Al dirigirme al comedor Sun Hee estaba de lo más cariñosa con Jin, vaya que no desaprovechaba el tiempo. En fin, no me sentía de humor para jugar a la esposa perfecta. Tome asiento junto a la madre de Jin y mientras tomábamos el té conversábamos de las diferentes anécdotas que habían vivido en esa casa.
Suga llegó, indignado, frio y distante como era el. Comenzaba a extrañar al chico enamorado del parque Chiaksan. Tomo asiento justo al frente de mí.—Esta casa, me trae recuerdos maravillosos —Dijo con nostalgia la Señora Kim— Aquí estábamos vacacionando, cuando la bondadosa cigüeña nos trajo a nuestro querido Suga. El apenas tenía cinco años cuando llego a la familia, era tan tímido y le tomo bastante tiempo adaptarse a su nuevo hogar. Pero nada que el amor de una verdadera familia no acelere —Continuo comentando con nostalgia y alegría. Muy orgullosa de sus actos continuó hablando sobre su hijo Suga— Jin estaba tan feliz de tener a un hermanito con quien jugar, —hizo una pausa— muy diferentes el uno del otro. Pero jamás parecieron hermanos adoptivos, ni mucho menos primos... siempre se trataron como hermanos. Siempre iban juntos a todos lados, iban por la casa haciendo travesuras, compartían juguetes, se defendían uno al otro... Estoy tan orgullosa de mis hijos —Dijo mirando a Suga colocando su mano encima de la de él.
—Usted y el Señor Kim han hecho un excelente trabajo con sus hijos... —comente— son personas increíbles
"Maldita hipócrita" grito mi consciencia
—Ohh... apuesto que tu y Jin harán lo mismo con sus hijos... Hombres de bien.
¡Comentario incomodo!
—De tan solo pensar que todos se casan y tendrán una familia a la cual dedicar todo su tiempo, me entra una terrible nostalgia. Espero que mi Suga me dure un poco más, y no le entre la locura de casarse y menos si es solo para cobrar su herencia.
—Oh mamá... sabes que no necesito de esa herencia, ni mucho menos casarme —Comento Suga.
—Esa herencia es tuya... Nadie lo niega, pero sabes que casarte fue la condición que pusieron tus padres para que puedas cobrar la herencia recuerda "El día en que nuestro amado Suga contraiga nupcias, ese día toda la fortuna Min pasara a su manos" palabras textuales de mi querida Prima y su esposo.
—Pero ya he dicho que no me casare —lanzo una mirada fugaz hacia mí.
—Lo mismo decía Jin y mira. Encontró una buena mujer con la cual unió su vida para siempre. Ojala tu encuentres una mujer como ella... ya que mi querida Hye Ra, no me convence del todo...
—No todo lo que brilla es oro —murmure— quizá Hye Ra no es tan mala como se ve.
—Pero en definitiva, no me casare con ella. Algún día una mujer BUENA llegara a mi vida...
"Aunch eso dolió..."
Más claro no podía estar... todo entre Suga y yo debía terminar... Se daba por terminado ese capítulo en nuestras vidas.
Yo retomaría las riendas de mi matrimonio y él, supongo que buscaría a la "buena mujer" de su vida.Cinco días más en esa casa... de tan solo pensarlo deseaba que se abriera la tierra y me tragara. No soportaba verlo tan cerca de Hye Ra, mi humor comenzaba a cambiar. Todo ahí me molestaba, fueron unos días pésimos pero estaba decidida y no reflexionaría en lo absoluto, a pesar de que lo deseaba.
*************
"¡Maldición! Suga jamás se había puesto gafas de sol y con ellas se ve tan maldito sexy. ¡Mierda! ¿Por qué me hace eso?" pensaba mientras estaba en la mesa del jardín bebiendo limonada y leyendo un libro. Todos los demás estaban en la alberca, incluido Suga. "voy a fingir que leo" tome mi libro y comencé a leerlo de nuevo.
— ¿Estás bien? —suga se había acercado a mi sin camisa desparramándose en la silla junto a mí. Bajo un poco sus lentes para observarme mejor y se cruzo de brazos recargando todo su cuerpo en el respaldo de la silla. Era el cuarto día ahí y la primera vez que me hablaba sin hipocresía después de la pelea entre los dos.
—Sí. —Respondí indiferente sin mirarlo.
—Oh, no lo parece. Estas más amargada de lo habitual.
—Oh disculpe usted... prometo desde hoy correr por toda la casa con una corona de flores y una canasta con flores regándolas por todo donde pase —murmure con sarcasmo— inundare el lugar de pura felicidad —me centre en el libro.
—Oye, el sarcasmo no es tu fuerte...
—El aparentar "soy el hijo perfecto" tampoco es tu fuerte...
— ¡Mierda! Mírate, no sé por qué te amo tanto...
Una parte de mi se lleno de felicidad, la otra dejo a un lado su sarcasmo y cayo desmayada por ahí.
—Tn__ hablemos de lo que sucedió entre nosotros... ven esta noche conmigo, no te quitare mucho tiempo, por favor esta vez ven, y no me hagas esperar. —Se puso de pie y se fue. Enseguida llego Jin.
"Oh no, eso está mal. Yo asistiré, pero tenía decidido no volver a caer ante él. Bueno solo dijo "hablemos" tal vez solo me dejara en claro que todo lo que existió entre nosotros se acabo"
— ¿Qué tanto hablabas con Suga?
— ¿Que tanto haces con Sun Hee?
— ¿Sigues con lo mismo?
— ¿Qué es lo mismo?
—Los celos... ¿Qué te pasa? Tú nunca has sido celosa
— ¿Debo tener celos? ¿Debería preocuparme? ¿Debería cuidarte más?
"¡Qué diablos! Jin tenía razón yo nunca fui celosa. Pero suga me había irritado ¡Ah! Jin había llegado en mal momento.
— ¡Ven conmigo ahora! —Extendió su mano para que la tomara.
—No.
— ¡Que vengas!
—No me des órdenes...
— ¿No vendrás?
—No quiero...
—Para mí, mejor... —Me tomo entre sus brazos levantándome de la silla para llevarme hasta la habitación.
— ¡No Jin! ¡Bájame!
—Te bajare cuando lleguemos a la habitación.
— ¡No Jin! No... —Me dejo caer en la cama.
—Bien. Ahora dime ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué me estas evitando?
¿Qué debía responder? ¿Qué excusa ponía?
—Jin... yo...
—Nada de "Jin yo..." dímelo ahora.
"Retomar las riendas de mi matrimonio. Tener una relación peligrosa con Suga, arriesgarme y perderlo todo. Huir con Suga, pero ¿si el ya no quería estar conmigo? Dijo que me amaba, pero eso no significa que fuera a cumplir su promesa... es mas ¡ni siquiera me lo prometió!"— ¡Es que yo no quiero tener bebes!
¡Agh! Daba asco. . . ¿Cómo se ocurrió semejante cosa?
— ¿Es eso? —Arqueo la ceja.
—Si...
— ¿Solo eso?
—Sí.
— ¿Y sabias que existen los preservativos?
—Mmh... —mire mis manos.
Jin suspiro y camino hasta la mesita de noche y saco de ahí un sobre de papel metálico.
"¡Oh no! ¡Oh no!"
Las manos me comenzaron a sudar y mis músculos a tensarse. Jin era un dios, era el cuerpo del deseo..., pero yo no quería lastimarlo ni lastimarme ¿Qué debía hacer?
Se inclino hacia mi apoyando sus brazos en la cama y coloco en sobrecito de papel al frente de mi.
—Esto cariño, puede ser la solución... ¿Qué pasa contigo? — Deslizo su dedo índice desde mi sien, pasando por mi mejilla, hasta mi barbilla—. Pareces principiante... —Sonrió mientras sostenía mi barbilla y la acercaba a mí su rostro para besarme. Tenía razón "parecía principiante" estaba, cohibida y nerviosa al igual que temerosa. Me sentía patética y estúpida... muy estúpida.
¿Quién en su sano juicio se le negaría a un hombre como Jin?
Había perdido mi juicio, lo perdí el día en que me enamore de Suga...Dejo de besarme, se quito la playera y subió gateando hacia mí. Con ayuda de mis codos fui avanzando hasta el centro de la cama, con el rostro de Jin muy cerca del mío.
Mi ritmo cardíaco comenzó a acelerarse. Sentía la estúpida sensación de estar traicionando a Suga, cuando el único traicionado aquí era Jin.
Se dejo caer sobre mí, inmovilizándome y atrapando mis labios, los besaba y no se detenía. Fue deshaciéndose de la ropa que llevaba puesta, hasta quedarse en ropa interior. Se detuvo poniéndose de rodillas sobre mis pies.—No te pongas así... Si no quieres bebes, no habrá bebes —rió— Pero si quieres jugar a tu primera vez... Me parece bien. — Sonrió y bajo hacia mí, besando mi cuello y con su mano subió la copa de mi sostén. Era demasiado tarde para pensar en Suga. Me estaba dejando llevar del brazo por mis demonios del placer, los cuales me decían que ya habría tiempo para arrepentirme después.
De un momento a otro me encontraba con las piernas alrededor de su cintura gimiendo y pidiéndole más, aferrándome a su espalda, con el corazón acelerado a punto de salirse de mi pecho. Habíamos cambiado la posición y Jin parecía con más fuerza y ganas de seguir por más tiempo haciéndome venir una y otra vez. Comprimiendo mis gemidos, la sangre parecía hervirme, mi cuerpo había quedado sin fuerzas y Jin había caído sobre mí, cansado de haber jugado al hombre quita virginidades inexistentes...
El remordimiento vino 25 minutos después cuando mi ritmo cardíaco se había estabilizado.
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MI PECADO FUE AMARTE
Novela JuvenilUna mujer... un hombre; la "pareja perfecta" Una mujer un hombre... "unidos por el pecado" Krystal una joven estudiante novia de Jin un hombre maravilloso capaz de poner el mundo a sus pies. Una relación llena de pasiones, amor, unión...