.
— ¡¿Qué fue lo que paso?! ¡¿Cómo está Suga?! —Pregunto Jin algo exaltado.
—El joven tuvo un accidente  automovilístico…, tenemos muy poca información sobre lo que ocurrió. El había bebido y salió sin avisar. Nadie supo cómo ni cuándo. Hasta que llamarón del hospital, para darnos la terrible noticia.  —Hablo el mayordomo. Se notaba afectado. Se había detenido en varias ocasiones un poco alterado, y su preocupación  se reflejaba en el tono de voz débil  que utilizaba
Yo permanecí en silencio, escuchando con atención. No podía hablar, sabía que si decía una sola palabra era probable que me soltara a llorar. Yo jamás había llorado, y aunque había experimentado la sensación jamás pude expresarlo y  me resultaba complicado que me vieran en  un estado así.  Hye Ra, en cambio  derramaba lágrimas sin complicaciones. Me miro, y se acerco a mí con la finalidad de  abrazarme y llorar aun más.
—No sé qué haré si algo malo le pasa a Suga… —Murmuro con la voz entrecortada y  lloraba como una niña pequeña.
—Tranquila… Todo estará bien —Trague saliva— tiene que estar bien. —Dije en voz baja.
— ¿Qué les han dicho sobre su estado actual de salud?  — Pregunto Jin.
—En este momento, está en cirugía. Sufrió contusiones cerebrales y  quedo prensado entre el asiento del auto y el volante, así que están intentando salvarlo de  morir por una  hemorragia interna. — Respondió Sun Hee. Se encontraba de pie recargada en la pared con los brazos cruzados justo a un lado del mayordomo. Y por primera vez no utilizaba aquel tono de voz seductor.
— ¡No puede ser! — Jin llevo sus manos hacia su cabeza lanzando hacia atrás su cabello, en señal de  frustración. Se notaba muy mal, afligido y muy preocupado.
—Oh… Jin, no te preocupes, todo estará bien. —Dijo Sun Hee. Y en un gesto fraternal  consoló a Jin.
Ese no era un buen momento para preocuparse por ese par. Lo único capaz de afligirme era el estado de Suga.
Pasaron un par de horas hasta que finalmente salieron a darnos la noticia, sobre su estado de salud.
— ¿La familia del Señor Kim? —Pregunto  un medico.
— ¡Somos nosotros!  —Respondió Jin.
—El  Señor Kim, ha salido del peligro. —Dijo— Esta delicado, debido a las heridas, pero estará bien, con sus debidos cuidados.
—Ahh… Muchas gracias doctor. —Agradeció Jin,  con un alivio de por medio.
— ¿Y cuando  lo podremos ver?  —Pregunte sin más preámbulos. Mis pensamientos habían tomado el control sobre mi lengua  y  lo dejo ver como una preocupación súbita.
—Tranquila señorita. —Dijo el médico— Podrá ver a su… ¿novio?  Cuando pase la anestesia y recobre la conciencia.

Había demostrado tanto interés, que el médico había creído que yo era la novia  de Suga. A nadie le pareció un tema de importancia aquella confusión, excepto a Hye Ra, que inmediatamente  aclaro que la novia ahí era ella.
Esa misma noche, los padres de Jin llegaron. Regresamos  a  casa para descansar un poco y volver por la mañana para estar al tanto de la recuperación de Suga.
Los padres de Jin, Jin y yo, estábamos, cuando el médico autorizo las visitas para Suga. Los primeros en pasar fueron El Señor y la Señora Kim. Mientras tanto Jin  iba a solucionar algo acerca de la estancia de Suga en el hospital. Ya habían salido los padres de Jin y el  aun no llegaba. Su padre  decidió ir a investigar el por qué de la demora de su hijo, mientras su mamá me animo para entrar a ver  a Suga. Yo deseaba verlo, pero… ¿sola?  No sabía por qué el estar sola con Suga me afectaba tanto. Aun con todo ese nerviosismo e indecisión…, tuve que entrar.

MI PECADO FUE AMARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora